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Tribuna
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¿Volveremos a perder la guerra de Cuba?

El restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y EE UU deja a la UE en la segunda línea de los intereses de Cuba. ¿Qué hará ahora Europa con su “posición común” hacia la isla? Una posición común que data de tiempos del Gobierno Aznar, y que solo es aplicada a Cuba, como si este país fuera el único que incumple el respeto a los derechos humanos.

La posición común, como el embargo norteamericano, ha penalizado duramente al pueblo cubano, no a su Gobierno, que siempre se escudó en estas sanciones para no responsabilizarse de su nefasta gestión de la economía. Así el pueblo cubano era castigado, desde el interior por el incumplimiento del respeto a los derechos humanos, y desde el exterior siendo privado de alimentos y productos básicos. No podemos sentirnos satisfechos de las decisiones de nuestros políticos.

Era conocido que los EE UU marcarían el camino del deshielo y dejarían a los países de la UE en la estacada. A principios de 2014, sin prisas como es habitual, los países de la UE acordaron modificar la posición común e iniciar el diálogo político con Cuba.

¿Y España? ¿Qué ha hecho durante este tiempo? El Gobierno ha utilizado las relaciones con Cuba como arma ideológica de su política interior. Ahora paga por ello. Gran parte de la actual legislación europea, restrictiva hacia Cuba, parte de nuestro país. Hace un par de meses el ministro Margallo visitó la isla, lo que fue interpretado como un movimiento positivo del Gobierno de Rajoy de cara a negociaciones menos estrictas. Sin embargo, el gobierno cubano le dio la espalda.

¿Cómo va a defender ahora el Gobierno español el protagonismo que le debiera corresponder en el nuevo acuerdo político que, sin duda, negociará la Unión Europea con el Gobierno de Cuba? La UE no lo tiene ahora fácil para no quedar fuera de un territorio que ofrece importantes oportunidades de inversión. La promulgación de una nueva Ley de Inversión Extranjera en Cuba ha generado expectativas en el mundo empresarial español, que analiza las nuevas regulaciones y la cartera de inversiones ofrecida en diciembre por el Gobierno de Raúl Castro: 8.000 millones de euros en 246 proyectos, a corto y medio plazo. Obligados por la crisis, pequeños y medianos empresarios buscan mercados exteriores, y Cuba es uno de los apetecibles porque necesita capital, equipamiento y tecnología, y parece caminar hacia la liberalización.

No obstante, queda tiempo. Hay que vencer dos obstáculos: el primero, el ritmo que imponga el Gobierno cubano. Raúl Castro ha declarado que “no debe pretenderse que, para mejorar las relaciones con Estados Unidos, Cuba deba renunciar a las ideas por las que ha luchado durante más de medio siglo”. Castro sabe muy bien que, cuando se abren las ventanas, el aire empieza a correr y es difícil no resfriarse. Pero también sabe que su edad –82 años– le obliga a pensar en el abandono de sus responsabilidades de hombre de Estado (anunciado para 2018). Y lo que es peor, que dos de sus aliados comerciales, Rusia y Venezuela, ya no podrán ayudarle enfrascados, como están, en tratar de superar una crisis en su economía de difícil y larga resolución.

El segundo obstáculo procede de los EE UU y está marcado por la decisión que pueda adoptar el Congreso sobre el embargo. Miami está dividida, fundamentalmente entre los viejos exilados cubanos que no quieren oír hablar de pactos con los Castro y los jóvenes (los que nacieron en EE UU y no conocen el país de sus padres y abuelos). Esta división se traslada al Partido Republicano en el que aparecen voces que quieren levantar el embargo, puesto que reconocen ha servido para bien poco.

Lo cierto es que los teléfonos de las consultoras en el Estado de Florida empezaron a sonar y al otro lado del teléfono son muchos los que se interesan por cómo invertir en Cuba

¿Cómo mantendrán el tipo las empresas españolas? ¿Serán capaces de competir con el aluvión de empresas norteamericanas que desembarcaran en la isla? Qué hará el Gobierno español para apoyarlas? ¿Qué hará Europa? ¿Resignarse? ¿Volveremos a perder la guerra de Cuba?

Agustín Ulied es profesor del Departamento de Economía de ESADE Business School y miembro del Team Europa.

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