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Columna
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El pragmatismo ejemplar del BCE

El enfrentamiento griego está poniendo a prueba las reglas sagradas del Banco Central Europeo. El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, ha expresado su preocupación de que los préstamos del BCE a los bancos del país pudieran violar las normas que prohíben la financiación monetaria. La culpabilidad del BCE depende de lo severo que sea su juez. En el mundo real, su enfoque pragmático parece defendible y eficaz.

Financiación monetaria es la creación directa de fondos para pagar los gastos de un gobierno. El BCE no está enviando billetes recién impresos para ayudar al gobierno de Atenas, pero como señaló Weidmann en una entrevista reciente, hay una línea indirecta. El gobierno griego se queda fuera de los mercados financieros por lo que depende de sus bancos para que compren su deuda a corto plazo. A su vez, los bancos confían en el apoyo de liquidez por parte del BCE.

El gobierno griego se queda fuera de los mercados financieros por lo que depende de sus bancos

Para ser justos, el BCE es consciente de los riesgos y no querría verse atrapado con grandes préstamos a los bancos en un país que ha salido de la zona euro. Prohibió a los bancos griegos aumentar las tenencias de bonos del Tesoro desde febrero y dejó de aceptar más de 3.500 millones de euros de deuda griega como garantía colateral para préstamos. Estos límites se han sumado a la presión sobre el gobierno griego para encontrar un acuerdo con los acreedores oficiales.

La exposición de la zona euro aumenta a medida que pasa el tiempo, porque los bancos griegos están atrayendo más fondos de emergencia. Pero pueden quedarse sin colateral. Cálculos recientes sugieren que su capacidad total es de unos 95.000 millones de euros.

La historia está lejos de terminar. Si hay un principio de acuerdo entre Grecia y sus acreedores, el BCE probablemente ofrecería más financiación a los bancos, dejándolo expuesto si incumple cualquiera de las dos partes.

Pero el BCE también quiere apoyar a la zona euro, al estado miembro griego y la integridad de sus reglas. Esas dignas metas a veces entran en conflicto, sobre todo cuando los gobiernos retrasan decisiones difíciles. Dadas las circunstancias, el enfoque pragmático actual del banco central parece sensato.

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