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Carles puente - Fundador de Fractus

“A los científicos les falta cultura emprendedora”

La pyme española Fractus es la creadora de las antenas fractales. Su reducido tamaño y alta conectividad han sido claves en el desarrollo tecnológico de la última década

Carlos Puente
European Patent Office (EPO)
David Marcial Pérez

La jubilación de los primeros modelos de teléfono móvil, con aquellas aparatosas antenas puntiagudas que sobresalían de la carcasa, tiene firma española. A bordo de su propia empresa y “después de muchos años de investigación”, el ingeniero y profesor universitario Carles Puente y su equipo demostraron al poderoso mundo de la industria tecnológica que se podían fabricar antenas tan pequeñas que cupieran dentro del propio dispositivo.

Son las antenas fractales. Hoy en día hacen funcionar a prácticamente todos los dispositivos móviles (smartphones, tabletas y ereaders) ya que, además de su tamaño, permiten a los aparatos conectarse simultáneamente a varias bandas (por ejemplo, 2G, 3G, wifi y bluetooth). A través de licenciar su tecnología a los grandes grupos de telefonía, Fractus ha logrado en poco más de una década de vida aupar su facturación a los 81,5 millones de euros. La pyme es, junto al Cesic, la empresa española que más patentes tiene registradas en EE UU. Todo esto le valió para ser finalistas a los premios Oscar a la innovación organiza la Oficina de Patentes Europea.

Pregunta. ¿Cómo se fraguó el eureka?

Respuesta. Surge de una idea feliz. Cuando yo era un estudiante de la Universidad Politécnica de Cataluña hace 25 años. Vi que los fractales se podían utilizar para reducir el tamaño de las antenas y hacer que a la vez funcionaran en múltiples bandas. Lo que viene detrás son muchos años de investigación con todo el equipo de Fractus. Fundamos la empresa en 1999. En ese mismo año llegan ya a los primeros móviles y hoy en día están en la gran mayoría de los dispositivos del mundo.

P. ¿Cuantas patentes tienen?

r. En el 1995 llegaron las primeras patentes de la universidad, pero correspondían a la primera generación de tecnología. A partir de 1999, todo lo que hacemos es Fractus. Somos la entidad española con más patentes concedidas en EE UU durante los últimos cinco años. Tenemos el mismo número de patentes concedidas en EE UU que el Cesic; somos 15 personas, mientras en el Cesic son miles de investigadores.

P. ¿Qué diferencia una pyme tecnológica española de una extranjera?

r. El mercado de la tecnología es global y cualquiera desde cualquier parte del mundo puede desarrollar una tecnología que sea clave para una industria. Aquí es esencial el sistema de patentes. Te permite poner en valor una innovación con independencia de si eres una pyme o un centro de investigación. Por ejemplo, nuestra empresa ha podido licenciar nuestra tecnología a la mayor parte de los fabricantes de telefonía móvil del mundo gracias a unas patentes fuertes, con las que puedes atraer inversores, crear un proyecto de negocio interesante e innovador.

P. ¿Cuáles han sido las mayores dificultades para competir?

r. Nosotros llegamos a montar en Corea una filial, un centro de investigación, una oficina comercial y una fábrica para dar servicio a nuestros clientes coreanos, como Samsung o LG. Ganarse el respeto de las grandes industrias siendo una empresa muy pequeña es muy difícil. En telefonía móvil se fabrican ahora cada año 2.000 millones de unidades. Llegar a ese mercado siendo una empresa pequeña es difícil.

P. ¿Qué le falta a España en innovación?

r. En investigación e innovación estamos en el lugar que nos toca por peso económico. Pero en cuanto a patentes, estamos muy por debajo. Esto es un hándicap importante. La tendencia para las pymes es patentar en toda Europa. Con la futura patente europea tú puedes obtener una sola patente que es válida para toda Europa. El gran problema es que si tú tienes que poner un pleito a alguien que está infringiendo, lo tienes que hacer país por país. .

P. Pero España no participará.

r. Es sorprendente que España haya decidido quedarse fuera del sistema de patentes europea. Es bastante inexplicable. El sistema de patentes te da flexibilidad para abrir tu tecnología. Teniendo obviamente a cambio una compensación económica. Esto te permite comerciar con tus activos intangibles, como es la propiedad intelectual.

Final feliz en la guerra de patentes en EEUU

“Cuando hay una innovación y la industria tiene prisa no espera a que tú vayas a ellos. Te la coge de las manos y la toma. Eso es lo que nos pasó a nosotros”. Así resume Puente su accidentada relación con los grandes fabricantes de móviles. Las ansias de la industria por disponer de la tecnología de Fractus obligó a la pyme española a llevar ante los juzgados de EE UU a 10 de los principales fabricantes del mercado.

“Hemos tenido algunos problemas en que se nos reconociera la propiedad sobre nuestra propia tecnología. Desde hace unos años, los juicios se han resuelto a nuestro favor y hemos llegado a acuerdos con todos los fabricantes en conflicto por infracción de patentes”. El último acuerdo de paz lo firmó este mismo año con Samsung después de que un tribunal de Texas les diera la razón y ordenara una indemnización a su favor 30,6 millones de euros.

“Fuimos directamente a EE UU porque allí, con un solo pleito, puedes bloquear todo el mercado estadounidense, y eso es mucho más efectivo que poner un pleito país por país”, apunta Puente. “Ha llegado el reconocimiento en esta fase. Ahora que los resultados de la empresa son un poco más conocidos y hemos tenido más proyección internacional es cuando ha llegado el espaldarazo a nuestra a tecnología y a sus promotores”, recalca.

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Sobre la firma

David Marcial Pérez
Reportero en la oficina de Ciudad de México. Está especializado en temas políticos, económicos y culturales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en El País. Antes trabajó en Cinco Días y Cadena Ser. Es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y máster en periodismo de El País y en Literatura Comparada por la UNED.

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