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El nuevo escenario energético

El petróleo sigue por los suelos: claves del desplome del Brent

Imagen de una refinería en Rusia.
Imagen de una refinería en Rusia.Andrey Rudakov (Bloomberg)
Nuño Rodrigo Palacios

El precio del barril de petróleo está en los 65 dólares por primera vez desde 2009, y los expertos no descartan más caídas. Ya ha bajado un 42% desde los niveles de junio, un cambio que está destrozando las previsiones económicas en todo el mundo. ¿Qué está pasando, y qué consecuencias tiene este movimiento?

¿Por qué ha caído tanto el petróleo?

La bajada del precio del petróleo, actualmente de un 42%, arrancó en el mes de junio y obedece al desequilibrio entre oferta y demanda: La ralentización económica en Europa (especialmente en Alemania y Francia) y un menor crecimiento en Asia se combinan con el aumento de producción, especialmente en Estados Unidos y Canadá, gracias a las técnicas no convencionales como el fracking o la producción a partir de arenas bituminosas. En las últimas semanas, además, han mejorado los suministros procedentes de zonas en conflicto, como Irak o Libia. El exceso de producción actual se estima en dos millones de barriles de petróleo al día. Ante la fuerte caída de los precios, se esperaba que el cártel de países productores, la OPEP, recortase producción en la reunión de noviembre. Pero no lo hizo, abriendo la puerta a más caídas.

¿Cuál son las últimas noticias?

Ayer el ministro de petróleo de Kuwait aseguró que el precio del barril estará en torno a los 65 dólares durante seis o siete meses. La semana pasada Arabia Saudí rebajó el precio del petróleo que vende a Estados Unidos y los países asiáticos. La misma medida ha tomado el gobierno iraquí. Son dos señales de que los productores del Golfo Pérsico están dispuestos a mantener los precios bajos y no van a recortar producción. Mientras el mercado trabaje con este escenario, el precio del barril seguirá bajo.

¿Piensan así todos los productores?

No. La OPEP siempre ha sido un nido de discrepancias, dadas las diferencias entre los distintos productores. Y es más o menos habitual que estos países necesiten tiempo (medido en meses) para llegar a un acuerdo satisfactorio. No todos los miembros del cártel tienen las mismas prioridades ni capacidad para aguantar un escenario de precios bajos. La situación actual es muy complicada, por ejemplo, para Venezuela. Pero la llave la tienen los países del Golfo Pérsico: si ellos no recortan la producción, el resto no tienen margen de maniobra. El mercado especula ahora con la posibilidad de una reunión extraordinaria, pero sería ya en 2015.

Pero, si se dedican a vender petróleo, ¿por qué quieren que esté barato?

La nueva producción de Estados Unidos o Canadá ha provocado un giro radical en las tendencias del mercado, hasta hace pocos años marcadas por la escasez de nuevas reservas y el férreo control de los productores árabes. Hasta junio, y si se incluye la extracción de gas natural, Estados Unidos era el mayor productor de hidrocarburos del mundo, con 11 millones de barriles equivalentes de petróleo al día, según datos de la Agencia Internacional de la Energía. Pero la nueva producción que este país saca al mercado es cara de extraer, justo al contrario que el petróleo del Golfo: los precios bajos provocan que ciertos proyectos en Estados Unidos dejen de ser rentables. Por ello, un petróleo a 65 dólares condiciona las decisiones explotación y, sobre todo, inversión futura en nuevos pozos con estas técnicas.

¿Están cambiando margen por cuota de mercado?

Es lo que presuponen los analistas. Aunque Estados Unidos sigue importando petróleo, y el Gobierno limita la exportación, y aunque la OPEP aún controle el 40% de la producción (30 millones de barriles diarios) y la mayoría de las reservas conocidas, la cuota de mercado del cártel es la más baja en 25 años. Y los Estados petroleros del Golfo, que han acumulado ingentes reservas de divisas, pueden permitirse un precio más bajo.

¿Está funcionando esta táctica?

Es pronto para sacar conclusiones. El número de pozos operativos en EE UU es de 1.575, y la producción, de 9,08 millones de barriles al día a finales de noviembre, es la mayor desde 1983. Es decir, en estos meses el impacto ha sido nulo. De hecho, se espera que la producción siga aumentando la primavera. Pero el negocio de buscar más petróleo se está viendo ya muy condicionado, como no podía ser de otro modo. La Agencia Internacional de la Energía espera una reducción de inversiones en Estados Unidos. Algunas empresas como Conoco Phillips han reducido un 20% sus inversiones para el próximo año. Schlumberger, la empresa líder mundial en servicios petrolíferos, recortará su flota de barcos que exploran yacimientos y asumirá un coste extraordinario de 800 millones de dólares derivado de los bajos precios. 

¿Qué dicen los implicados?

Hoy por hoy, cada país juega sus cartas: los emiratos del Golfo muestran su disposición a mantener bajos los precios, los productores de Estados Unidos apuntan que la tecnología ha abaratado las operaciones y no dependen tanto del precio alto y tanto Venezuela como Irán dudan de la capacidad de la OPEP para condicionar la oferta.

¿Hasta dónde llegará el precio?

Morgan Stanley acaba de actualizar sus previsiones, y ha fijado un escenario de 70 dólares el barril de Brent para el próximo año, es decir, en línea con los niveles actuales. En el escenario más bajista prevé 43 dólares. No obstante, la caída ha sido tan rápida que las firmas de análisis van por detrás del mercado, y la mayoría aún está recomponiendo sus previsiones.

¿Quién sale ganando?

Obviamente, los importadores y consumidores de petróleo, como España o China. En términos bursátiles, las líneas aéreas están entre las grandes beneficiadas. Las petroleras se ven perjudicadas si su negocio principal es la exploración y producción. Para aquellas más integradas, como Repsol, el efecto es más neutro, dado que sus ingresos también dependen del precio final de la gasolina y de los márgenes de refino (compran el crudo más barato).

¿Y entre los países productores?

De una guerra de precios no suelen salir ganadores. Ahora bien, entre los grandes productores hay diferencia entre los países que pueden soportar precios bajos y los que no, generalmente los más poblados. Los países del Golfo Pérsico, con menos población, menos gastos e ingentes reservas de divisas, pueden soportar precios bajos. Irán, Nigeria, Venezuela o Rusia (que no está en la OPEP) se arriesgan a un 2015 más que complicado por culpa de los precios. Entre sanciones internacionales y caída del petróleo, el rublo cae un 39% este año, y el bono ruso paga un 13%. En Venezuela la deuda cotiza al 50% de su valor, y el Gobierno ha tenido que reescribir el presupuesto. Los analistas consideran que la extremadamente deteriorada economía del país necesita un petróleo a 100 dólares para cuadrar las cuentas. Y Nigeria también ha tenido que reestructurar el presupuesto, con la divisa cayendo con fuerza. Para Estados Unidos la situación tampoco es sencilla; aunque es consumidor neto de petróleo y se beneficia de los bajos precios, la industria petrolera es de los principales motores de su economía. Un menor ritmo de inversión supondrá menos crecimiento.

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Sobre la firma

Nuño Rodrigo Palacios
(Barcelona, 1975) es subdirector de Cinco Días. Licenciado en Economía por la UAM, inició su carrera en CincoDías en 1998, especializándose en información financiera. Ha sido responsable de Mercados, de la edición Fin de semana y de la sección Cinco Sentidos. Redactor jefe a partir de 2007, de 2011 a 2021 se ocupó de la edición digital.

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