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Columna
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La señal turbia del mercado de deuda

Quienes invierten en bonos por lo general quieren ser compensados por los riesgos que llegan con el tiempo, incluyendo la posibilidad de que su némesis, la inflación, pueda ser mayor de lo esperado. Pero las cosas están un poco patas arriba ahora mismo: la denominada prima por plazo se ha convertido en una penalización.

Según la mayoría de los cálculos, esta prima es negativa en varios mercados importantes de bonos, aunque la rentabilidad a largo plazo se mantiene por encima de la que tienen aquellos con plazos más cortos. Goldman Sachs estima que la prima por plazo de la parte de cinco a 10 años de la curva de rendimiento se encuentra en 50 puntos básicos negativos para Estados Unidos, 160 puntos negativos para Alemania, y 100 puntos negativos para un compuesto ponderado por PIB de Alemania, Italia y Francia.

Una prima por plazo importante es difícil de justificar si los inversores creen que la baja inflación y el bajo crecimiento están aquí para quedarse. Pero un miedo económico racional a que la deflación podría estar a la vuelta de la esquina no es la única razón por la que las primas están deprimidas.

El miedo económico racional a una deflación a la vuelta de la esquina no es la razón que deprime las primas

También están abrumadas por la política monetaria ultraflexible. Los inversores intentan escapar de la baja rentabilidad de la deuda a corto plazo. Es cierto que, en Estados Unidos y Reino Unido se espera que las políticas de tipos suban el año que viene en un ataque preventivo contra las posibles presiones de precios. Pero puede que eso no desencadene un fuerte repunte en las primas por plazo nacionales. El Banco de Japón y el Banco Central Europeo pretenden expandir sus balances a través de las compras de activos. A medida que sus políticas hagan caer la rentabilidad local, los gestores domésticos mirarán al extranjero para un mejor rendimiento. Su búsqueda se arriesga a deprimir las primas de plazo en todo el mundo, incluso en países en los que deberían estar repuntando.

Si la inflación reaparece, los inversores de repente se darán cuenta de que están siendo compensados inadecuadamente por sus tenencias de bonos a más largo plazo. El impacto a la rentabilidad podría entonces ser doloroso.

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