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Foro Invertir en Chile

Las inversiones a largo plazo y la estabilidad, alicientes de Chile

Bachelet defiende que la inversión española en el país conlleva “beneficios mutuos”

Michelle Bachelet junto con Juan Luis Cebrián.
Michelle Bachelet junto con Juan Luis Cebrián.Pablo Monge

La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, comandó el despliegue del Gobierno chileno en Madrid con motivo de las jornadas Invertir en Chile organizadas por el diario El País. Un foro en el que empresarios y políticos disertaron sobre las oportunidades que ofrece el país latinoamericano para los inversores extranjeros y, en especial, los españoles.

“Un Estado cabal y equilibrado”

El ministro de Economía español, Luis de Guindos, afirmó en el foro que Chile es país “cabal y equilibrado” en cuanto a su legislación y sus tratos comerciales. Reconoció el esfuerzo de haber emprendido una serie de reformas económicas que “no generan endeudamiento”. De Guindos felicitó al Gobierno chileno por haber sabido “engranar” las medidas a corto plazo con las decisiones a largo.

El ministro de Economía animó a “mejorar” los flujos de importaciones y exportaciones entre ambos países. Su homólogo chileno, Luis Felipe Céspedes, defendió que es “necesario” que Chile conecte con España. “Siempre hemos tenido una vocación exportadora”, aseveró.

Céspedes defendió que el país ha crecido mucho en los últimos 25 años. “Hemos tenido un tremendo progreso y aumento del poder adquisitivo”, afirmó. La renta per cápita del país ha pasado de 5.000 dólares a 20.000 en este periodo. El objetivo es que esta cifra llegue a 30.000 en 2030.

A pesar de los avances, Céspedes admitió que queda por afrontar el “desafío de la inclusión social y económica del país”. En este sentido, Chile tiene programadas una serie de reformas estructurales en el país que afectan a la política, la fiscalidad y la educación. La presidenta del país, Michelle Bachelet, afirmó que contribuirá a la economía al mejorar en capital humano y competitividad. El responsable de Economía chileno afirmó que las líneas a seguir deben de ser la productividad, la innovación y la tecnología.

Bachelet, que fue presentada por el presidente del grupo PRISA Juan Luis Cebrián, afirmó que Chile se enfrenta a una serie de desafíos que puede superar si se constituye como una “economía abierta” en la que nuevos actores tengan participación, siempre con el objetivo de reducir las desigualdades que todavía tiene el país y que tienen “rostro de mujer y de niño”.

La que fuera directora de ONU Mujeres argumentó que “la desigualdad pone en riesgo el crecimiento sostenido” que ha tenido Chile a lo largo de las dos últimas décadas. Para reducir este problema, el Gobierno de la república sudamericana ha emprendido una serie de reformas y de inversiones. “Apostamos por un desarrollo a largo plazo”, afirmó Bachelet.

Los planes del Gobierno chileno contarán con una inversión de más de 28.000 millones de dólares en infraestructura pública. De los cuales, 11.000 millones se facilitarán a través de concesiones a empresas. La presidenta firmó que el planteamiento del Gobierno es “realista” y huye del populismo. “No hacemos propuestas, tomamos compromisos”, defendió.

Entre los planes económicos del Estado se encuentra la mejora del sector energético. “Queremos nuevas políticas, nuevos actores y una mayor tecnología”, defendió durante su ponencia Máximo Pacheco, Ministro de Energía de Chile. Puso el foco en la generación y transmisión de electricidad. “Es imprescindible para la competitividad de las empresas”, aseguró.

El crecimiento de la actividad industrial del país conlleva un incremento de la demanda energética. “Necesitamos una energía limpia producida por el mayor número de empresas para lograr un precio justo”, aseveró. Este último punto, el del coste, entronca con el objetivo de reducir las desigualdades.

La búsqueda de nuevos competidores en un mercado prácticamente controlado por tres empresas hace que, según el ministro de Energía, no haya otro sector con “más apetito de inversión”. En este sentido, Bachelet habló de “grandes oportunidades” para las empresas españolas y lo ejemplificó con el trabajo llevado a cabo por Gas Natural Fenosa.

Alberto Undurraga, ministro chileno de Obras Públicas, destacó la necesidad de una buena colaboración público-privada a través del modelo de concesiones para impulsar el desarrollo del país. Señaló dos mercados principales en los que la obra pública destinará la mayoría de sus esfuerzos. En primer lugar, la red vial que presenta desigualdades notables entre regiones. El segundo de los campos de inversión serán las infraestructuras para luchar contra la sequía: embalses y desalinizadoras. “Nuestra agenda es ambiciosa en tiempo y presupuesto”, afirmó.

El vicepresidente del Comité de Inversiones Extranjeras de Chile, Jorge Pîzarro, ensalzó el trabajo de las empresas españolas en el país. “España representa calidad en la inversión, sobre todo por su diversificación”, señaló. Afirmó que en Chile hay instaladas 300 empresas españolas de las cuales “el 70% son pequeñas y medianas”.

Pablo Monge

Los empresarios españoles ensalzan la seguridad jurídica del país

Los representantes de las principales empresas españolas con intereses en Chile reconocieron ayer el gran atractivo del país sudamericano en la atracción de inversión extranjera. En la mesa redonda, bajo el título La experiencia de las grandes empresas, participaron Telefónica, BBVA, Agbar y Ferrovial.

 

Esta última compañía lleva en Chile desde el año 1990. Santiago Olivares, consejero delegado de Ferrovial Servicios, afirmó que lo “fundamental” del atractivo del país es la seguridad jurídica, además de sus proyectos a largo plazo. “Son pioneros en Latinoamérica en colaboración público-privada”, afirmó sobre el modelo de concesiones.

José María Álvarez Pallete, consejero delegado de Telefónica, señaló a Chile como un mercado que sirve de “transmisión” a toda la región. “Anticipa tendencias de consumo”.

Esto es apreciado por el BBVA, que prueba en el país latinoamericano algunas de sus innovaciones que luego se extienden al resto de la región. El consejero delegado Ángel Cano, ensalzó la situación económica ya que, a pesar de la desaceleración, calcula que “volverá a crecer por encima del 4% a partir de 2016”.

Josep Bagué, director general de Agbar y vicepresidente de Aguas Andinas, defendió que, a pesar de la ralentización de la economía, “no hay pausa” en los proyectos del país.

La implantación de internet y las oportunidades para las empresas tecnológicas y de infraestructuras, son las claves para los empresarios que participaron en el foro.

Una de las reformas que Chile tiene sobre la mesa es la tributaria, que prevé subir la presión fiscal del país casi tres puntos. Los empresarios admitieron que “a nadie le gusta que le suban los impuestos”, pero se mostraron confiados en que sirva para impulsar el poder adquisitivo de la población. “Si se traduce en competitividad, será bueno”, afirmó Olivares. Por su lado, Cano señaló que “la clave es la implantación”.

Los empresarios coincidieron en señalar que las reglas del juego en Chile son claras y eficaces. “Ojalá más países tuvieran el mismo marco institucional y jurídico”, señaló Olivares.

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