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Acuden al Supremo alemán para tener en exclusiva el color

Nivea y Dove se pegan en los tribunales por poder ser azules

La empresa alemana Beiersdorf, fabricante de la marca Nivea, y el gigante anglo-neerlandés Unilever, productor de la línea cosmética Dove, acudieron hoy al Tribunal Supremo germano por una disputa en torno a su derecho a usar el color azul.

El abogado de Beiersdorf, Peter Baukelmann, presentó hoy un recurso ante los cinco jueces de la corte en contra de la sentencia del Tribunal de Patentes alemán, que en 2013 dio la razón a Unilever, que exigía anular el derecho de Beiersdorf a emplear en exclusiva el color azul como elemento distintivo de Nivea.

El letrado defendió que la empresa alemana no utiliza el color azul únicamente de forma decorativa, sino que constituye de por sí un elemento distintivo de su línea cosmética Nivea, cuyo valor, según los analistas de mercado, asciende a 2.500 millones de euros.

Por su parte, el representante de Unilever, Christian Rohnke, consideró que el uso en exclusiva del azul por parte de Beiersdorf supone un perjuicio en materia competitiva.

“Hay decenas de competidores que utilizan el color azul combinado de diferentes maneras como parte de su imagen publicitaria”, dijo.

Por ello, el abogado de Unilever exigió confirmar la sentencia del Tribunal de Patentes, que en 2013 explicó su decisión con el argumento de que para que se justifique el derecho al uso exclusivo de un color, al menos un 75 % de la población debe asociar el mismo a un producto determinado.

No obstante, según un dictamen pericial, sólo poco más de la mitad asociaba en 2013 el color azul a la marca Nivea.

Beiersdorf defiende que el color azul está consolidado como elemento distintivo de su línea Nivea, aunque según una encuesta encargada por la empresa alemana, sólo el 57,9 % de la población lo asocia a esta marca.

La cuestión a la que debe responder ahora la Corte Suprema es “si el Tribunal de Patentes aplica normas muy estrictas” al establecer que el 75 % de la población debe asociar un color determinado a un producto concreto para que se justifique su uso exclusivo, precisó el presidente de la Sala Primera de lo Civil, Wolfgang Büscher.

“La gente de mi edad conoce muy bien la lata azul de Nivea con letras blancas y sabe que es una crema”, agregó, lo cual apunta a que el Tribunal Supremo podría rebajar las exigencias para la protección de un color asociado a un producto a un 50 % de la población.

No obstante, es probable que la Corte Suprema se dirija primero con esta cuestión al Tribunal de Justicia Europeo. EFECOM

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