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Chivite negocia desprenderse de Bodegas Señorío de Arínzano

La banca ultima la primera venta de una empresa del proyecto Fénix

Bodegas de Chivite
Bodegas de Chivite

La gran banca aún no ha firmado la creación de la nueva sociedad Fénix SL, cuyo objetivo es reestructurar la deuda de empresas viables. Pese a ello, de las cuatro empresas que firmaron con la banca un protocolo de intenciones para su recapitalización, Chivite está a punto de cerrar la primera venta para reducir su deuda.

La creación por parte de Santander, BBVA, Caixabank, Bankia, Popular y Sabadell del proyecto Fénix, vehículo constituido para recapitalizar empresas viables pero sobreendeudadas, sigue pendiente de su firma por parte de los bancos, pese a que ya en noviembre estaba previsto su nacimiento. Las diferencias existentes aún entre los seis bancos que pretenden crear este vehículo siguen. La semana pasada BBVA y Caixabank volvieron a reivindicar su idea de crear vías diferentes para cada una de las empresas con las que negocien la recapitalización de su deuda bajo el proyecto denominado Fénix, lo que estuvo a punto de provocar una nueva fractura en la sociedad conjunta. Al final, se ha logrado reconducir el proyecto.

Pese a las diferencias en cómo se debe gestionar la recapitalización y venta de las empresas incluidas en el proyecto Fénix, la banca está consiguiendo el objetivo final por el que nació Fénix, la recapitalización y venta de empresas medianas que son viables. La primera operación que se puede cerrar en breve es la venta de una de las bodegas que integran el grupo Chivite, Bodegas Señorío de Arínzano, por las que se ha interesado la firma con sede en Luxemburgo SPIGroup. Esta operación se podría cerrar incluso antes de que la gran banca firme la constitución de Fénix, retrasada ya en varios meses, aunque tanto Chivite como Condesa, Ros Casares o GAM firmaron en noviembre un acuerdo de intenciones (el MoU –Memorandum of Understanding–) para que la banca encontrase una solución financiera que evitase su entrada en concurso de acreedores.

Válvulas Arco también tenía previsto su entrada en Fénix, pero ha logrado reconducir su destino. Negocia con la banca unas nuevas condiciones de su deuda tras presentar una oferta que pasa por entregar activos inmobiliarios a cambio de amortizar una parte de su pasivo y vender el resto al fondo de inversión catalán Abac Capital. Este fondo se incorporaría a su accionariado con una participación inferior al 35%.

El grupo SPI ya ha presentado una oferta no vinculante por Bodegas Señorío de Arínzano, tras la reunión que mantuvieron el pasado 8 de enero. Los bancos ven con buenos ojos esta operación ya que supondría una reducción de la quita que aplicaría a la deuda de 54,7 millones de euros de las bodegas de la familia Chivite. La hoja de ruta inicial sobre la que se trabajaba para recapitalizar esta firma era que la banca se quedase inicialmente con el 90% del capital de la bodega y el 10% restante, los actuales socios. Ahora, esta hoja de ruta cambiará si finalmente se firma el acuerdo de venta.

Otra empresa que ha encontrado una solución que, pese a firmar el protocolo con la banca para la reestructuración de su deuda, tiene otra vía para solucionar su recapitalización es Condesa. Esta firma líder en Europa en la producción de tubos soldados llegó en noviembre a un acuerdo con los bancos acreedores que incluía la capitalización de la deuda (325 millones) a cambio de títulos y de activos industriales. La banca se quedaría como accionista mayoritario con el acompañamiento en el accionariado de ArcelorMittal. Condesa adeuda 32 millones a la multinacional de la familia Mittal. Las familias Iribecampos y Uribarren, que todavía controlan el 100% de Condesa, cederían la propiedad a cambio de tres fábricas (en Asturias, Valencia y País Vasco), además de activos inmobiliarios en Vitoria, donde el grupo vasco tiene la sede, y de la eliminación de cargas hipotecarias que habían asumido contra el pasivo citado. Pero ahora Condesa ha encontrado otro socio, Corporación Aristrain, que negocia la compra del 100% de la firma vasca.

El grupo metalúrgico Ros Casares, otra de las cinco empresas que la banca estaba dispueta a salvar al considerar que era viable pese a su deuda, parece que finalmente quedará fuera del amparo del sector financiero como consecuencia de sus pleitos con su socio, Thyssen Ros Casares. GAM, primera empresa rescatada por la banca, anunció a principios de este mes la conversión de parte de su deuda en acciones. La banca controla la firma.

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