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Bruselas sólo concede a la compañía 10 semanas para defenderse

La CE acusa a Google de usar Android y el buscador para acabar con los rivales

La comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, durante la rueda de prensa de hoy.
La comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, durante la rueda de prensa de hoy.Efe

Las investigaciones sobre abuso de posición dominante en el mercado de búsquedas y en el mercado de la telefonía móvil podrían desembocar en sendas multas millonarias contra Google. Pero más peligroso para la compañía resultaría si la Comisión decidiera, además, imponerle normas sobre su actividad comercial para impedir su expansión a otros mercados o para garantizar que no acabara con sus potenciales rivales.

La comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, subrayó hoy que “todas las posibilidades están abiertas”. Incluida, añadió, la de alcanzar un pacto con Google, aunque no parece la más probable a la vista de la actitud en contra de la compañía que impera en capitales como Berlín o París.

Como prueba de esa nueva beligerancia, Vestager concede a Google un plazo de sólo 10 semanas para intentar rebatir las acusaciones de abuso de posición dominante en el mercado de búsquedas. La premura del plazo indica que Bruselas no está dispuesta a embarcarse de nuevo en un largo regateo con los ejecutivos de Google, como había ocurrido hasta ahora.

Cinco años de denuncias e investigaciones

La investigación de Bruselas sobre Google se alarga ya cinco años y aún no está claro cuánto durará todavía. Esta es la historia del caso, en fechas clave.

Febrero de 2010. La Comisión Europea confirmó la recepción de tres denuncias de empresas online europeas que se quejaban del abuso de posición de dominio que, en su opinión, Google estaba ejerciendo en las búsquedas y en los resultados de publicidad online para excluir a la competencia. Fueron el comparador online de precios Foundem (primer denunciante en noviembre de 2009), el motor de búsqueda vertical Ejustice.com y el comparador de precios Ciao!

Noviembre 2010. Bruselas anunció el inicio de una investigación formal a Google. La Comisión había recibido cerca de más de 500 respuestas a sus peticiones de información sobre la conducta de la firma estadounidense.

Mayo 2012. El Comisario Almunia desveló que la Comisión había identificado cuatro áreas en las que las prácticas de Google podrían ser consideradas como abusivas. Y, en diciembre de ese mismo año, se reunió con Eric Schmidt, vicepresidente de la compañía, a la que pidió una propuesta de solución para enero de 2013. Casi tres meses después, la Comisión anunció que Google había emitido una propuesta de medidas y que llevaría a cabo un test de mercado durante un mes. Los denunciantes criticaron las propuestas y la CE pidió a Google otro nuevo paquete de soluciones. En octubre estaba listo, y de nuevo se inició un periodo de feedback con las partes afectadas.

Diciembre de 2013. Almunia concluyó que el paquete revisado de medidas no era aceptable, porque no resolvía las preocupaciones sobre competencia de Bruselas. Y en febrero de 2014, el comisario anunció la recepción de un tercer paquete de propuetas que, según dijo, parecía que conduciría a una solución definitiva y amistosa. No fue así, y en octubre de 2014 Almunia reconoció que la oposición a alcanzar un acuerdo estaba creciendo, porque las medidas propuestas por el gigante tecnológico estadounidense no cumplían con los requisitos exigidos.

Noviembre 2014. La comisaria Vestager sustituye a Almunia y poco después el Parlamento Europeo emitió una moción pidiendo a la Comisión que considerara medidas estructurales sobre el posible número de violaciones en Competencia Europea que Google habría llevado a cabo. Los Gobiernos de Francia y Alemania solicitaron a la Comisión un referéndum en el asunto y cuatro ministros alemanes escribieron a varios comisarios en relación a la economía digital. Vestager ha mantenido reuniones con ambas partes hasta el desenlace anunciado ayer.

La nueva ofensiva de la Comisión Europea contra la firma estadounidense llega tras cinco años de infructuosas negociaciones para resolver por vía amistosa el creciente número de quejas contra la compañía por su presunto abuso de posición dominante.

El anterior comisario de Competencia, el socialista Joaquín Almunia, intentó alcanzar un pacto con el buscador, convencido de que un expediente sancionador difícilmente podría zanjar los conflictos en un mercado tan cambiante como el digital.

Pero su sucesora, la liberal danesa Margrethe Vestager, ha decidido cortar por lo sano. Y presionada por Alemania y Francia, ayer anunció el envío de un pliego de cargos contra Google en el que acusa oficialmente a la compañía de haber abusado de su dominio del mercado de búsquedas (90% de cuota en la mayoría de los paíes europeos, includa España) para hacerse con otros mercados, en concreto, con el servcio de comparación de precios a través de su servicio Google Shopping.

Seis años de abuso

Para agilizar el expediente, Vestager ha optado por desgajar el enorme caso iniciado por Almunia y proseguir sólo con una de las cuatro acusaciones inciales. Las tres restantes (canibalización de contenidos de otras empresas, cláusulas de exclusividad en contrato de publicidad y restricciones a los anunciantes) deberán esperar mientras Bruselas intenta demostrar los abusos presuntamente cometidos para favorecer a Google Shopping.

Ese abuso, según la Comisión, se habría cometido desde 2008, es decir, un período de más de seis años que, a efectos de cálculo para una potencial multa, podría arrojar una sanción multimillonaria. Por ese tipo de infracción, Bruselas puede imponer multas de hasta el 10%, de la facturación de la compañía, lo que para Google podría suponer una multa de hasta 6.000 millones de euros.

La Comisión ya castigó por razones similares a la compañía informática Microsoft con una multa de 497 millones de euros (en 2004) y al fabricante de microchips Intel con otra de 1.067 millones (en 2009). El Tribunal de Justicia europeo ratificó la validez de ambas multas.

En el caso de Android, Bruselas recuerda que Google comenzó a desarrollar su sistema operativo en 2005. Hoy, la plataforma del gigante tecnológico tiene más de un 80% de cuota de mercado, lo que supone un claro dominio de la compañía en el negocio móvil.

Bruselas sospecha que Google ha aprovechado ese abrumador control para obligar a algunos fabricantes de móviles a instalar exclusivamente Android y para obligarles a incorporar otras aplicaciones y servicios de Google. Unos cargos que recuerdan mucho al caso de Microsoft, acusada y condenada por aprovechar la omnipresencia del sistema operativo Windows para colocar su navegador Explorer y su programa audiovisual (Windows Media Player).

Google: “Hay más para elegir que nunca”

Google respondió hoy de manera inmediata a los dos expedientes de la Comisión, con sendos comunicados a través de su blog. En relación con su presunto abuso en el mercado de búsquedas, la compañía aseguró que ahora los internautas tienen “más posibilidades de elegir que nunca: Bing, Yahoo, Quora, DuckDuckGo o un millar de buscadores especializados”.

En cuanto a Android, Google asegura que “nació como consecuencia de la frustración” que la compañía sentía ante el lento desarrollo de las aplicaciones para las teléfonía móvil. “Pensamos que al ofrecer un sistema operativo excelente y abierto podríamos propulsar la innovación”, señaló Google. La compañía, que recordó que “muchos nos tomaron entonces por locos”, se atribuye parte del mérito en la explosión comercial de los smartphones y sus aplicaciones.

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