Ruta enológica y ornitológica por Castilla y León

Desde tiempos de los romanos, el vino ha sido uno de los grandes protagonistas en la Ribera del Duero. Hablamos de una comarca privilegiada para la actividad vitivinícola. El río y sus afluentes se dibujan sobre un paisaje ondulado dando vida, a su vez, a las tierras que atraviesan. Aquí el clima es muy seco, continental y de influencia atlántica; el suelo es arenoso y pedregoso de aluvión sobre una capa arcillosa que permite almacenar el calor del día y la poca humedad de este entorno. La uva es el resultado de la combinación de todos estos elementos y tiene una calidad especial. Calidad que se traduce en una serie de vinos de renombre internacional y que han encumbrado esta zona como la milla de oro del vino.

El grupo Matarromera, con cuatro denominaciones de origen (DO) y gran conocedor de la región, ha querido acercar al público a este mundo enológico. Reservado anteriormente a una reducida clientela de expertos, parece que está abriendo sus puertas a cada vez más curiosos que quieren pasar un fin de semana diferente. Por ello, ha creado una propuesta de uno o dos días donde se combinan dos de los grandes atractivos de la zona: el enoturismo y la ornitología.

Con el nombre de Naturaleza, pájaros y vino, Matarromera ha lanzado esta nueva idea enoturística, desarrollada en colaboración con Náyade Servicios Turísticos. El objetivo es introducir al visitante a la ornitología en las reservas naturales de las Lagunas de Villafáfila y las Riberas de Castronuño, al tiempo que se le acerca al mundo del vino con una visita y cata comentada en las bodegas de Cyan y Emina Rueda.

Es un plan perfecto para realizar en familia y con niños. El precio incluye una visita guiada por las respectivas Casas del Parque, explicación del entorno y la fauna del lugar y la observación de aves con material fotográfico y telescópico especializado.

Una vez terminada la ruta ornitológica, Matarromera quiere presentar a sus invitados dos de sus mejores vinos: Cyan (DOToro) y Emina Rueda (DORueda). Lo hace sin salir de la naturaleza, esta vez domesticada. La primera bodega, Cyan, cercana a la localidad de Toro, destaca por su extraordinaria localización en una pequeña colina entre bosques de pinos y custodiada por sus cien hectáreas de viñedos. Su caldo es ilustre por su robustez y fuerte tinta.

Dejamos la provincia de Zamora para ir a Medina del Campo, en Valladolid. Aquí nos encontramos otra gran bodega de este grupo: Emina Rueda. Aparte de elaborar vinos blancos y espumosos de extraordinaria calidad por su riqueza de matices, ha creado la primera almazara ecológica de la provincia. Por si fuera poco, ha lanzado una serie de cosméticos de alta gama natural aprovechando parte de la uva.