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Motivación laboral

Cambie de trabajo, usted tiene mucho que aportar

La inmovilidad y el apego por el puesto de trabajo no es beneficioso ni para la empresa ni para los empleados. Es necesario un cambio para despertar la motivación y la productividad. Además, el mercado lo exige.

Un puesto de trabajo para siempre es ya cosa del pasado, al menos, dentro del sector privado. Lejos están esas largas, larguísimas, carreras profesionales en las que un trabajador comenzaba su andadura en una empresa y 40 años más tarde se jubilaba en ella. El mercado laboral es ahora, para bien o para mal, algo cambiante y evolutivo.

La seguridad de saber que se cuenta con un puesto de trabajo fijo y más o menos estable, acarrea unas consecuencias claras a largo plazo: bajada de la productividad, o lo que comúnmente se conoce como dormirse en los laureles, falta de interés, sensación de sentirse inútil o por el contrario, creerse imprescindible.

“Desde luego, el trabajador parece ser más eficiente, por ejemplo, con la sombra del despido encima de la mesa y se sabe que mientras dura una etapa de ajustes, su actitud es diferente”, afirma Tirso Gracia, experto en recursos humanos, profesor de EADA Business School y abogado socio del despacho Ventura Garcés.

Descubrir, si no se ha hecho antes, que cualquiera es prescindible agudiza las ideas y pone a funcionar al máximo de su rendimiento a las plantillas de empleados, aunque después se pase a la fase de tristeza y disconformidad con la situación laboral. Algo que, por cierto, tampoco favorece el buen ambiente entre los trabajadores de una compañía. Lo ideal sería sentirse motivado para fomentar el cambio por uno mismo, por muy cómodo que se encuentre en su lugar de trabajo.

La inmovilidad laboral no aporta mucho a las compañías ya que siempre es bueno recibir ideas traídas por nuevos trabajadores. “A no ser que la empresa ofrezca mucha formación a los empleados, un personal estático estará menos motivado a la hora de trabajar”, apunta Gracia. Igualmente, los trabajadores de hoy en día necesitan de una experiencia más o menos variada para destacar.

Y es que la garantía de un empleo para siempre no es un factor motivante en estos tiempos (sí lo era hace algunas décadas) y una de las exigencias que se piden a los candidatos es la capacidad de adaptación, algo demostrable si se ha pasado por diversas empresas en diferentes puestos y responsabilidades. Los expertos creen que es mejor anticiparse y contar con el menor apego posible a los trabajos que se ocupan para lograr adaptarse al un mercado que cambia rápidamente.

El 40% de los trabajadores confía en cambiar de empleo en los próximos seis meses

En el lado contrario, tampoco favorece, por lo general, un currículo lleno de cortas experiencias laborales, donde el trabajador no refleja una verdadera estabilidad ni compromiso con la empresa. “A no ser que sea por motivos justificados como un ajuste de plantilla, lo ideal es permanecer unos cinco años en la misma compañía”, asevera el profesor. Se estima que ese es el tiempo mínimo para comenzar una andadura, hacerse cargo de sus responsabilidades, aportar mejoras y finalizar un proyecto.

El estudio internacional Randstad Workmonitor del tercer trimestre de 2014, refleja que más del 13% de los trabajadores españoles están buscando trabajo de forma activa. Este porcentaje representa el dato más alto de los últimos cuatro años. Esta cifra en aumento es claro síntoma de la recuperación de la confianza en el mercado laboral y en las ganas de buscar otro empleo que se adapte mejor a sus necesidades.

Además, el estudio apunta otra realidad: el 40% de los trabajadores de nuestro país confía en acceder a una nueva ocupación en los próximos seis meses. Las motivaciones para hacerlo son variadas, pero cada vez gana más terreno la necesidad de mejora laboral y la búsqueda de incentivos para avanzar en una trayectoria profesional.

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