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Contratados por el 35% de las compañías energéticas en EE UU

Un seguro para un radiante día de sol

Las empresas contratan pólizas frente a la variabilidad climática. Tras estos productos se encuentran las reaseguradoras y ‘hedge funds’

Alfonso Simón Ruiz

Imagine un radiante día de sol en enero. Y otro y otro y otro... Así durante largas semanas. Un calor en pleno invierno que el ciudadano agradecerá, pero no todo el mundo estará contento. ¿Qué reducción de ingresos conllevará para las eléctricas por el menor consumo de calefacción? Zara venderá menos abrigos y las estaciones de esquí se verán en la ruina. Esta variabilidad climática, alejada de las tradicionales catástrofes, también se puede asegurar. Ycada vez más empresas lo hacen, aunque en España en menor medida.

Estos seguros se denominan paramétricos, ya que están asociados a datos objetivos y oficiales como pueden ser el cambio de temperatura, el viento o la falta de sol. “A diferencia de las catástrofes, no hacen falta peritos. Los contratos especifican, por ejemplo, la compensación que recibirá la empresa si la temperatura es un grado mayor o dos o tres”, explica Sergi Corbatera, experto en gestión financiera del riesgo. “Lo que el cambio climático está produciendo es una mayor variabilidad en el clima, frente a lo que las empresas se aseguran”, señala.

En España, en caso de daños por catástrofes naturales –como las graves inundaciones–, la empresa pública Consorcio de Compensación de Seguros asume las indemnizaciones. En el campo también es bastante frecuente que los agricultores se cubran con pólizas de Agroseguro. La novedad pasa ahora por asegurarse ante otro tipo de riesgos climáticos.

Hoteles, estaciones de esquí, campos de golf... ¿A quién interesa?

“Cada vez tenemos más empresas interesadas”, reconoce Pedro Tomey, de Aon . “Los que más se están interesando son los hoteleros”, apunta. De hecho, estos grandes grupos españoles con presencia internacional son de los que más contratan este tipo de pólizas, según los expertos, también debido a la exposición climática más impredecible en áreas como el Caribe, por ejemplo, debido a los huracanes. “El turismo, sector energético, transportes y el agropecuario” son los que más buscan protegerse de los riesgos climáticos, asegura Fernando Fernández, de March JLT. “Dos temporadas malas de nieve pueden llevar a la ruina a una estación de esquí”, recuerda el experto en riesgos Sergi Corbatera, igual que días de fuertes lluvias pueden estropear la temporada de un campo de golf en Levante o en Marbella. El comercio, debido a días insospechadamente cálidos o fríos, también se puede ver afectado, igual que las cerveceras y las empresas de refrescos. “El cambio climático seguirá siendo una de las principales preocupaciones a las que se enfrenten las empresas. Por lo tanto, la adecuada adaptación de las estrategias de gestión de riesgos es clave”, recuerda Alfonso Urquijo, de Willis.

Este tipo de productos nació en EEUU en 1997, mediante un acuerdo de la compañía energética Enron (ya desaparecida), la aseguradora Koch y el bróker Willis, por el que se compensaba a la empresa si se producía una variabilidad en la temperatura. “En España se está introduciendo muy poco a poco. No veo que a corto plazo vaya a cambiar porque tiene un coste elevado. La percepción del riesgo del cambio climático es más social y política que dentro de las empresas”, opina Alfonso Urquijo, director del área de medioambiente de Willis.

Sin embargo, en otros lugares estos productos se han hecho más complejos, incluso cotizando en forma de derivados en la Bolsa de Chicago, donde los índices HDD y CDD recogen su evolución. “En EE UU es bastante común que las compañías eléctricas se cubran frente a estos cambios de temperatura”, apunta Corbatera. Un estudio de Storm Exchange, encargado por el mercado de valores de esa ciudad de EE UU, recoge que el 35% de las empresas de energía de ese país ya contratan estas pólizas, frente a un 10% en otros sectores.

Detrás de estos derivados climáticos se encuentran las grandes reaseguradoras, que han tomado este mercado, como Allianz, Endurance, Munich Re o Swiss Re. También participan hedgde funds como Nephila Capital y Coriolis Capital, que buscan rentabilidad fuera de los mercados convencionales. Incluso las empresas de energía EDF y Eon (a través de su filial Energy Trading) han entrado en el mercado. Brókeres como Aon y Willis también intermedian en estas operaciones.

Precisamente AON ha creado un nuevo producto llamado Wexcess, que correlaciona los riesgos y la actividad perjudicada. “El objetivo es proteger a las empresas de la volatilidad climática”, detalla Pedro Tomey, gerente de la firma en España. “No es complejo. Por cada grado que sube la temperatura, por ejemplo, hay una compensación ya definida previamente”, explica.

“Actualmente, este tipo de riesgos se analizan a través de modelos paramétricos, ya que hoy en día es posible obtener datos estadísticos de muchos años, permitiendo transferir al mercado asegurador las consecuencias económicas que puede causar un cambio climático”, asevera, por su parte, Fernando Fernández, director técnico del intermediario March JLT. Respecto al precio, asegura que tienen un alto coste en primas, y también contemplan altas franquicias y periodos de carencia. “Son contratados por grandes empresas para cubrir desviaciones totalmente extraordinarias en su cuenta de resultados”, añade.

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Sobre la firma

Alfonso Simón Ruiz
Graduado en Economía y máster de Periodismo UAM / EL País. En Cinco Días desde 2007. Redactor especializado en información empresarial, especialmente sobre el mercado inmobiliario, operaciones urbanísticas y, también, sobre la industria farmacéutica y compañías sanitarias.

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