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Todas las ‘start-ups’ deben afrontar la profesionalización de su gestión

¿Tiene su empresa alto potencial de crecimiento?

Todas las ‘start-ups’ deben afrontar la profesionalización de su gestión El alto espíritu emprendedor de España fomenta el crecimiento de las empresas

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Manuel G. Pascual

Pocos términos se usan últimamente con tanta frecuencia en el mundo de la empresa como emprender y todos sus derivados. Curiosamente, sin embargo, cuando hablamos de start-ups solemos centrarnos en sus fases iniciales: desarrollo de una idea innovadora y traslación a un modelo de negocio concreto, aceleradoras e incubadoras que agilicen el proceso, business angels que lo posibiliten, etcétera.

¿Qué sucede después con esas organizaciones? Conseguir que las start-ups se conviertan en empresas sólidas que prosperen hasta ser grandes compañías debería ser un objetivo estratégico de todo país. Y para ello hace falta acompañarlas y dotarlas de herramientas adaptadas a sus necesidades.

“Todo el mundo habla de lo importante que es emprender, pero a las start-ups se las deja un poco de lado en cuanto logran sobrevivir un poco y reciben sus primeras rondas de financiación”, apunta Alberto Tornero, director del área de Empresas de Alto Potencial de PwC y coautor del informe Empresas con potencial: un paso más en el emprendimiento. “Creemos que es necesario poner el foco en las compañías que van muy rápido, tanto por su repercusión en la economía como por lo que el resto pueden aprender de ellas”.

El documento reivindica la necesidad de promover la creación y desarrollo de lo que la consultora llama organizaciones de alto potencial. Emprender solo es el principio del camino.

La calidad de vida influye

La gente suele buscar un equilibrio entre las oportunidades profesionales y el ámbito personal. A eso se le llama calidad de vida, y está compuesta por aspectos tan dispares como el clima, el ambiente o las posibilidades de ocio de cada lugar.

La encuesta europea sobre calidad de vida (2011-2012) de Eurofound le otorgó a España una nota de 7,5 sobre 10. Una valoración por encima de la media (7,1) y que supera a países como Alemania, Reino Unido, Francia o Italia. “Sorprende que los datos se hayan obtenido en los años en los que la crisis económica era más profunda en España”, destaca el informe de PwC.

Una encuesta realizada entre 200.000 trabajadores de 189 países concluye que Madrid y Barcelona son la quinta y séptima ciudades preferidas para trabajar, respectivamente, por delante de urbes como Berlín, Roma, Tokio o Los Ángeles. España es, de hecho, el único país con dos ciudades en el top 10 de destinos preferidos en los que vivir, por lo que se erige como un polo de atracción del talento.

¿Qué entendemos exactamente por una compañía de alto potencial? PwC la define como “empresas fundadas o dirigidas por un emprendedor o grupo de emprendedores (...) con potencial de crecimiento y que en fases avanzadas ya ha demostrado su validez con alguna innovación relevante que ha dado razón a ese crecimiento”.

Atención: estas compañías no tienen por qué encuadrarse necesariamente en el sector de las nuevas tecnologías. Hay industrias muy sólidas en España, como el turismo, la agricultura o los bienes de equipo, en las que las firmas nacionales son capaces de arrastrar a competidoras extranjeras. La innovación puede desarrollarse en cualquier ámbito, y sin ella no puede lograrse el éxito propiamente dicho.

Lo más innovador de este enfoque es que no se distingue entre el grado de desarrollo de la empresa en cuestión. Una compañía con alto potencial de crecimiento puede estar en la fase semilla (proyecto embrionario, compuesto por los propios emprendedores y el capital que hayan logrado reunir); en fase de crecimiento (cuando ya se ha contratado personal y factura hasta cinco millones de euros anuales); en expansión (ya es un player dentro del sector y factura hasta 60 millones) o en posición de salida (es un referente en su sector, que ya se puede plantear salir a mercados senior como el Nasdaq y que vende por valor de 100 millones o más).

“Independientemente del momento en el que se encuentre, una empresa con alto potencial de crecimiento tiene las mismas necesidades. Requiere lograr una muy rápida validación de su modelo de negocio, tiene altas necesidades de financiación en momentos concretos y necesita atraer un talento muy específico para sobresalir en su campo”, indica Tornero. Les une también el hecho de que queman las etapas más rápido que el resto de las compañías. Ya se trate de una firma que produzca aislamientos térmicos, de un laboratorio que realice análisis del genoma de los cerdos para mejorar los productos derivados del animal o de una empresa que venda comida por internet.

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Todas ellas deben afrontar en un momento dado un proceso de profesionalización del liderazgo. “Llegará un día en el que los socios fundadores se tienen que dar cuenta de que es mejor que se hagan a un lado y contraten a un consejero delegado externo”, explica el directivo de PwC. Darse cuenta a tiempo de que se debe llevar a cabo este proceso puede ahorrarle a la empresa muchos problemas.

Como su crecimiento es rápido (pueden pasar de tener 10 a 60 empleados en un solo año) se pueden ver en situaciones poco frecuentes, como por ejemplo necesitar de golpe dos o tres directivos. Su estructura corporativa debe ser maleable para poder adaptarse a las nuevas situaciones.

Un entorno adecuado

¿Cómo se puede fomentar el desarrollo de compañías de alto potencial de crecimiento? El informe de PwC identifica algunas palancas que pueden contribuir a su promoción.

Destaca, en primer lugar, el papel desempeñado por el fuerte espíritu emprendedor asentado en España. Según datos del Directorio Central de Empresas citados por el informe, el 99,88% de las compañías registradas en España a 1 de enero de 2013 tenían menos de 250 empleados. Las microempresas (menos de 10 empleados) suponían el 95,7% del total, 3,6 puntos por encima de la estimación disponible para el conjunto de la UE en 2012 (92%). “España es un país en el que es habitual conocer alguien próximo que haya decidido montar un pequeño negocio o trabajar por cuenta propia”, subraya el informe.

Y, contra lo que pueda parecer, la explosión de nuevos negocios no se debe exclusivamente a la necesidad de autoempleo que ha disparado la crisis. Según datos del Global Entrepreneurship Monitor, el 66,8% de los emprendedores decidieron montar su empresa al encontrar una oportunidad de negocio, frente al 29,2% que reconoce haberlo hecho por necesidad. Y el 16% de la población encuestada asegura que percibe buenas oportunidades para emprender en su comunidad autónoma en los próximos seis meses. “Estas cifras reflejan que en España hay una clara vocación emprendedora”, asegura el informe. El reto está en que los empresarios logren convertir sus proyectos personales en grandes compañías.

Otro elemento imprescindible para que eso pueda ocurrir es contar con la gestión adecuada. El documento subraya que España tiene suficiente capacidad de generación de cuerpos directivos profesionales. Hay cantera. “España cuenta con escuelas de negocio de referencia que se sitúan en los primeros puestos en todos los rankings mundiales”, reza el estudio. “Son un instrumento de enorme valor para el país. Estas instituciones forman parte del ecosistema de emprendimiento al facilitar formación de utilidad para aquellos emprendedores que quieran poner en marcha un proyecto empresarial y en la puesta en marcha de empresas de alto potencial”.

La visión empresarial de los ex-alumnos de escuelas como IE Business School, Esade e IESE, su claridad de objetivos y su orientación hacia la escalabilidad e internacionalización de proyectos les convierten en activos imprescindibles para el éxito.

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Sobre la firma

Manuel G. Pascual
Es redactor de la sección de Tecnología. Sigue la actualidad de las grandes tecnológicas y las repercusiones de la era digital en la privacidad de los ciudadanos. Antes de incorporarse a EL PAÍS trabajó en Cinco Días y Retina.

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