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El Banco de Portugal vislumbra "ilegalidad"

Espírito Santo se desploma hasta 50% tras las pérdidas y la alerta del supervisor

Una sucursal del banco portugués Banco Espirito Santo (BES) en Lisboa (Portugal).
Una sucursal del banco portugués Banco Espirito Santo (BES) en Lisboa (Portugal).EFE

Los títulos de Banco Espírito Santo (BES), que habían permanecido suspendidos de negociación desde la apertura tras presentar ayer sus cuentas del primer semestre, han vuelto a cotizar en la Bolsa de Lisboa con un desplome del 41,5% que instantes después se agravaba al 50%. Horas, después, sin embargo, la caída se reducía al entorno del 25%.

 Al levantarse a las 10.00 horas de Lisboa (11.00 horas de Madrid) la suspensión que pesaba sobre BES, las acciones de la entidad se hundieron hasta los 0,20 euros, un 41,5% por debajo del cierre del miércoles, cuando ya habían caído un 10,57%.

El desplome de los títulos de BES se produce a pesar de que la Comisión del Mercado de Valores Mobiliarios (CMVM) de Portugal decidiese en la tarde del miércoles la prohibición temporal durante toda la sesión de este jueves de las ventas al descubierto sobre las acciones de BES.

Banco Espírito Santo informó a última hora de ayer de que entre enero y junio registró pérdidas netas por importe de 3.577 millones de euros como consecuencia del impacto negativo de “factores de naturaleza excepcional”.

La mayoría de las pérdidas de este último semestre --3.488 millones de euros-- correspondieron al periodo que va de abril a junio y, sin extraordinarios, los números rojos durante la primera mitad de 2014 serían de 255,4 millones, según el BES.

Los datos referentes a España también siguen la misma línea, con pérdidas de 11,7 millones de euros. Sin embargo, la entidad habla de “recuperación” en comparación con el primer semestre de 2013, cuando estas pérdidas fueron de 14,3 millones.

Ilegalidades

El regulador bursátil portugués decidió retirar del poder en el Banco Espírito Santo (BES) a la familia del mismo nombre y suspender a varios administradores por su gestión, en la que incluso vislumbra “ilegalidades”.

En un comunicado divulgado hoy, el Banco de Portugal descalificó la labor realizada por los máximos responsables de la entidad financiera -algunos de ellos ya fueron sustituidos hace quince días- después de que “hechos sobrevenidos identificados por un auditor externo” disparasen las pérdidas del BES en el primer semestre del año, cuantificadas en 3.577 millones de euros.

“Estos hechos dan a entender que existieron prácticas de gestión gravemente perjudiciales para los intereses del BES y un claro incumplimiento de las determinaciones emitidas por el Banco de Portugal”, indica el comunicado, en el que también se anuncia que se analizarán “responsabilidades individuales” y que en caso de haber “ilegalidades” no se descarta iniciar acciones judiciales.

El banco central luso decidió por este motivo “inhibir los derechos de voto” del Espírito Santo Financial Group, la sociedad -que entró en concurso de acreedores esta misma semana- que hoy es la máxima accionista del BES, con una participación del 20,1 %.

Esta medida, en la práctica, retira el poder que tenía la familia Espírito Santo en el banco, cuyos inicios se remontan a 1869, cuando iniciaron las operaciones con una pequeña caja de cambios en la Baixa lisboeta.

Además, optó por “suspender con efectos inmediatos” a los administradores de auditoría, gestión de riesgos y fiscalización, cargos ocupados por Rui Silveira, António Souto y Joaquim Goes.

Asimismo, ordenó “la realización de un aumento de capital por parte del BES” que le permita “reforzar sus fondos propios para niveles adecuados de solvencia” y cumplir así con las exigencias del Banco Central Europeo en materia de capitalización.

Desde el Banco de Portugal, tras conocer las multimillonarias pérdidas del BES -muy superiores a lo previsto inicialmente-, designaron “una comisión de fiscalización” con miembros de la firma PricewaterhouseCoopers “hasta que los accionistas sustituyan a los miembros de la comisión de auditoría”.

El supervisor de la banca lusa reveló que sólo se supo el verdadero volumen de perjuicios que acumulaba la entidad en la segunda quincena de julio, después de que un auditor externo identificase datos “con un impacto negativo cercano a los 1.500 millones de euros”.

El BES contaba con un “colchón” financiero de 2.100 millones de euros para compensar su exposición al Grupo Espírito Santo por los préstamos que concedió a varias empresas de este conglomerado, que amenaza ahora con entrar en insolvencia y derrumbarse

De esta forma “puso en causa el cumplimiento de los rátios mínimos de solvencia vigentes”, recalca el Banco de Portugal en su comunicado.

El supervisor ordena por ello una ampliación de capital, y recuerda que en última instancia puede recurrir a la línea de fondos públicos reservada a la banca en el rescate concedido por la UE y el Fondo Monetario Internacional a Portugal, de la que sólo se gastaron la mitad de los 12.000 millones de euros con los que fue dotada.

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