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Los fondos cotizados buscan su hueco en las carteras particulares

ETF, una inversión con visión de futuro

Thinkstock

El sector ha tenido unos meses de imparables entradas de dinero a este tipo de productos y pese a que en abril la velocidad se ha moderado, las perspectivas, según los expertos consultados, siguen siendo buenas. ¿Ha llegado la hora de que el pequeño inversor español, como hacen nuestros vecinos europeos o los estadounidenses, ponga un ETF en su cartera?

“Los ETF son un producto muy idóneo para el inversor particular; de hecho, Warren Buffett, en su testamento, aconseja a su mujer que invierta el 10% del efectivo que herede en deuda de corta duración y el otro 90% en un fondo cotizado que replique el S&P 500, ya que considera que la gestión activa está reservada a muy pocos inversores”, recuerda Jordi Sullá, de EFPA España.

Cotizados y referenciados a un índice

Se considera que aúnan las principales ventajas de los fondos tradicionales y las de las acciones. Los ETF (exchange traded fund) son fondos de inversión de gestión pasiva, es decir, replican el comportamiento de un índice de referencia o benchmark.

No deben confundirse con los fondos indexados, que si bien también replican la composición de un índice, no cotizan, como sí sucede con los ETF, que se negocian en la Bolsa de forma continua, igual que una acción. Es decir, pueden comprarse en cualquier momento durante toda la sesión bursátil, pudiéndose elegir la coyuntura más adecuada, mientras que los fondos tradicionales solo marcan un valor liquidativo al cierre de cada sesión.

“Lo más importante será, por tanto, seleccionar el índice de referencia idóneo, el cual replica el ETF y que se ajuste a las necesidades y objetivos de cada inversor”, recomienda Juan San Pío, de Lyxor. Además, prosigue, “es muy importante entender que el ETF es un fondo cotizado en Bolsa, pero puede replicar índices sobre activos de renta fija, no solo de renta variable; por tanto, se pueden ajustar a cualquier perfil inversor”.

Asimismo, concebidos para inversores más profesionales, hay productos más sofisticados como son los apalancados, los inversos o los que replican la cotización de las materias primas.

Los fondos cotizados “son un buen instrumento debido a su flexibilidad y simplicidad, ya que se caracterizan por su rentabilidad, liquidez y facilidad de uso, que son factores clave para el éxito en la construcción de una cartera particular”, destaca Laure Rovet Peyranne, responsable de relaciones con clientes de ETF para Iberia y Latinoamérica de Amundi.

Además, los bajos gastos de administración asociados –pues se trata de gestión pasiva–, hacen de los ETF uno de los vehículos de inversión más eficientes en costes que podamos encontrar; “lo que sí es importante es asegurarse de que las comisiones por apertura de una cuenta de valores sean igualmente competitivas”, advierte Juan San Pío, responsable de ventas de Lyxor ETF Iberia y Latinoamérica.

No obstante, las cifras en nuestro país siguen sin dejar lugar a dudas:no es un producto muy usual en nuestras carteras. César Muro, especialista en inversión pasiva para Deutsche Asset & Wealth Management (Deutsche AWM) Iberia, calcula que en el mercado español, el 95% de la inversión en estos productos se concentra en manos de clientes institucionales, con solo un 5% en las de minoristas.

Un paisaje frontalmente diferente al que presentan otros mercados, como el estadounidense, donde cerca del 50% es dinero de particulares, o el casi 20% en el caso de la media europea. Muro explica este panorama en el diseño del sistema de distribución de productos español, dominado por los bancos, frente a la red de asesores independientes imperante, por ejemplo, en Reino Unido.

A este respecto, Aitor Jáuregui, director de ventas de iShares Iberia, ha observado que “iniciativas como la eliminación de las retrocesiones [comisiones que el intermediario recibe del distribuidor] en los fondos europeos están flexibilizando de forma significativa el mercado de ETF, y hemos presenciado un vasto crecimiento de la demanda en países como Reino Unido y los Países Bajos, donde dichas iniciativas ya se están llevando a cabo. Esperamos asistir a este cambio también en España”.

En cuanto al caso español, según Jordi Sullá, de EFPA España, “dadas las bajas comisiones que tienen los ETF, no forman parte de la cartera de productos a ofrecer a clientes minoristas por los grandes canales de distribución”. De ahí su aún baja penetración.

No obstante, Aitor Jáuregui, director de ventas de iShares Iberia, se muestra optimista y afirma que “en España, los ETF están empezando a registrar un crecimiento notable, tanto en el segmento institucional como en el minorista. Esto se debe a que los clientes están cambiando su forma de invertir en busca de métodos de inversión más baratos y eficientes”.

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