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Columna
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El billete chino a la élite de los trenes

Los fabricantes chinos de trenes bala caminan hacia una alianza que podría suponer la entrada a un club de élite. A primera vista, la fusión de CNR y RSE en un monopolio nacional parece un paso hacia atrás, pero ayudaría a China a competir contra un oligopolio de grandes rivales del mundo rico.

CNR y RSE ya son bastante grandes. Fueron los principales fabricantes mundiales de vehículos ferroviarios por nuevas ventas en 2012, según SCI Verkehr. Su unión daría como resultado un gigante con unas ventas de 32.000 millones de dólares (unos 25.000 millones de euros) en 2013.

La combinación, que los medios estatales chinos anunciaron el 28 de octubre está en discusión, también implicaría un experimento con las fuerzas del mercado que cerraría el círculo. La formación de dos compañías de trenes a principios de los dos mil –una en el norte y otra en el sur– fue un movimiento reformista para introducir competencia en la industria. Por el contrario, esta última idea les daría poder para imponer los precios al operador ferroviario nacional de China.

Los grupos parecen igualados sobre el papel. RSE logró 8.100 millones de dólares en ventas en en la primera mitad del año, más o menos un 30% más que CNR. Pero sus márgenes brutos fueron similares, en torno al 19%. La puesta en común de investigación y desarrollo podría ahorrar costes y añadir un 14% a los ingresos combinados del año pasado, calcula Barclays.

Pero puede que China tenga sus ojos puestos en un premio más grande. El tren de alta velocidad es más una industria global que nacional, y la mayoría de los países solo tienen un gran proveedor. Una alianza podría ayudar en el mismo sentido que el fabricante transnacional de aviones Airbus ayudó a Europa a competir con su rival estadounidense Boeing.

Si un grupo combinado ayuda a China a competir en el extranjero y se convierte en un fabricante de trenes de alta tecnología creíble, podría dejar a los ciudadanos en mejor situación.

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