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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El mapa global de Telefónica

Telefónica ha cerrado en esta semana dos operaciones que se enmarcan dentro de la potente política estratégica que la multinacional española está llevando a cabo para fortalecer sus posiciones y reorganizar su presencia global. A la adjudicación en Brasil de un bloque de frecuencias de la banda 700 MHz destinadas al 4G –por 619 millones de euros–, hay que unir el cierre, ayer, de la compra de E-Plus, filial alemana de KPN, en una operación valorada en 8.600 millones de euros. Con este último movimiento, Telefónica Deutschland se convierte en la principal operadora móvil de Alemania. Mientras la adquisición del espectro 4G en Brasil, sumada a la también reciente compra de la operadora GVT en aquel país, es clave para posicionarse en el desarrollo del internet móvil de alta velocidad en la primera economía de sudamérica, la compra de E-Plus permitirá a Telefónica redoblar su presión sobre sus dos grandes rivales, Deutsche Telekom y Vodafone, en la principal economía europea.

Los accionistas de la filial alemana están de enhorabuena. La intención de la empresa es aprovechar las sinergias de la operación con E-Plus, estimadas en unos 5.000 millones de euros, para ofrecer valor añadido a sus inversores. La filial alemana ha sido uno de los grandes motores de generación de caja para Telefónica –en 2013 y 2014 ha abonado 500 y 525 millones de euros en dividendos– y su intención es continuar beneficiando con amplitud a sus accionistas.

La estrategia de la multinacional española, en la que se enmarcan estas operaciones, incluye la retirada de países periféricos –es el caso de Irlanda, República Checa o Eslovaquia– y la concentración de su actividad y musculatura en grandes mercados, como Alemania, Brasil, Reino Unido y España. En esa línea hay que situar la compra de la citada GVT, una operación con la que Telefónica ha reforzado su posicionamiento en un mercado dotado de un enorme potencial de crecimiento. La compañía ha decidido apostar así por aquellos países –sean emergentes o no– en los que puede sacar partido con mayor intensidad a sus participaciones. Esa hoja de ruta estratégica del grupo ha incluido entre sus puntos fuertes una enérgica gestión financiera para reducir los niveles de endeudamiento, al igual que la retirada de aquellos mercados con escaso margen de recorrido.

Todo ello supone un ejercicio de depuración, fortalecimiento y diversificación geográfica que es un ejemplo a seguir para las compañías que aspiran a jugar un papel destacado en un mercado cada vez más competitivo y global. Un mercado sometido a crisis económicas, financieras y políticas y que exige a sus jugadores no solo estrategia, sino también suficiente flexibilidad como para mover ficha con rapidez y oportunidad.

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