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El gasto en innovación en las empresas ha caído un 67% desde 2008

La pyme española, más competitiva que innovadora

Solo el 28% de las empresas del país consideran la I+D como una prioridad dentro de su estrategia de negocio, y ven la falta de fondos como primera limitación

En 2008, las empresas españolas gastaron cerca de 20.000 millones de euros en innovación, según los datos del Instituto Nacional de Estadística. Aunque entonces la incertidumbre sobre el futuro de la economía era ya palpable, no impidió que aquel año haya sido, hasta la fecha, el que registró un mayor volumen de gasto en este apartado.

En 2012, último año con datos disponibles, la cifra se había desplomado un 67%, hasta los 13.400 millones. Por otra parte, si en 2008 el gasto interno en actividades de I+D por parte de las empresas era de 8.073 millones, en 2013 era ya de 6.947 millones, un 14% menos y la peor cifra desde 2006.

Datos que reflejan que durante los últimos años, las prioridades de las empresas han ido por otros derroteros. El último Barómetro Internacional de Financiación de la Innovación, realizado por la consultora Alma señala que solo el 28% de las empresas del país consideran la innovación como una prioridad dentro de su estrategia de negocio, frente al 43% de las empresas internacionales consultadas.

Mientras que fuera se asocia la competitividad del negocio con la innovación, en España se hace con la satisfacción del cliente. El estudio destaca que el 86% de las compañías de nuestro país se consideran competitivas, pero solo el 68% creen que son innovadoras, por lo que un 18% de las empresas encuestadas no integran la innovación como base de su competitividad.

Las empresas reconocen que sin deducciones fiscales, sería muy difícil invertir en innovación

Y, como es habitual, los factores financieros se presentan como principales limitaciones: el primero, la falta de fondos, algo importante ya que cerca del 80% de la financiación de la innovación en las empresas procede de su capital social, según el estudio. Un dato que corrobora la estadística completa de I+D del INE, que en su última edición disponible, la referida a los datos de 2012, indicaba que el 80% de los fondos utilizados por las empresas en I+D procedían de sus propios recursos. La segunda vía, al contrario de lo que pueda pensarse, no es la subvención: es la deducción.

Aprovechar la deducción

El barómetro elaborado por Alma refleja que el 52% de las compañías encuestadas emplean deducciones fiscales como opción de financiación, y en su mayoría reconocen que sería muy complicado realizar innovación alguna sin esta ayuda.

Según la legislación española, las empresas pueden deducirse entre un 25% y un 42% del gasto realizado en I+D+i, porcentaje que puede crecer si se le añaden deducciones por contar con personal investigador o por invertir en inmovilizado dedicado en exclusiva a este tipo de actividades.

Además, existe una deducción del 12% del gasto en proyectos e innovación tecnológica, y la Ley de Emprendedores introdujo una importante novedad para aquellas empresas que, por cosechar resultados anuales negativos, no podían deducirse su gasto en este apartado, haciendo que puedan solicitar su abono con un máximo de un millón de euros para aquellas deducciones de innovación tecnológica y de tres millones para todas las deducciones de I+D+i.

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