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Columna
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Solo dos problemas menos

La salida de Anshu Jain de Deutsche Bank solo se dirige a uno de los asuntos del grupo. La partida de uno de los más altos perfiles de la banca de inversión de Londres, anunciada junto con la de su co consejero delegado Juergen Fitschen el domingo, es todo un terremoto en la historia de la mayor entidad de Alemania. Pero con Jain o sin él, alguien tiene que poner en marcha la nueva y bastante rápida estrategia de Deutsche.

La estrategia 2015+ de Jain y Fitschen no alcanzó muchos de sus objetivos, la rentabilidad sobre fondos propios de Deutsche Bank de 2014 fue inferior al 3% y sus acciones han cotizado por debajo del mercado durante sus tres años de mandato.

John Cryan, antiguo director financiero de UBS que finalmente asumirá el cargo de consejero delegado único, representa un nuevo capítulo muy necesario en la gestión. Aunque Jain y Fitschen no estuvieron implicados en desastres como la multa récord de 2.500 millones de dólares (2.230 millones de euros) impuesta a Deutsche por la manipulación del Libor, las estructuras de gobierno debían haberse puesto a punto: el banco fue castigado por engañar al regulador británico sobre el Libor, no pasó el reciente test de estrés de Estados Unidos y a finales de mayo fue multado con 55 millones de dólares por inflar el valor de su cartera de derivados, durante la crisis.

La incertidumbre se mantiene. Es probable que Cryan persiga la nueva estrategia, según una persona familiarizada con la situación. Esto implica deshacerse de Postbank, elevando el ratio de apalancamiento de Deutsche al 5%, con una reducción de 200 millones de euros de activos de la banca de inversión y llevar la hinchada relación entre costes e ingresos de Deutsche hasta el 65% desde el 87% del año pasado. Ahora es el turno de Cryan para ver cómo y dónde se harán los recortes. Los inversores de Deutsche esperan una respuesta para finales de julio. Hará falta algo más que la salida de Jain y Fitschen para aplacarlos.

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