El INSEE rebaja su previsión: la economía francesa crecerá un 0,4% en 2014
La economía francesa, que ha permanecido estancada en los dos primeros trimestres del año, crecerá un 0,1% en cada uno de los dos siguientes, con lo que en el conjunto del ejercicio la subida del producto interior bruto (PIB) será del 0,4%, anunció hoy el Instituto Nacional de Estadística (INSEE).
Esa cifra, que aparece en una actualización de su nota de coyuntura supone una revisión a la baja respecto al 0,7% de progresión del PIB que el INSEE había augurado en junio, y significa una repetición de los incrementos que se habían constatado en 2012 y en 2013.
El principal motivo de este bajo ritmo de recuperación de la economía en 2014 es una evolución casi nula del consumo (0,1%) conjugado con una regresión de la inversión (-2,2%), compensado por un mayor vigor de la expansión de las exportaciones (2,7%, tras el 2,4% en 2013 y el 1,2% en 2012).
A ese respecto, el instituto estadístico dijo que después del estancamiento de las exportaciones entre abril y junio, e espera una recuperación en los dos trimestres siguientes (0,7% y 0,5% respectivamente).
Por sectores, la muy leve mejora en la industria manufacturera (0,1% para el conjunto del año) va a convivir con una claro bajón en la construcción (-3,6%) por tercer ejercicio consecutivo.
El INSEE indicó que el empleo total va a mantenerse estable en 2014, pero como la población activa está progresando ligeramente, la tasa de paro debería situarse a finales de año en el 10,3% de la población activa, una décima más que al terminar el primer semestre.
En su análisis de coyuntura, el INSEE calculó que el PIB de la zona euro en su conjunto subirá un 0,8% este ejercicio, tras haber caído un 0,4% en 2013 y un 0,6% en 2012.
Los autores del estudio hicieron notar que las divergencias entre países van a continuar, y ponen en un lado Alemania y España donde “la actividad progresará sensiblemente” (sin cifrarlo) mientras Italia y Francia continuarán sin despegar.
También puntualizaron que sus proyecciones están sometidas a riesgos a la baja en caso de un recrudecimiento de crisis geopolíticas, en particular la de Ucrania, que podrían diferir todavía más las inversiones en la zona euro.
En el otro extremo, consideraron que si prosigue la devaluación del euro, las empresas de la zona euro tendrían una incitación para modificar al alza las anticipaciones de la demanda.