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Apuesta por fondos de inversión e hipotecas

Los productos que ofrecerá la banca para ser más rentable

Getty Images
Nuria Salobral

El cliente se ha convertido en el claro protagonista de los planes estratégicos de la banca española. También lo fue, aunque no apareciera en los discursos, durante los momentos más crudos de la crisis, cuando se apeló a la clientela para captar los depósitos con los que garantizar la liquidez o para comercializar las polémicas participaciones preferentes con las que reforzar capital y que causaron cuantiosas pérdidas a miles de pequeños inversores.

La crisis, y los largos efectos del pinchazo inmobiliario, deterioraron gravemente la relación de la banca con sus clientes. Y una vez cerrado el capítulo del saneamiento por los créditos tóxicos y de la recapitalización, llega por fin el momento de volver a hacer negocio y de regresar al origen: el cliente. Además, este promete convertirse en el punto de apoyo esencial para responder al nuevo desafío que tiene ahora la banca española por delante, la mejora de la rentabilidad en un entorno de tipos de interés casi a cero.

La política comercial que desarrolle este año la banca será clave para lograr ese objetivo y pasará por ofrecer alternativas de ahorro que den cierta rentabilidad al cliente e ingresos para la entidad y por despertar la concesión de crédito, médula espinal de la cuenta de resultados. Depósitos estructurados, fondos de inversión e hipotecas serán la apuesta comercial obligada para particulares.

Depósitos y cuentas: Apenas el 0,5% en la nueva producción

Los depósitos tradicionales a plazo fijo siguen siendo el vehículo mayoritario para el ahorro de los españoles, a pesar de que la caída en picado de los tipos de interés en la zona euro ha llevado a mínimos su remuneración. Poca esperanza de rentabilidad puede haber para este producto con tipos oficiales en el 0,05%. “No es descabellado que la remuneración a un año de los depósitos a plazo pueda caer al 0,2% o 0,25%”, reconoce José Manuel Pedregal, director de productos de particulares de Sabadell. El alargamiento de los plazos, que en otro tiempo fue la vía para apurar más remuneración, apenas funciona ya. “La curva de tipos está muy aplanada y con plazos más largos no logras mucho más”, añade.

Los bancos tampoco tienen la necesidad de financiación de antaño y no sienten ninguna presión para captar más depósitos, lo que animaría la competencia entre entidades a la hora de remunerarlos. La banca está ofreciendo rentabilidades que a duras penas superan el 0,5% para los depósitos que vencen. Y las ofertas para captar nuevo ahorro no son muy superiores. ING Direct comercializa un depósito a tres meses al 1,99% TAE, es decir, que al cabo de un año habría generado un rendimiento del 0,475%. Solo la contratación de productos adicionales da acceso a rentabilidades más altas. Así, Bankinter paga el 5% el primer año y el 1,99% el segundo al domiciliar la nómina y hacer pagos periódicos con tarjeta.

Estructurados: Acercarse a la Bolsa con garantía plena

Son la alternativa hacia la que se están dirigiendo los ahorradores conservadores a la vista de la mínima rentabilidad del depósito a plazo tradicional. Los depósitos estructurados garantizan igualmente el cien por cien del capital, no hay posibilidad de pérdidas y vinculan su rentabilidad a la evolución de una o varias acciones o un índice bursátil, lo que ofrece mayores expectativas de rentabilidad. El cliente no sabrá cuánto gana hasta el vencimiento del producto, cuando se comprueba si se cumple la premisa sobre la que se ha diseñado.

Por ejemplo, Abanca –antigua Novagalicia– comercializa un depósito a 18 meses que puede llegar a ofrecer una rentabilidad TAE del 1,92% si, al cabo de ese tiempo los títulos de Iberdrola y Telefónica se han revalorizado. Si una de ellas, o las dos, no lo consiguen la rentabilidad mengua al 0,266%, por debajo de lo que puede ofrecer un depósito a plazo fijo tradicional. Es decir, hay más rentabilidad aunque queda sujeta a que se cumplan determinadas condiciones.

Bankinter comercializa un estructurado al mismo plazo –año y medio– referenciado a las acciones de Telefónica e Inditex. Si al vencimiento el precio de las dos acciones es igual o superior al precio inicial, en el momento de la contratación, la rentabilidad será del 2% (1,325% TAE). De lo contrario, queda en apenas el 0,5% (0,332% TAE). La entidad comercializa también un depósito a plazo tradicional a un año al 1,325%, a partir de un importe mínimo de 10.000 euros aunque con la condición de tener domiciliada la nómina al menos durante el período de vida del producto.

“Las expectativas de rentabilidad en los depósitos estructurados van del 1,3% al 1,5%”, señala el director de banca de particulares de Sabadell, que comercializa un depósito estructurado a 18 meses referenciado al Eurostoxx 50 y otro a la evolución en Bolsa de Telefónica y Repsol. “Si la rentabilidad que se puede llegar a obtener es más alta hay que tener en cuenta que puede ser porque la probabilidad de que se cumpla el supuesto a que está condicionada es más baja”, advierte Pedregal. En todo caso, los estructurados son la opción más evidente de aspirar a una rentabilidad algo superior sin poner en riesgo el ahorro más conservador.

Fondos de inversión: Apuesta por los mixtos flexibles

Los fondos de inversión son la gran esperanza de las entidades financieras españolas para contribuir a la mejoría del negocio y al aumento de los ingresos por la parte que le toca al ahorro. Los depósitos a plazo tradicionales y los estructurados seguirán siendo pieza clave de la política comercial, dado el carácter mayoritariamente conservador de la clientela. Pero los fondos de inversión son una preciada fuente de ingresos por comisiones y en ello está la nueva batalla de la captación de recursos de la banca.

“Los fondos apenas representan el 10% sobre el conjunto del ahorro de los españoles, que se concentra en un 44% en depósitos”, explica José María Luna, director de análisis de Profim, que destaca la creciente apuesta comercial de la banca por los fondos mixtos de renta fija, el destino al que puede acudir en busca de rentabilidad el ahorrador más desencantado con los depósitos, dispuesto también a asumir ciertas dosis de riesgo. En 2014 ya se ha apreciado con claridad ese traslado en las preferencias. Así, el porcentaje del patrimonio en fondos garantizados disminuye del 29,1% en diciembre 2013 hasta el 17,0% en diciembre 2014. Asimismo, el patrimonio invertido en fondos mixtos y de renta variable pasa del 20,3% a finales de 2013 hasta el 29,2% en la actualidad.

Luna destaca la importancia de la flexibilidad en la gestión en los fondos mixtos de renta fija, que pueden invertir hasta el 30% del patrimonio en Bolsa y que han de vigilar esa apuesta en momentos de alta volatilidad como el actual. Los monetarios son una primera aproximación a los fondos de inversión para el ahorrador más conservador, aunque los actuales tipos en mínimos condenen la rentabilidad de estos productos. “Son una opción siempre que la comisión de gestión sea reducida, del 0,4% como mucho, y que la cartera del fondo ya tenga recorrido, con activos comprados no hoy sino hace meses”, explica Luna, que cita como ejemplo el Mutuafondo Corto Plazo de Mutuactivos. Estima que los monetarios pueden llegar a dar este año entre el 0,6% y el 0,8%.

Otra alternativa en fondos que recomienda Profim, expertos financieros independientes, está en los de renta fija europea con activos a medio plazo –a alrededor de cuatro años– y que combinen la deuda pública y la corporativa. En tal caso, la rentabilidad puede superar a la del depósito estructurado. Luna cita al fondo Banco Madrid Renta Fija, que renta en el año el 2,32% y el BYN Mellon Euroland Bond, que logra ya el 2,21% de rentabilidad.

Una tercera opción para el cliente conservador que desee adentrarse en la inversión en fondos son los de retorno absoluto de perfil conservador, en los que la volatilidad esté muy acotada. Este tipo de fondos busca una rentabilidad consistente en el tiempo, para lo que procuran desvincularse de la marcha de los mercados. Profim pone como ejemplo el Renta 4 Pegasus, que gana el 0,94% este año. Y para quienes están dispuestos a asumir mayores dosis de riesgo, quedan los fondos mixtos de gestión activa, donde ya hay una parte directa de inversión en Bolsa. Ahí lo aconsejable es buscar una gestión flexible. Luna menciona como ejemplo el March InternAcional Torrenova, con una posición en renta variable que ronda el 10% y gana en el año el 1,5%.

A favor de los fondos de inversión, además de la rentabilidad si se asume algo de riesgo, juega también la fiscalidad. La tributación por las ganancias es la misma que en el depósito pero el fondo ofrece el margen de maniobra de poder cambiar de un producto a otro sin pagar impuestos, que se abonarán en el momento del reembolso.

Hipotecas: Diferenciales y euríbor a la baja

Las oficinas bancarias son el gran escaparate para la venta de productos de ahorro pero donde realmente gana dinero la banca es con la concesión de créditos, que comenzará a salir del duro letargo que ha impuesto la crisis. El saldo general de financiación a pymes y particulares aún arroja una evolución negativa en tasa anual, si bien este año se espera un primer incremento en términos netos en la recta final del año. Pero, al margen de las amortizaciones y del largo proceso de reducción del riesgo, sí crece la nueva producción de crédito, en especial en hipotecas y al consumo. De hecho, la banca se ha enrolado en una agresiva política comercial en el crédito hipotecario en la que participa la práctica totalidad de las entidades.

Esta misma semana anunciaron rebajas en sus diferenciales hipotecarios Ibercaja –del 1,9 a 1,7 sobre euríbor– y Bankinter, que ofrece un tipo de salida el primer año del 2%, desde el 2,5% anterior y un diferencial de hasta euríbor más 1,5 puntos. La condición para disfrutar de los tipos más bajos es siempre la máxima vinculación con el banco, si bien el cliente en una situación solvente está de suerte. Además de bajos diferenciales, el euríbor hipotecario está en mínimos del 0,298% de enero y promete seguir cayendo este año.

La novedad de los planes ahorro 5

La reforma fiscal que ha entrado en vigor este año ha traido un nuevo producto a la oferta bancaria, el plan ahorro 5, una suerte de seguro o cuenta a la vista que tiene la peculiaridad de dejar exentas las ganancias si se mantienen durante al menos cinco años. Su filosofía es la de garantizar la mayor parte del capital, al menos el 85%, lo que da un enfoque conservador al producto. Para la banca es una fórmula de captar un ahorro que cuenta con el incentivo fiscal de no pagar impuestos en el medio plazo, aunque el actual nivel de tipos de interés impone unas rentabilidades reducidas.

Por ahora, un puñado de entidades ha comenzado la comercialización de este producto, que todavía es muy incipiente y que debe encontrar su hueco dentro del abanico de ofertas de la banca, según reconocen en el sector. Sabadell, Mapfre, Caixabank, Ibercaja y Popular son por el momento los pioneros de los planes ahorro 5, que establecen una inversión máxima de 5.000 euros anuales, mientras que Banco Santander y Axa preparan el lanzamiento de sus propios productos para las próximas semanas.

El producto de Sabadell ofrece un interés del 1% anual, revisable cada trimestre. “La acogida en principio es buena, aunque solo sabremos cómo funciona realmente cuando se vea que el cliente lo mantiene durante cinco años para aprovechar el beneficio fiscal”, reconocen en la entidad. El plan ahorro cinco de Popular ofrece una rentabilidad garantizada del 2% para 2015, según explicó la entidad en un comunicado.

Aunque su vocación es la de incentivar el ahorro en el medio plazo, los planes ahorro 5 no son necesariamente una alternativa para los planes de pensiones, que también están despuntando en la oferta comercial de los bancos, sino un complemento.

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Sobre la firma

Nuria Salobral
Es jefa de la sección de Inversión en el fin de semana y redactora especializada en temas financieros y política monetaria. Trabaja en Cinco Días desde 2006, donde ha cubierto la quiebra de Lehman Brothers, el rescate a la banca española o las decisiones del BCE. Nacida en Madrid, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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