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Vigilar la ubicación y controlar la temperatura, decisivos

Cinco claves para ahorrar energía en verano

Contador eléctrico.
Contador eléctrico. Reuters

Llega el verano y tu vivienda también pasa calor. Acondicionar una vivienda mediante sistemas de refrigeración a bajas temperaturas es fácil, la contra es su alto coste y las emisiones de CO2 que generas. Hay alternativas que piensan tanto en tu bolsillo como en la eficiencia energética, según recoge el blog de la empresa de certificación energética  Certificante.

1. Ponle "visera" a tus ventanas

Instala toldos en las ventanas donde más incide el sol, cierra las persianas cuando el sol directo incida en tu ventana y corre las cortinas. ¿Qué ventajas reales tiene un toldo?

La primera y principal es la reducción de calor. Con el toldo disminuimos la radiación de energía solar térmica que incide en nuestra vivienda a través de las ventanas hasta un 80% consiguiendo un ambiente más fresco y agradable. La consecuencia inmediata es la reducción de la demanda de refrigeración evitando el consumo excesivo de climatizadores traducido directamente en un importante ahorro energético y económico. Este menor consumo de los climatizadores ayuda a que se reduzcan también las emisiones de CO2 para una menor contaminación. Por último hablaremos de la protección a la radiación solar de rayos ultravioletas, infrarrojos y a la luz visible. Estas radiaciones aceleran el envejecimiento natural de los objetos, alterando superficies y colores. Una lona de toldo de buena calidad bloquea entre el 90 y el 99% de los rayos UV, impide el paso de los infrarrojos y limita la intensidad de la luz solar visible.

2. Con sólo movimiento, sentirás alivio

Un ventilador puede ser suficiente en muchos casos para mantener un aceptable confort: el movimiento de aire produce una sensación de descenso de temperatura de entre 3 y 5°C. A su vez, su consumo de electricidad es hasta un 90% menos que el aire acondicionado. En números estamos hablando de 1,5 kWh de consumo de un aire acondicionado genérico contra los 0,060 kWh de consumo de un ventilador de techo y mirando nuestro bolsillo se traduce en 15c€/h el aire acondicionado contra 1c€/h del ventilador de techo.

3. ¿Dónde colocar el ventilador o el aire acondicionado?

Ubicar un ventilador no consiste simplemente en colocarlo en el extremo de una habitación. Colocarlo incorrectamente hará que el ventilador no refresque tu cuarto a su máximo potencial. Además la ubicación de un ventilador ayuda a deshumidificar, ya que un lugar inadecuado puede crear manchas de humedad dañando aparatos. Pero si lo colocas de manera correcta, el ventilador hará circular el aire, maximizando el refrescar el cuarto y deshumidificarlo, ayudándote a tener un máximo confort.

El mejor sitio para colocarlo es justo en el extremo opuesto de una puerta o ventana. Esto creará el flujo de aire más eficiente de un lado de la habitación al otro.

En el caso del aire acondicionado habrá que prever la colocación de las personas que habiten la habitación a climatizar. En el caso de un dormitorio no conviene colocarlo sobre la cama para impedir que de de forma directa y en habitaciones muy grandes conviene colocarlo en la mitad de la pared más larga para que la refrigeración sea uniforme. También se tendrá en cuenta colocar el aire acondicionado en la parte donde menos incide el sol de la casa. En días calurosos enciende el equipo antes de que tu casa se caliente y mantén las ventanas cerradas.

Se aconseja que la temperatura dentro de tu vivienda u oficina no supere una diferencia de 10 grados con respecto al exterior. Esto hace que la temperatura recomendada en verano sea de 24 a 26 grados.

A veces es difícil seguir estas indicaciones porque estamos acostumbrados a temperaturas más altas o bajas de las aconsejadas. Pero no debemos olvidar que los grandes saltos térmicos no nada saludables. Un truco para ajustarnos a lo recomendado es ir variando la temperatura un grado cada dos días.

4. ¿Cuál es la temperatura adecuada?

Se aconseja que la temperatura dentro de tu vivienda u oficina no supere una diferencia de 10 grados con respecto al exterior. Esto hace que la temperatura recomendada en verano sea de 24 a 26 grados.

A veces es difícil seguir estas indicaciones porque estamos acostumbrados a temperaturas más altas o bajas de las aconsejadas. Pero no debemos olvidar que los grandes saltos térmicos no nada saludables. Un truco para ajustarnos a lo recomendado es ir variando la temperatura un grado cada dos días.

5. Sin excesos

Al encender el sistema de aire acondicionado, no ajustes el termostato a una temperatura más baja de lo normal: no enfriará la casa más rápido y el enfriamiento podría resultar excesivo por lo que resultará un gasto innecesario.

Es común, si se trata de un ventilador de techo, salir de casa y olvidar apagarlo. Aunque produce un consumo muy bajo conviene apagarlo para reducir al máximo el gasto energético.

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