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La crisis cambia la demografía del IRPF

El 40% de contribuyentes del IRPF declara menos de 12.000 euros

Hay un 11,5% más de contribuyentes mileuristas y un 23% menos de declarantes que ganan más de 60.000 euros El rendmiento medio del trabajo se ha reducido y, en cambio, la factura fiscal aumenta

Quién paga el IRPF
Alejandro Meraviglia

El 41% de los contribuyentes del IRPF presenta bases imponibles inferiores a 12.000 euros anuales.  Desde 2008, el número de declarantes que no llega a 12.000 euros se ha incrementado un 11,5% y, en el mismo período, los declarantes con bases imponibles superiores a 60.000 euros anuales han retrocedido un 22,9%.

La publicación de la estadística de la campaña de IRPF de 2013, que se declaró a partir de junio del año pasado, refleja el incremento de contribuyentes con rentas bajas frente a aquellos que disfrutan de ingresos elevados. De los 19,2 millones de declarantes del IRPF del año pasado, el 41,6% presentó una base imponible –incluyendo rentas salariales y del ahorro– inferior a 12.000 euros. En 2008, este perfil de contribuyentes sumaba el 37% del total, casi cinco puntos menos que ahora. En cambio, las rentas superiores a 60.000 euros se han reducido.

Los datos de Hacienda incluyen a todos los contribuyentes que presentaron la declaración, con independencia de si trabajaron durante todo el año o solo unos meses. También aparecen pensionistas o parados con prestación que cumplimentaron la declaración del IRPF.

De media, los autónomos decalran uni beneficio de 751 euros al mes, un 25,5% menos que antes de la crisis

Se observa un retroceso en todas las fuentes de renta. Los salarios, el principal origen de los ingresos de las familias, son un buen ejemplo de ello. El rendimiento medio del trabajo declarado en el IRPF –que está básicamente formado por el sueldo– se situó en 2013 en 21.821 euros, un 3,6% menos que antes de la crisis. No todos los asalariados que sufren retenciones en sus nóminas aparecen en la estadística. Hay que tener en cuenta que no es obligatorio presentar la declaración para aquellos que ganan menos de 22.000 euros u 11.200 euros cuando existe más de un pagador.

La fuente de renta que sufre un mayor retroceso es la derivada de actividades económicas, es decir, aquellas que presentan los autónomos. Así, el rendimiento neto declarado se situó en 9.011 euros al año, un 25,5% menos que en 2008. De media, los autónomos aseguran ante Hacienda que sus beneficios se limitan a 751 euros al mes. En el caso de los asalariados, el rendimiento neto declarado –equivale al sueldo tras descontar las cuotas a la Seguridad Social o la reducción por rendimientos del trabajo– asciende a 18.787 euros al año. Es decir, de media, un asalariado declara más del doble que un autónomo. Hay que tener en cuenta que los trabajadores por cuenta propia pueden deducirse gastos inherentes a su actividad, algo que no sucede en el caso de los trabajadores por cuenta ajena.

Los bajos ingresos declarados por los autónomos siempre generan dos lecturas. Algunos argumentan que es el reflejo de la crisis económica y, en cambio, otros defienden que los beneficios tan reducidos indican un elevado nivel de fraude tributario.

La estadística de la Agencia Tributaria también muestra que los rendimientos del ahorro han menguado en los últimos años. Así, los ingresos derivados de la venta de acciones, dividendos, depósitos bancarios o fondos de inversión, entre otros productos, se situaron de media en 1.502 euros anuales, un 7,5% menos que antes de la crisis.

El 66% de los ingresos del IRPF procede de rentas entre 12.000 y 60.000 euros

A pesar del retroceso de todas las fuentes de renta en los últimos años, la presión fiscal se ha incrementado. Así, de media, cada contribuyente paga por IRPF5.167 euros al año, un 9,5% más que en 2008. Solo las subidas fiscales aprobadas por este y el anterior Gobierno permiten explicar que, con menos renta, se pague más por IRPF.

En total, por la declaración del IRPFde 2013, el Estado ingresó 67.140 millones y parte de este importe se recaudó a través de las retenciones que mes a mes pagan los empleados en sus nóminas. El grueso de la recaudación procede de lo que podría llamarse en, un sentido amplio, clase media. Así, el 66% de los ingresos del Estado por IRPF corresponde a contribuyentes con bases imponibles entre 12.000 y 60.000 euros. Dentro de este colectivo se encuentra el 55% de los contribuyentes. Los que declaran por encima de 60.000 euros suman el 3,1% del total de declarantes y aportan el 31,6% de la recaudación. Ello refleja el carácter progresivo del IRPF. Así, las rentas inferiores a 12.000 euros, que representan el 40% de la demografía del impuesto, solo generan el 1,6% de la recaudación.

El actual Gobierno inició la legislatura con una drástica subida del IRPF para reducir el déficit. El impuesto subió entre 0,75 puntos para las rentas más bajas y siete puntos para las más elevadas. El tipo máximo alcanzó el 52%, uno de los niveles más altos de Europa. La reforma fiscal que entró en vigor este año incluyó una rebaja del IRPFen dos fases, 2015 y 2016. Sin embargo, a principios de este mes, el Gobierno aprobó un real decreto para que la reducción prevista para el próximo año se aplique ya en las retenciones de julio o agosto.

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