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El nuevo escenario heleno

Europa pide “responsabilidad” a Tsipras

Bruselas interpretó ayer que la rotunda victoria del no en el referéndum del domingo “amplía la brecha” entre Grecia y la zona euro, según el veredicto leído por el vicepresidente de la Comisión Europea, el letón Valdis Dombrovski.

La lectura fue muy similar en la mayoría de las capitales europeas. En París, el presidente francés, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, celebraron una cumbre bilateral de emergencia para analizar las consecuencias de la consulta. “La puerta para negociar sigue abierta”, señaló la canciller antes del encuentro. Y Hollande ofreció a Atenas toda la solidaridad europea, pero exigió a cambio a Tsipras “responsabilidad”. Tsipras deberá presentar hoy en Bruselas, en una cumbre extraordinaria de la zona euro, su propuesta de negociación, con la esperanza de cerrar rápidamente un acuerdo puente que evite la bancarrota del país.

Atenas ha prodigado en las últimas horas los gestos de buena voluntad para evitar la ruptura, pero el referéndum ha enconado los ánimos en buena parte de la zona euro. En algunos países, como Alemania, Finlandia o Eslovaquia, la actitud parece incluso haberse endurecido tras el respaldo popular que ha recibido el Gobierno de Alexis Tsipras, un primer ministro que la mayoría de los socios del euro esperaban perder de vista tras la consulta.

Tsipras continúa en el poder y sale reforzado dentro de su partido, Syriza, y ante la opinión pública. Pero el primer ministro es consciente de que esa munición le servirá de poco si no logra retomar cuanto antes las negociaciones con la zona euro y llegar a un acuerdo que evite el colapso financiero de su país.

Como primer gesto de buena voluntad, Tsipras sacrificó ayer al carismático y polémico Yanis Varufakis. El hasta ahora ministro de Finanzas reconoció en su blog que deja el cargo a petición de “algunos miembros del Eurogrupo”, que no parecían dispuestos a volver a negociar con él tras el referéndum.

A continuación, Tsipras logró sellar un acuerdo de unidad con los principales partidos políticos griegos (Nueva Democracia, To Potami, Comunistas, Griegos Independientes y Pasok) sobre la nueva negociación con Bruselas. El texto pactado anticipa ya la necesidad de un tercer rescate que ayude a Grecia a cubrir sus necesidades de financiación y de un programa de inversión para recuperar el crecimiento y el empleo. Las demandas de una reestructuración de deuda se han rebajado drásticamente y Atenas se conformaría con “un compromiso para comenzar un debate profundo para resolver el problema de la sostenibilidad de la deuda griega”.

El acuerdo de los seis partidos garantiza a Tsipras el apoyo parlamentario para aprobar sin problemas el pacto que espera negociar a partir de hoy con sus socios europeos.

Y en un tercer gesto de buena voluntad hacia sus socios, Tsipras ha tomado como punto de partida para esa negociación su carta del día 30 de junio, en la que aceptaba la última oferta de la troika (CE, BCE y FMI) en lo que se interpretó entonces como una rendición de Atenas.

Tsipras confía en combinar su fortaleza a nivel nacional y su voluntad de cooperar a nivel europeo para lograr rápidamente un programa puente que mantenga financieramente en pie al país hasta que concluya la negociación de un tercer rescate.

El pacto permitiría al Banco Central Europeo mantener e incluso ampliar las líneas de provisión de liquidez de emergencia, limitadas ahora a 89.000 millones de euros. Ayer, de momento, el BCE mantuvo esa línea, pero ajustó los requisitos de colateral que exigirá a los bancos griegos, lo que puede reducir drásticamente su liquidez (hasta en 8.000 millones de euros, según Goldman Sachs, por cada endurecimiento del colateral de 10 puntos básicos).

La zona euro dispone también de fondos que puede liberar de manera inmediata, como los beneficios derivados del programa de compra de deuda a cargo de los bancos centrales, que en 2014 generó una ganancia de 1.900 millones de euros y en 2015 se espera otro dividendo de 1.400 millones.

El acuerdo también evitaría que el fondo temporal de rescate de la zona euro (FEEF, en sus siglas en inglés) ejerza su derecho a exigir a Atenas el reembolso inmediato de sus préstamos, que ascienden a más de 130.000 millones de euros.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) también podría sumarse al plan concediendo a Grecia una prórroga para pagar los plazos de su deuda del mes junio (1.500 millones de euros), que ya acumulan una semana de retraso.

Tsipras, sin embargo, no tendrá fácil arrancar ese acuerdo puente tras el malestar generado entre sus socios europeos tras cinco meses de enfrentamiento. Incluso si lo logra, será solo el principio de una nueva negociación para un tercer rescate que el primer ministro heleno cifra en 30.000 millones de euros pero que el FMI eleva a 110.000 millones entre nuevos préstamos y reestructuración. Una factura tan elevada que algunos países empiezan a considerar si no sería más barato un borrón y cuenta nueva, pero con Grecia fuera del euro.

Nuevo ministro de Finanzas y unidad política tras la consulta

Las consecuencias del arrollador resultado en el referéndum del domingo –un estruendoso no a más austeridad– fueron para Grecia, y por ende para Europa, inmediatas y todas sorpresivas. Uno de los ganadores del pulso con la Unión Europea, Yanis Varufakis, dimitió de su cargo de ministro de Finanzas ayer, a primera hora de la mañana. A las siete de la tarde le sustituyó el que fuera hasta entonces el viceministro de Exteriores, Euclid Tsakalotos. Horas antes, los partidos helenos confirieron al primer ministro, Alexis Tsipras, el mandato de negociar en Bruselas, logrando de esta forma una unidad tanto inédita como inesperada.

Con un movimiento que nadie había previsto, y tan solo pocas horas después de haber obtenido el respaldo de más del 60% de los votantes griegos en la consulta, Varufakis anunció que iba a dimitir a través de una entrada en su blog. “Tras los resultados del referéndum se me informó de que algunos participantes del Eurogrupo prefieren que estuviera ausente de estas reuniones”, escribió.

Varufakis dejó claro que tomaba esta decisión en perfecta sintonía con Tsipras, quien la consideró “potencialmente útil” para desatascar las negociaciones en Bruselas y llegar por fin a un acuerdo. “Nosotros en la izquierda sabemos cómo actuar colectivamente sin poner el interés en los privilegios del cargo. Respaldaré plenamente al primer ministro Tsipras, al nuevo ministro de Finanzas y a nuestro Gobierno”, añadió. Eso sí, “llevaré siempre con orgullo el odio de los acreedores”, aseguró el ministro dimisionario en lo que con toda probabilidad no fue su último coletazo contra los adversarios del Eurogrupo.

Poco después, presidida por el Jefe del Estado, Prokopis Pavlópulos, tuvo lugar en Atenas una reunión de los líderes de los partidos griegos a la que no estuvieron invitados los representantes de la fuerza ultraderechista Amanecer Dorado y que duró más de siete horas. En ella se elaboró un comunicado conjunto que lleva la firma de los presidentes de todos los partidos –el conservador Nueva Democracia, el socialdemócrata Pasok, el centrista To Potami, además del izquierdista Syriza y de su socio en el Gobierno, los Griegos Independientes– con la excepción del Partido Comunista.

A través de un acuerdo inédito en la historia democrática de Grecia, la oposición se sumó al Ejecutivo para apoyar al primer ministro en su negociación con los acreedores “en nombre del pueblo”, dijo tras la reunión el máximo representante de los Griegos Independientes, Panos Kamenos. “Está en manos de Europa darse cuenta de que se trata de una propuesta de todos los partidos”, añadió. Una proposición que en el Eurogrupo defenderá el nuevo titular de Finanzas, Euclid Tsakalotos.

“Pese a las limitaciones para retirar las pensiones y al cierre de los bancos, el pueblo ha resistido”, declaró el nuevo ministro nada más haber prometido el cargo.

Nacido en Rotterdam (Holanda) en 1960, Tsakalotos fue hasta ayer el verdadero brazo derecho del primer ministro en Bruselas. En abril, Tsipras vio que había llegado el momento de retirar de la primera línea de las conversaciones en el Eurogrupo a Varufakis, debilitado por las fuertes críticas que habían provocado sus enfrentamientos con sus socios europeos. Nombró entonces a este profesor de Economía con una sólida formación en Inglaterra como coordinador del equipo heleno.

Con toda probabilidad Tsakalotos redoblará los esfuerzos para poner de nuevo sobre la mesa uno de los temas más polémicos durante los cinco meses de negociaciones entre Grecia y sus acreedores, es decir, la reestructuración de la deuda. “Grecia ha demostrado que no tiene miedo y que confía en que el Gobierno encuentre una solución viable a la crisis”, dijo. Tsakalotos es miembro de Syriza desde 2004. Fue elegido al Parlamento por primera vez en 2012 y forma parte del Comité Central de la formación. Se le conoce en la izquierda helena como el “aristócrata rojo”, por sus modales, o el “europeísta revolucionario”, por su apoyo a la integración europea, pero no a sus principios capitalistas.

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