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El BCE comienza a pedir planes de rentabilidad al sector

Ser más español está de moda en la banca... ¿Quién lo iba a decir?

Sin prisa, pero sin pausa. Así parece que se van recuperando las cuentas de resultados de la banca española. Desde hace más de un lustro los resultados de las entidades financieras han estado marcadas por una continua subida de la morosidad, y por lo tanto de las provisiones para insolvencias. Los saneamientos se habían convertido en el pan diario de la banca. Era engordar el cajón de las provisiones o morir.

El cierre de las cuentas del pasado año ya apuntaba a su normalización. Ahora, tras haber presentado toda la gran banca los resultados del primer trimestre, parece que se confirma. La morosidad comienza a ser, poco a poco, un problema del pasado (o eso vaticina el sector, que al final nunca se sabe), y a menor número de impagados, menores provisiones, y por lo tanto mayores beneficios. Todos los bancos han anunciado ganancias superiores a las de hace un año, incluso en España, país que, además, comienza a retomar el protagonismo que perdió con la crisis económica y financiera.

Solo BBVA ha sufrido un traspié en su cuenta de resultados en banca comercial en España, al caer un 9,6%, provocado en parte por las mayores dotaciones destinadas al proceso de digitalización del banco. El crédito comienza a coger carrerilla apoyado sobre todo por el exceso de liquidez imperante en el mercado como consecuencia de la batería de medidas adoptadas por el Banco Central Europeo (BCE), aunque habrá que esperar todavía unos meses para que sus cifras absolutas sean superiores un año sobre otro. Pero es curioso que lo que hasta hace también unos meses era un problema por su escasez y por sus elevados precios, ahora sea un problema por barato y abundante. Ahora hay más crédito que demanda, y encima muy barato, señalan varios directivos del sector, que reconoce que gestionar esta ecuación no es fácil. “Es la primera vez que nos enfrentamos a trabajar en una entidad con los tipos de interés casi a cero, y parece que esta tendencia durará varios años”, señala un conocido y veterano presidente de un banco.

De momento, los bancos se van apañando recortando los intereses que pagan a los clientes por los depósitos, que se encuentran ya en todas las entidades por debajo del 0,54%. Alguna incluso los remunera al 0,28% y con perspectiva de seguir a la baja.

Pero el recorte del precio de los depósitos tiene un límite, lo mismo que la reducción de los costes y de las provisiones. ¿Y cuándo se alcance ese suelo, qué?. Ante estas perspectivas la solución más sensata es intentar aumentar los ingresos con una mayor vinculación y fidelización de los clientes, razón por la que ha aumentado la competencia, o crecer con nuevas adquisiciones.

De momento, estamos en la primera fase. Pese al escaso número de entidades financieras existentes en el país, solo 15, la competencia es cada vez más agresiva. Tanto, que ha llevado al consejero delegado de BBVA, Ángel Cano, a alertar sobre una posible guerra del crédito, con ofertas de financiación por parte de algunos bancos que no llegan a cubrir el coste de capital, según declaró este banquero la semana pasada.

Pero esta primera fase desembocará en menos de dos años en la desaparición de más entidades financieras ahogadas por su baja rentabilidad, y que acabarán absorbidas por las más rentables, que a su vez necesitan crecer para mejorar sus ingresos. Esta nueva oleada de fusiones será, además, propiciada de alguna forma por el propio BCE.

El BCE ha comenzado a exigir a los bancos sus planes de negocio y de rentabilidad a tres y cinco años. La idea es que en este periodo su rentabilidad supere el 8%. No quiere más sustos. Y por ello, también exigirá a los consejeros de estas entidades que controlen la política de precios del pasivo y del activo de sus respectivas firmas, o lo que es lo mismo del riesgo de su estrategia comercial. De momento, solo tres de las principales entidades españolas tienen un ROE (rentabilidad sobre recursos propios) superior al 8%, Bankinter (+10,28%), Bankia (+8,7), y BBVA (+9). Santander está cerca de alcanzarlo, (+7,6%), lo mismo que Sabadell (+7), mientras que CaixaBank tiene un ROE del 3,4% y Popular del 2,86%.

Pero todas ellas tienen planes para llegar incluso a los dos dígitos en menos de un lustro. Las dudas del mercado están en Liberbank, BMN, Unicaja, Ibercaja y Kutxabank (al margen de las cooperativas de crédito), con cuotas de mercado en zonas muy localizadas y con un tamaño considerado ahora pequeño para competir. La denominada gran banca está dispuesta a hacerse cargo de estas entidades en su afán de crecer en su mercado doméstico. Y es que todos han perdido el miedo a aumentar el peso de sus ingresos y beneficios en España. Incluso Santander y sobre todo BBVA, –que desde hace dos semanas es el mayor banco del país por volumen de negocio tras incorporar CatalunyaBanc–, han perdido el temor a que los mercados en general, y los analistas y las agencias de calificación en particular, les estigmaticen por ser españoles y por depender cada vez más de España.

“Nos molestaba el tratamiento que el mercado daba hace unos años a España. Pero desde hace un año y medio ya no nos da miedo. España vuelve a estar en buena forma (...). El país viven un momento inédito para apuntalar el crecimiento (...). El apetito inversor extranjero ha vuelto, y ya no es un pecado” estar y crecer en España, aseguró Cano la semana pasada.

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