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Es recomendable no tomarlo en lugares demasiado cálidos

Guía para conseguir el gin-tonic perfecto

Verter con una cuchara la tónica ayuda a que se pierda menos gas

Thinkstock

España es el primer consumidor de ginebra, superando incluso a Reino Unido. El fenómeno de los gin-tonics aromatizados y servidos en vaso largo (en Inglaterra se toma como aperitivo) es completamente local. Pero no por echarle más elementos a la bebida esta es mejor. De hecho, abusar de esos ingredientes suele ser contraproducente.

“No se debe confundir aromatizar el combinado con aromachacarlo”, advierte Sergio Estévez, experto en gin-tonics y consultor de catas profesionales. “Es mejor echar un solo elemento y que sea bueno, por ejemplo una rodaja de limón orgánico, que inundarlo de especias, pétalos u otros elementos. Hay que respetar la esencia de la bebida”, explica.

Otro de los errores más frecuentes de los locales que sirven gin-tonics es no asesorar debidamente a los clientes entre los distintos tipos de ginebra. “La diferencia entre una y otra es la receta del maestro destilador para perfumarla. Mejor tener ocho muy distintas que 30 similares”, apunta. Servir el cóctel en un vaso de tubo tampoco procede.

La copa de balón es el recipiente más indicado, porque se puede coger del pie y así no se calienta. “Yo incluso recomendaría no tomar en verano esta bebida en lugares donde haga demasiado calor”, asegura Estévez. En este sentido, el hielo tiene que ser grande, duro y gordo, para que aguante el máximo tiempo posible antes de deshacerse. La tónica también debe estar bien fría, porque así las burbujas aguantan más antes de romperse. Verterla con una cuchara no es una tontería: hace de conductor y pierde menos gas. Es importante, eso sí, procurar que haga todo el camino hasta el fondo del vaso.

“Más de seis centilitros de ginebra puede romper la armonía del combinado”, dice un experto

La proporción de alcohol es otro factor crítico. “En España existe la creencia de que cuanta más ginebra haya, tanto mejor. Más de seis centilitros, el equivalente a un vaso de chupito, puede romper la armonía del combinado. Eso es como tomar una comida con demasiada sal”. Otro consejo, esta vez para el consumidor: el gin-tonic hay que tomárselo rápido, porque si no se calienta y las burbujas se disipan. Todo sea por el equilibrio del trago.

Una receta para cada ocasión

Los matices que introducen las distintas ginebras, los cítricos y demás aromas hacen que este combinado se pueda maridar a la perfección con diferentes comidas.

Por ejemplo, una pasta al pesto combina muy bien, asegura Estévez, con una Gin Mare con albahaca fresca. Para tomar un pollo al curry procede una Citadelle con lima y limón. Y si se está comiendo una mousse de chocolate o algún otro postre, la G’Vine Floraisson con rodajas de fresa es una buena elección.

Otras propuestas interesantes: si lo que se busca es frescor, Martin Miller’s con tónica Seagram’s aromatizada con canela y lima, todo ello bien frío, puede quitarle el calor a cualquiera.

Para los amantes de los matices florales, una buena combinación sería ginebra Bloom y tónica Schweppes clásica con toques de manzanilla y pomelo.

Y para los adictos al té, Beefeater 24 (previamente infusionada en té Earl Grey), tónica Fever Tree y un toque de Bitter Angostura Aromatic y otro de Bitter Orange.

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Sobre la firma

Manuel G. Pascual
Es redactor de la sección de Tecnología. Sigue la actualidad de las grandes tecnológicas y las repercusiones de la era digital en la privacidad de los ciudadanos. Antes de incorporarse a EL PAÍS trabajó en Cinco Días y Retina.

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