El turismo cierra el cerco al abuso infantil

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) considera la explotación sexual comercial infantil una grave violación de los derechos humanos de niños, niñas y adolescentes y una forma de explotación económica análoga a la esclavitud y al trabajo forzoso. Una de las modalidades en que se realiza esta práctica delictiva es el turismo sexual.

Para luchar contra esta lacra, la industria del turismo decidió dotarse de una herramienta de prevención: The Code, un código de conducta internacional de responsabilidad social empresarial para la protección de niñas, niños y adolescentes de la explotación sexual comercial asociada a viajes y turismo. Desde su creación, en1996, ha atraído a cientos de compañías de la industria turística global, que participan como miembros de la iniciativa o firmantes del código de conducta, y entre las que se encuentran cadenas españolas como Meliá, Riu o Iberostar.

A este código acaba de adherirse también TUI Travel Accommodation & Destinations (A&D), filial de TUI Travel PLC, una de las compañías líderes en viajes vacacionales a nivel mundial. “La adhesión a The Code supone un paso más en nuestro compromiso real y activo en la lucha contra la explotación infantil”, señala Arantxa García, directora de desarrollo sostenible de la compañía. “Llevamos tiempo trabajando en favor de la protección de la infancia en el turismo e implantando medidas para contribuir a erradicar estas prácticas, porque el grupo ya lo firmó en 2010, y lo que queríamos ahora es ratificarlo de una forma más concreta”, continúa.

El código exige cumplir a sus miembros seis requisitos: el establecimiento de una política y procedimientos contra la explotación sexual infantil; la formación de empleados acerca de los derechos de los niños, la prevención de la explotación sexual y el modo de denunciar cualquier conducta sospechosa; la inclusión de una cláusula en todos los contratos de la cadena de valor que indique la existencia en la compañía de una política de repudio y tolerancia cero; informar a los clientes; el soporte, colaboración y compromiso de sus agentes locales clave y otros grupos de interés en la prevención de este tipo de explotación, y la elaboración de una memoria anual.

Formación y concienciación

“La base de todo es la formación y la concienciación”, destaca Arantxa García. “Muchas veces, la gente que realiza estas prácticas se cree inmpune. Van como turistas y sienten que tienen impunidad. Al ir cerrando el cerco, generas esa sensación de menos impunidad, de que estás vigilando”, explica. “Nosotros, que nos ocupamos de los servicios en destino, lo que decimos es que no podemos mirar para otro lado. Y ese es el lema de la campaña que vamos a lanzar: Don’t look away. Nuestra idea es esa, siempre hay algo que se puede hacer”, añade García.

Con la formación, lo que se trata, explica la directora de desarrollo sostenible de TUI Travel A&D, es identificar bien qué cosas resultan cuanto menos sospechosas y cómo informar de ellas. Se trata de hacer que los empleados y los grupos de interés sepan cómo hay que actuar y se cree una red de alerta.

Tailandia y el Caribe son los lugares donde la situación es más grave. Y es allí donde TUI Travel A&D trabaja de forma más específica, con campañas de concienciación junto con Unicef, en grupos de trabajo con hoteles y facilitando la educación. “Se ha demostrado que si das oportunidad de educarse a estas niñas, entienden que existe otro futuro”, enfatiza García.

“Al estar presentes en 61 países y en varias oficinas en cada país, abarcamos una gran cantidad de destinos, y poquito a poco, si se van haciendo cosas en cada uno de esos destinos, también dependiendo de la casuística de cada uno, siempre se aporta, siempre hay un beneficio, algo mejor que no haber hecho nada”, concluye.