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Especial Universidades. Internacionalización

La unión hace la fuerza

Las universidades españolas tratan de aumentar su presencia en programas en el extranjero y buscan acuerdos con centros de prestigio.

Mike Ehrman

La Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) no imparte estudios de Medicina ni Enfermería. Sin embargo, cuando su vicerrector de política universitaria, Sisco Vallverdú, se enteró de la creación de un programa europeo para mejorar la salud de las personas mayores no se lo pensó dos veces y pidió rápidamente la incorporación de su centro al proyecto. ¿Qué podían aportar ellos?

“Fundamentalmente, conocimientos tecnológicos para mejorar el rendimiento de los hospitales”, arguye. Es solo un ejemplo de cómo buena parte del medio centenar de universidades públicas y 32 privadas de España tratan de aprovechar todas las oportunidades posibles para incrementar su participación en programas internacionales. Los resultados llegan pronto, en forma de más prestigio, financiación y alumnos.

El porcentaje del PIB que dedica España a I+D en educación superior (el 0,4%) es menor que el de la media de la UE-27 (el 0,5%), y los expertos advierten de que la crisis ha reducido todavía más los recursos. Por eso, la atracción de inversiones internacionales es fundamental.

Andrés Arias Astray, vicerrector de la Universidad Complutense de Madrid, asegura que “los programas de investigación se financian fundamentalmente con fondos de la Unión Europea”. “La internacionalización mejora la calidad del aprendizaje, la docencia y la investigación”, insiste Ana Landeta, directora de I+D+i de la Universidad a Distancia de Madrid (Udima).

Comisiones de valoración

Pero, ¿cómo se consigue entrar en nuevos proyectos? Sisco Vallverdú recuerda que hay que estar muy atento: “Tenemos profesores participando en comisiones europeas y contamos con comités científicos que los valoran y priorizan”.

En 2011 los fondos europeos conseguidos por la UPC representaban el 25,9% del total de recursos captados para I+D por este centro, mientras que en 2014 ya suponen el 57,9%. Además, “la mayor presencia internacional nos ha permitido subir posiciones en los rankings internacionales, como el QS World University, donde ya nos situamos en el puesto 22 en Arquitectura”.

El 25% de los recursos de investigación de la Autónoma de Barcelona (UAB) también procede de convocatorias europeas. “Queremos impulsar la internacionalización para ampliar visibilidad y atraer a estudiantes e investigadores con talento de todo el mundo”, explica el vicerrector, Lluís Quintana. El centro imparte el 25% de sus másteres en inglés y, junto a la Autónoma de Madrid, se acaba de incorporar a la red World 100, que promueve la investigación sobre reputación.

La Pompeu Fabra ha multiplicado por seis los fondos obtenidos a través de convocatorias europeas

La Pompeu Fabra también está pisando el acelerador. Su vicerrector, Josep Ferrer, apunta que “los fondos obtenidos a través de convocatorias europeas se han incrementado exponencialmente y han resultado esenciales para esta universidad”.

Los ingresos logrados por este centro en el VII Programa Marco (el principal instrumento de la Comisión Europea para financiar la investigación y el desarrollo europeos entre 2007 y 2013) se han multiplicado por seis con respecto al programa anterior (2002-2006), pasando de 10,8 a 75,2 millones de euros.

Otro de los objetivos de la internacionalización es atraer alumnos. Según Sisco Vallverdú, “el 53% de los estudiantes de doctorado y el 40% de máster en la UPC ya son extranjeros”. Y Andrés Arias Astray señala que la Complutense cuenta ya con 1.300 estudiantes chinos y participa en un máster con 1.900 ecuatorianos.

En la Universidad de Navarra, “el 20% del alumnado es extranjero”, según su directora de relaciones internacionales, Ana Delgado; y la Universidad de Deusto participa en programas para estudiantes y profesores norteamericanos y de América Latina. Otros centros como el Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), tienen acuerdos de intercambio con instituciones como The Chinese University of Hong Kong o London School of Economics.

Los buenos resultados obtenidos, en financiación y alumnos, han provocado que la competencia para optar a participar en algunos programas internacionales sea cada vez mayor. Ana Delgado concluye que “hay que presentar un proyecto viable y de gran calidad, pero también contar con una buena trayectoria y unos investigadores de prestigio”.

De cualquier manera, no hay que desfallecer en el intento por internacionalizarse porque, como recuerda Delgado, este debe ser parte consustancial e indisociable de una institución cuyo origen etimológico apela a un sentido de globalidad y universalidad.

Ferias y alianzas

Las universidades españolas están haciendo ímprobos esfuerzos en varios frentes para potenciar su visibilidad. Por una parte, han aumentado su asistencia a las principales ferias universitarias, especialmente la europea EAIE, la norteamericana NAFSA y, en menor proporción, la asiática APAIE. Su presencia allí también les sirve para establecer acuerdos con otros centros de prestigio y hacer contactos para desarrollar nuevos programas.

Por otra parte, han potenciado los acuerdos bilaterales y las alianzas con otras universidades. Es el caso de la denominada A4U (integrada por la Autónoma de Barcelona, la Pompeu Fabra, la Carlos III y la Autónoma de Madrid), que organiza visitas a distintos países en busca de nuevos mercados; la red YERUN (Young European Research University Network), que fomenta proyectos europeos conjuntos, o la EUA (European University Association), que potencia los intercambios.

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