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La demanda ha sido tres veces el importe de la oferta

Talgo sale a Bolsa a 9,25 euros por acción, cerca del precio mínimo

El fabricante ferroviario debuta el jueves con una capitalización de 1.260 millones El precio de salida se sitúa en la parte baja de la banda orientativa de precios para dar recorrido al valor

talgo
Tren Talgo de alta velocidad.

Dejar recorrido a la acción es el objetivo de los socios vendedores de Talgo y de los bancos que han llevado a la empresa de la mano a la Bolsa. El fabricante de trenes ha fijado el precio en 9,25 euros por acción, en la parte baja de la banda orientativa de precios, que oscilaba entre los 9 y los 11,5 euros por acción.

“La demanda ha superado tres veces la oferta y hubiéramos podido fijar el precio cerca del máximo. Pero hemos seleccionado a inversores de calidad, que permanezcan en el valor; se ha preferido esto antes que intentar maximizar los ingresos”, afirman fuentes conocedoras de la marcha de la operación,

Los coordinadores han sido Santander, JP Morgan, Nomura y en un segundo nivel han estado Bankinter, BBVA, Crédit Agricole, JB Capital Markets, N+1, Natixis y Société Générale. Rothschild ha sido el asesor. La compañía debutará el jueves unas horas después de Cellnex con una capitalización de partida de 1.260 millones de euros, por encima de su principal competidor, CAF, que cerró ayer con un valor de 1.043 millones de euros.

Los accionistas vendedores, que se desharán de hasta el 49,5% del capital, ingresarán un máximo de 620 millones de euros. Son Trilantic Capital Partners, que hasta ahora controlaban el 63%; la familia Oriol (el 20,3%), y el fondo de capital riesgo MCH Private Equity (el 16,2% restante). Los tres están agrupados en el holding Pegaso Rail International.

Capitalización

Se colocaría en el puesto número 52 de la Bolsa española, por delante de Vidrala (unos 1.050 millones de euros) y por detrás de Indra (cerca de 1.700 millones). El PER de 2014 (número de veces que el beneficio por acción está incluido en el precio por título) ronda las 33 veces, frente a las menos de 17 veces de su rival española.

La distancia respecto al PER (número de veces que el beneficio por acción está incluido en el precio por título) de 2014 entre Talgo (entre 32 y 41 veces en función del precio) y CAF (menos de 17) es abismal. Pero los expertos consultados explican que la diferencia entre am­bas empresas también es notable. Los trabajadores de la compañía con sede en Beasáin (Guipúzcoa) controlan cerca del 30% del capital, lo que la hace muy diferente a su competidora, señala un experto. “La proyección internacional de la marca también es muy distinta; la de Talgo es muy superior”, añaden desde una gestora de fondos de inversión.

La cartera de pedidos de Talgo a cierre del año pasado se situaba en unos 3.700 millones de euros, casi 10 veces su facturación de ese ejercicio (384 millones, tras haber crecido un 18%), y el 77% dependía de fuera de España.

La tecnología exclusiva, que no ha conseguido ser imitada, es el gran motor de la compañía que dirige José María Oriol Fabra –su consejero delegado– y lo que ha permitido a la firma expandirse por más de 40 países. Se dedica al mantenimiento de trenes en Portugal, Francia, Suiza, Italia, Estados Unidos, Kazajistán y Uzbekistán, además de en España, y se ocupa de la puesta a punto de equipos ferroviarios en otros 32. En CAF, la cartera de pedidos supera los 5.300 millones, cerca de cuatro veces sus ingresos en 2014.

Dividendos

Talgo se dispone a seguir creciendo una vez haya desembarcado en el parqué. Negocia proyectos en 25 países y ultima la adquisición de otras pequeñas empresas. La política de dividendos, con todo, está marcada en rojo: destinará entre el 20% y el 30% de los beneficios a retribuir a sus accionistas (pay out). Esto implicaría, con las cifras del año pasado, una rentabilidad por dividendo de entre el 1% y el 0,8%. Talgo, además, marca un límite para la retribución futura: en ningún caso superará el 50%. CAF, en cambio, no reparte un porcentaje de las ganancias, sino una cantidad fija: 36 millones de euros. Así lo ha hecho en los últimos cuatro ejercicios, lo que desvela falta de flexibilidad, a juicio de los expertos consultados. En 2014, cuando ganó 59,7 millones, su pay out fue del 60% y su rentabilidad por dividendo, del 3,6%.

Con la salida a Bolsa, el plan de incentivos a los ejecutivos, a los que se les entregarán acciones por hasta 136 millones de euros, las cuentas del fabricante de trenes presidido por Carlos Palacio Oriol mejorarán de forma notable. La compañía detalla, por ejemplo, el beneficio bruto de explotación (ebitda) con y sin incluir las aportaciones para este bonus (el ajustado). La diferencia entre uno y otro supera los 20 millones de euros.

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