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Con talento y buena actitud se pasa de becario a contratado

El contexto actual no es el más esperanzador para los jóvenes españoles, si se tienen en cuenta los datos que proporciona el último informe de educación de la OCDE, que advierte que la tasa de paro de los universitarios españoles se encuentra en el 14% y es una de las más altas de toda la organización.

La fuga de cerebros, es decir, la cantidad de jóvenes que ha emigrado a otros países para buscar la oportunidad que no han tenido en el suyo también es motivo de alarma. Desde el INE se estiman 200.000 "fugas", pero otros investigadores dan hasta 700.000. La web Así Nos Vamos intenta aclarar este galimatías.

Desde el Gobierno, se está impulsando la empleabilidad con varias estrategias: por un lado el Sistema de Garantía Juvenil, un programa al que pueden acogerse todos los jóvenes de entre 16 y 25 que no estudien ni trabajen y que está en marcha desde julio de este año. En Finlandia la iniciativa funciona desde hace un tiempo y arroja cifras positivas.. Una evaluación realizada por Eurofund en 2011 daba a conocer que el 83,5% de los jóvenes en busca de empleo recibió una oferta satisfactoria en un plazo de tres meses tras su inscripción como desempleados.

Otra de las grandes apuestas de la administración es el emprendimiento. Miguel Angel García, Director General de Trabajo Autónomo del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, ha insistido en este modelo y la nueva ley educativa (LOMCE) quiere promover esta competencia desde el inicio de la educación.

Desde que un joven se da de alta en el nuevo régimen de autónomos hasta que paga la cuota real de la tarifa, pasan 30 meses. Los seis primeros se paga 50 euros y después el importe va aumentando progresivamente hasta llegar a los 254. Con esta medida se intenta impulsar el autoempleo y reducir las cifras de paro.

Buscando un futuro

Las titulaciones universitarias más valoradas son Administración y Dirección de empresas, Ingienería Industrial y la de Telecomunicaciones, no obstante, hay hueco para cada profesión y como apunta María Benjumea, del Círculo de Empresarios de Madrid, “la actitud es fundamental y además del conocimiento hace falta desarrollar competencias a nivel profesional”.

La actitud y el talento son las dos características más requeridas por las empresas a la hora de contratar jóvenes recién graduados que se lancen a la búsqueda de su primer empleo más allá del periodo de prácticas.

“Un candidato nunca tiene el 100% de requisitos que se le pide”, reconoce Juan Tinoco, jefe de Recursos Humanos de LG España, pero quien opte a un puesto siempre debe demostrar por qué quiere trabajar en esa empresa y continúa: “No podemos asumir un candidato que no encaje en los valores de la empresa y que no le guste su trabajo”. Parece una obviedad pero la pasión por el trabajo suma diferencias frente a uno u otro candidato.

Estar en LinkedIn, tener creatividad, influencia y capacidad para contar una historia son los rasgos del empleado deseado por muchas empresas. La competencia en los procesos de selección es muy amplia, por eso hay que destacar los logros, cualidades como el liderazgo, el trabajo en equipo, la iniciativa o el impacto que pueda tener su profesión en el futuro. En definitiva, hay que saber venderse.

Amber Wigmore, directora ejecutiva de carreras profesionales del IE, insiste en que “el networking es fundamental”. Una de las bazas menos jugadas por los jóvenes según Wigmore es la de organizar una red de contactos. La directora asegura que solo el 33% de las ofertas llega a las páginas de búsqueda de empleo y que el resto forma parte del networking.

Aunque son muchos los jóvenes que se han ido del país para buscar otras perspectivas, Amber da otro punto de vista, agregando que hay jóvenes que vuelven del extranjero con ideas frescas e innovadoras.No hay una fórmula mágica para pasar de ser becario a contratado, pero la actitud y el talento son dos de los rasgos más importantes.

 

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