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La bajada de precios complica el abastecimiento de 190 fármacos

Los medicamentos baratos escasean en las farmacias

Los mercados no respetan ni a los enfermos. Desde hace más de un año es difícil encontrar en las 22.000 farmacias españolas algunos medicamentos de uso común y no tan común. La mayoría de los laboratorios tiene “en falta”, según el argot farmacéutico, algunos fármacos para el colesterol, el dolor, los problemas gástricos, pero también para paliar los efectos de la quimioterapia y de uso en los trasplantes de órganos, la leucemia o la epilepsia. Dicen en las boticas que algunos vienen con cuentagotas y, si bien es verdad que muchos tienen equivalentes alternativos, algunos no cuentan con tratamientos análogos y el Ministerio de Sanidad los tiene que traer del extranjero. Además, los pacientes no son máquinas y muchas veces los equivalentes no son tolerados de la misma forma por todos los enfermos.

Urbal, indicado para la úlcera gástrica (sin equivalente en el mercado); Cardyl, para el colesterol; Neurontin, para la epilepsia, o Dacortin, cuyo principio activo, la prednisona, se utiliza en enfermedades reumáticas, son algunos de ellos. También faltan hasta completar las 190 presentaciones, recogidas en la lista de la Agencia Española del Medicamento, Mercaptopurina, indicado para la leucemia linfocítica; BCG, la vacuna de la tuberculosis; Fortecortin, tratamiento para los tumores o edemas cerebrales y paliativo de los efectos de la quimio, y Canadiol, utilizado en pacientes de VIH.

“Me han hecho la pascua”, dice una paciente que no encuentra en las farmacias desde hace meses Urbal, del laboratorio Merck. “Terminan por darte omeprazol, que no es bueno si tienes pólipos, o Nexium Mups, que es un fármaco carísimo. Los laboratorios insisten en que este desabastecimiento, que está afectando de forma muy intensa a los hospitales al hacer previsiones de compras con presupuestos cerrados, obedece a problemas logísticos y de stock, explican en Sandoz, con dificultades de suministro en cinco fármacos (con tres principios activos), o en Merck, que tiene en falta una docena de medicamentos en España debido a una auditoría interna para mejorar algunos fármacos. O a “la falta de previsión ante los picos de demanda”, opina Fernando Redondo, presidente de la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE), pero la realidad es que muchos se pueden adquirir en el extranjero, a mayor precio.

En el Ministerio de Sanidad aseguran que “en todos los casos los pacientes están cubiertos porque hay alternativas terapéuticas; esto es un mercado como cualquier otro y los laboratorios deciden si están o no están en él”.

Donde más pagan hay más

La política tan agresiva de los precios de referencia a la baja establecida por el Gobierno ha provocado que muchos laboratorios mantengan en España el mínimo indispensable para no salir de la lista de medicamentos financiados por el Sistema Nacional de Salud (SNS), señala Redondo, y el problema se recrudece cuando el principio activo está en manos de un solo laboratorio.

Esta medida ha permitido al SNS rebajar la factura de las recetas de los 13.000 a los 9.000 millones de euros, pero ante cualquier pico de demanda, “el país que más paga tiene garantizado el suministro frente a los países, como España, donde los precios son mucho más bajos”. En Farmaindustria afirman que el desabastecimiento lo ha favorecido la bajada de los precios y también el comercio ilegal en el extranjero de algunos distribuidores de medicamentos.

Andalucía, Valencia y Aragón son de las comunidades más afectadas junto con Navarra, Madrid o Galicia, sobre todo en las localidades más pequeñas. En Andalucía, la implantación, en 2013, de un sistema de subastas para comprar fármacos ha causado aún más desabastecimiento, según farmacéuticos de la zona.

Los laboratorios que optan a las subastas son, en su mayoría, pequeños, de países asiáticos o de nueva creación, sin capacidad para fabricar la demanda de toda la región, que representa el 20% de toda España, porque los españoles o establecidos aquí se han negado a presentarse alegando que atenta contra la libre competencia. De hecho, este sistema está recurrido ante el Tribunal Constitucional.

“El resultado es que hay fármacos con constante falta de suministro o algunos que meses después de la subasta aún no han llegado ni siquiera a las farmacias”, lo que obliga al boticario a ofrecer al enfermo otras marcas que están fuera de la subasta. Los conflictos en la farmacia y las quejas son constantes, cuenta este farmacéutico, ya que los pacientes no entienden por qué les cambian constantemente las cajas de los tratamientos y, lo que es más grave, muchos enfermos se confunden en la toma de medicamentos.

Algo similar ocurre en Valencia, donde la implantación de un nuevo sistema ha acabado con el acto médico ya que, ante una patología, el Servicio de Salud obliga al facultativo a recetar el fármaco y la marca de un laboratorio concreto. Así, en las farmacias solo trabajan con seis o siete genéricos de los centenares que hay en el mercado.

Las cifras

El Sistema Nacional de Salud ha ahorrado 4.000 millones de euros en la factura de gasto farmacéutico con la repetida bajada obligatoria de los precios de referencia de los medicamentos.

En España hay más de 22.000 farmacias en las que se comercializan más de 16.000 medicamentos, pero a veces de los centenares de ellos solo hay seis o siete disponibles en las boticas.

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