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Lecciones de liderazgo

Francisco Gómez: “El liderazgo es ganarse el respeto de la organización”

“Detrás del fracaso está una actitud de abandono, de no explorar todas las alternativas” "Hay que tener una estrategia clara y adaptarla a las nuevas situaciones del mercado”

Manuel Casamayón

Francisco Gómez (Madrid, 1963) conoce muy bien el modelo de banca cercana centrada en las pymes porque se incorporó al Banco Popular en 1988. Desde entonces destaca cuatro hitos que han marcado su carrera: cuando marcha con su familia a Sevilla para trabajar en el Banco de Andalucía, su conocimiento de las sucursales a raíz de su nombramiento como director de zona de Banco de Galicia, la visión del negocio que le aporta ser director general de riesgos (en una fecha señalada como es agosto del 2007) y su posición actual de consejero delegado del grupo desde enero de 2013.

Pregunta. Liderazgo es…

Respuesta. Un líder debe ser autoexigente y responsable, tener conocimiento de su trabajo y de su entorno, y prever el futuro. Además de tener una estrategia clara y adaptarla constantemente a las nuevas situaciones de mercado. Tambien participar de los valores de la empresa, comunicarlos y predicar con el ejemplo. En resumen, una combinación de empatía, autodisciplina, iniciativa y observación. Y por encima de todo, capacidad de influencia.

P. ¿Quién se puede considerar un buen líder?

R. Aquel que es capaz de ser incisivo en la comprensión de los asuntos, abierto en la forma de razonar con el fin de encontrar opciones, que sabe motivarse y motivar, persistir para resolver asuntos de todo tipo y obtener resultados. Considero también que ha de tener confianza al dirigir a otros y ser sensible a los puntos de vista de los demás. Debe, asimismo, actuar de forma colaboradora y orientada hacia el logro de objetivos. Creo que quien reúne estas competencias es capaz de persuadir a otros.

P. Si lo bajamos al terreno personal, ¿se considera que representa esta visión de líder?

R. Mis responsabilidades exigen ejercer el liderazgo y esto implica, fundamentalmente, ganarse el respeto de una organización. Por tanto, son los demás quienes lo ratifican depositando su confianza en ti. Mientras no sea así, da igual cómo se autocalifique uno.

P. El Banco Popular encarna unos valores que se transmiten en un estilo de liderazgo: la vocación por el cliente, el modelo de negocio basado en las pymes y los particulares, la prudencia y la sobriedad. ¿Hay un modelo de liderazgo general o cada uno desarrolla su propio estilo?

R. No puede haber un modelo estándar porque las motivaciones de las personas y de las organizaciones son muy diferentes. Existen tres tipos de necesidades en las personas que se muestran de forma combinada y en distinto grado. La primera de esas categorías es la necesidad del logro. Una segunda categoría es la de personas que persiguen obtener y conservar la autoridad. Un tercer grupo responde a la necesidad de asociación. Por tanto, el liderazgo consiste también en saber identificar qué tipo de necesidades predominan en los equipos y en la organización y qué personas pueden ser capaces de gestionar esas necesidades. Por consiguiente, ha de existir un estilo propio de liderazgo capaz de ajustarse a esas diferencias.

P. Sin ser triunfalistas podemos afirmar que estamos en la senda de la recuperación. ¿Cambian los desafíos de un líder después de la crisis?

R. Los retos no cambian, aumenta el nivel de exigencia, la responsabilidad y la rapidez con que evolucionan las cosas. En esencia, también en eso consiste el liderazgo: en estar a prueba continuamente.

P. Durante la peor parte de esta crisis ha ocupado la responsabilidad de evaluar los riesgos del grupo como director general. En su carrera, ¿cómo entiende el éxito y el fracaso?

R. La carrera profesional la veo en términos de largo plazo y como un proceso en permanente movimiento, donde los problemas y las soluciones se van sucediendo de forma continuada. Por tanto, hablar de éxitos o fracasos implica un balance que resulta prematuro hacer mientras no concluya ese ciclo. No obstante, creo que saber interpretar la información para identificar el tipo de cambio al que nos enfrentamos es una clave para conseguir un objetivo. Por el contrario, creo que detrás de lo que se entiende por fracaso está una actitud de abandono, de no explorar todas las alternativas que siempre existen o de no esforzarse lo suficiente. Nadie está obligado a dar lo que no tiene, por lo que no se puede hablar de fracaso cuando se han hecho todos los intentos y se ha puesto todo el esfuerzo.

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