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Al lado del Palacio Real

La mejor vista esconde un museo

La Vespa de Antonio Resines en 'Amanece que no es poco', uno de sus atractivos Solo hay 22 vehículos expuestos cada vez y no siempre son los mismos

La terraza abierta al público de los apartosuites, con vistas al Palacio Real.
La terraza abierta al público de los apartosuites, con vistas al Palacio Real.Pablo Monge

Apartosuites Jardines de Sabatini es una sorpresa de arriba abajo. Remodelado hace tres años por Charo García Silgo, la actual propietaria y directora, la estancia en sus habitaciones permite, por un lado, disfrutar de unas impresionantes vistas sobre el Palacio Real de Madrid y sobre la espectacular puesta de sol del Templo de Debod, y por otra parte, visitar en exclusiva un pequeño museo de coches antiguos en perfectas condiciones, que pertenecen a la directora y que se enseñan con cuentagotas.

Charo García Silgo recibió este establecimiento tras una disputada herencia. Su formación en distintos departamentos de cadenas hoteleras, tales como AC Hoteles, Holiday Inn o Sol Meliá, le valieron para coger un hotel a punto del cierre y convertirlo en unas modernas apartosuites en las que las referencias madrileñas y artísticas son constantes. Así, por ejemplo, cada planta tiene una intervención del colectivo de artistas urbanos Boa Mistura.

Sus 56 habitaciones, repartidas entre suites de 56 metros cuadrados y estudios, cuentan con cocina completa, sofás y distintos servicios. Son muy apreciadas por el cliente extranjero, que supone el 76% de los usuarios de los Jardines, explica la propietaria. “Pueden ser tanto familias como también cliente de negocios de media estancia que se hospeda mientras busca un alojamiento más definitivo”, detalla García Silgo.

La decoración, inspirada en motivos vegetales, termina remitiendo a la azotea, desde donde la vista del Palacio Real y los Jardines de Sabatini es impresionante. Para subir a esta terraza no es necesario ser inquilino, pero estos últimos no tienen un horario restringido de visita, como sí lo hay para el público general. La azotea ofrece servicio de cena tipo tapeo, copas y tiene brunch en primavera y otoño, cuando el sol no cae a cuchillo sobre la terraza.

La muestra guarda un Ford T de 1915, el primer vehículo producido en serie

Pero el verdadero tesoro está visible solo a ojos de unos pocos. Al museo de coches se accede a través de un montacargas decorado como una máquina del tiempo, garantizando al visitante una experiencia completa que no supone solo recorrer con la mirada decenas de vehículos asombrosos. Las joyas de la corona de García Silgo se acompañan de fotos de la época de los coches de la hemeroteca del periódico Abc, de vídeos rescatados del NO-DO y de distintos objetos como surtidores de gasolina de bombeo de 1913 o latas de aceite vintage.

Lo más interesante de todos modos no es el atrezzo sino contemplar, por ejemplo, un Ford T de 1915, el primer vehículo que salió en producción en serie; un Citroën 11 ligero conocido como Pato; el lujoso Hispano Suiza de 1923, la marca española más cotizada de coches de la que el rey Alfonso XIIIllegó a ser accionista; un Cadillac serie 60 de 1946, conocido por ser el vehículo de los ministros, los toreros o las tonadilleras; un Packard de 1938 en el que aprender cómo disparaban los gánsteres mientras iban en movimiento (cuenta con dos estribos), o la Vespa de Antonio Resines en Amanece que no es poco. Solo hay 22 piezas expuestas cada vez y no siempre son las mismas, porque García Silgo guarda otros tesoros en una nave de su propiedad. Todos están en funcionamiento y hasta compiten por las carreteras españolas. Todo un lujo.

Guía para el viajero

Acceso

Apartosuites Jardines de Sabatini está en la Cuesta de San Vicente, 16, en Madrid. El precio medio de las habitaciones oscila entre los 85 euros de un estudio y los 150 euros de una suite con vistas.

Visitas

La terraza está abierta todo el día para los clientes del hotel, si bien el servicio de camareros está disponible de martes a sábado desde las 20.00 hasta la 1.00 de la mañana. El precio medio de la cena está entre los 20 y los 25 euros. El museo solo es visitable por los inquilinos del hotel. Se organizan pequeñas visitas guiadas diarias y, en ocasiones, jornadas de puertas abiertas para el público.

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