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Nuevos modelos

GTS, los Boxster y Cayman más deportivos

Dispone de mayor potencia y un equipamiento bastante completo

La capota de lona eléctrica se pliega en nueve segundos.
La capota de lona eléctrica se pliega en nueve segundos.

El Porsche Boxster/Cayman (básicamente es el mismo coche, uno descapotable y otro cupé) es el deportivo más asequible de la marca alemana.

No obstante, es un biplaza modélico y difícil de mejorar, aunque en Porsche lo han logrado mediante las nuevas versiones GTS.

Estas siglas ya se habían usado en modelos del pasado (el primero, el 904 Carrera GTS de 1964), pero en los últimos tiempos la han adoptado muchos más: el Cayenne GTS de 2008 (muy enfocado al asfalto), el 997 GTS de 2011, o los Panamera y Cayenne GTS de 2012.

Cada orden del piloto tiene una respuesta inmediata y sin filtros

Todos tienen en común un enfoque más deportivo y emocional que las versiones básicas. “Nos dimos cuenta de que hay clientes de Cayman S que quieren un poco más”, dice Stefan Weckbach, jefe de producto. “Pues esto es algo más”.

La fórmula para pasar de un Cayman S a un GTS es parecida a la aplicada para pasar de un 911 Turbo a un 911 Turbo S: algo de potencia extra y mucho equipamiento. El motor boxer de seis cilindros y 3.4 litros rinde ahora 15 CV extras, hasta los 330 en el Boxster y los 340 en el Cayman.

El par máximo también aumenta, en 10 Nm. Sobra aclarar que esta diferencia entre ambos no es una necesidad técnica, sino una cuestión de marketing para diferenciar las gamas.

En cuanto al equipamiento que es de serie en el GTS y opcional en el S, destaca el chasis PASM (suspensión de dureza variable), el paquete Sport Chrono (con la tecla mágica Sport Plus para un redimiento de carreras) y el escape deportivo.

El cambio PDK de doble embrague es opcional, ya que habrá quien prefiera el manual, y no cuesta más por una cuestión de emisiones e impuesto de matriculación.

En todo caso, es en las carreteras con curvas donde estos modelos demuestran lo que son capaces.

El Cayman es quizá más bello, aunque poder retirar la capota y escuchar “en directo” ese escape rugiendo es un privilegio reservado al Boxster. Exteriormente apenas se distinguen del resto de la gama por los faros oscurecidos (con Dynamic Light System de serie), las tomas de aire con perfiles negros, las llantas de 20 pulgadas del Carrera S y las siglas GTS en negro mate.

Al subir en el Cayman, el conductor descubre un volante como el del 911 GT3, forrado en ante y con las levas para cambiar de marcha de aluminio. Lo único malo es ese freno de mano de botón, propio de un monovolúmen. Respecto a los acabados y posición al volante, es simplemente perfecta.

El equipamiento es muy generoso, con volante forrado en piel vuelta y asientos deportivos eléctricos también de serie. Lleva además faros que cambian solos de cortas a largas, o cámara de aparcamiento trasera.

Al poco tiempo de comenzar a rodar estos coches se sienten como hechos a medida, como una prolongación de cuerpo. Cada orden del piloto tiene una respuesta inmediata y sin filtros.

Acelerar el maravilloso motor (muy similar al del 911), frenar con una potencia asombrosa y dirigirlo por las curvas con esa dirección es un auténtico vicio, y además estos Porsche corren y mucho.

El Boxster con cambio PDK y el botón Sport Plus activado pasa de 0 a 100 km/h en 4,7 segundos, y una décima menos el Cayman GTS. Son prestaciones de superdeportivo, y ambos superan los 280 km/h (285 el Cayman).

Como referencia, un 911 tipo 997 de 2008 acelera de 0 a 100 en 4,7 si es manual, y en 4,5 si lleva PDK. Si pensamos en algo más exótico, un Ferrari 360 Modena pasa de 0 a 100 en 4,5 segundos y alcanza 295 km/h. El consumo medio es de sólo 8,2 litros, y es que la escasa sed de estos deportivos es una de las cosas que más llaman la atención cuando se usan a diario.

El Boxster GTS cuesta 81.000 euros y el Cayman, 85.300 euros, una diferencia de 11.000 euros respecto a las versiones S que está justificada. Es bastante dinero pero no hay nada tan bueno y gratificante por este precio, y además cuando pasen los años se cotizarán más que el resto de versiones.

Lleva volante en piel vuelta y asientos eléctricos deportivos de serie.
Lleva volante en piel vuelta y asientos eléctricos deportivos de serie.

Comprar un Porsche, del sueño a la realidad

Como ejemplo, el Cayman básico se ofrece actualmente con una entrada de 17.400 euros, 47 cuotas de 500 euros, y con una cuota final de 23.600 euros. Y si prefiere algo más económico, hay miles de oportunidades en el mercado de ocasión.

El primer Boxster se lanzó en 1996. La configuración de motor central le da un equilibrio único y, además, es descapotable. Ya va por la tercera generación (tipo 981), de modo que conviene buscar entre los de la primera (tipo 986) y la segunda (tipo 987).

Los primeros se encuentran desde unos 10.000 euros, pero la oferta se reduce al 2.5 de 204 CV. En 1999 se remodeló la gama con el 2.7 de 240 CV y el lanzamiento del Boxster S, con 280 CV. En cuanto a averías, es frecuente que pierdan aceite. Más preocupante (unos 8.000 euros) sería que fallara el cojinete del eje intermedio, con resultados trágicos para el motor.

La segunda generación se lanzó en 2005, y difícilmente se encuentran por menos de 20.000 euros.

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