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Las sociedades de garantía recíproca de menor tamaño deberán fusionarse

Las nuevas exigencias de capital abocan a los avalistas de las pymes a fusionarse

El presidente de la comunidad de Madrid, Ignacio González (c), junto al ministro de Industria, José Manuel Soria (5i), tras la firma de un convenio con siete de las principales entidades de crédito (BBVA, Banco Santander, Banco Popular, Banco Sabadell, Bankia, Caixabank y Bankinter) y la Sociedad de Garantía Recíproca Avalmadrid, en junio de 2013.
El presidente de la comunidad de Madrid, Ignacio González (c), junto al ministro de Industria, José Manuel Soria (5i), tras la firma de un convenio con siete de las principales entidades de crédito (BBVA, Banco Santander, Banco Popular, Banco Sabadell, Bankia, Caixabank y Bankinter) y la Sociedad de Garantía Recíproca Avalmadrid, en junio de 2013.
Juande Portillo

En la campaña para fomentar la financiación a pequeñas y medianas empresas que el Gobierno puso en marcha el pasado año, las sociedades de garantía recíproca (SGR) fueron señaladas como uno de los pilares de la estrategia. Estas firmas avalan a las empresas solventes que piden crédito a la banca, lo que reduce el riesgo para las entidades, posibilitando a miles de pymes acceder a financiación y conseguirla a un precio inferior al de mercado.

Las nuevas exigencias de capital y recursos propios que el Banco de España impuso a las SGR para asegurar su fortaleza promete, sin embargo, transformar un sector compuesto por 23 firmas históricamente ligadas a sus regiones de origen. Las de menor tamaño deberán fusionarse en los próximos meses para lograr la solvencia requerida.

“Una medida importante para mejorar la financiación”, rezaba la referencia del Consejo de Ministros que aprobó la Ley de Apoyo a los Emprendedores, es “que el capital social mínimo de las sociedades de garantía recíproca se eleva a 15 millones de euros, desde los 1,8 millones de euros actuales”.

Posteriormente, la norma se suavizó estableciendo en 15 millones el volumen mínimo de recursos propios y en 10 millones el rango de capital. “Con esta medida, se fortalece a estas sociedades para que puedan prestar mejor sus servicios de garantía a las empresas, y con ello, que las empresas puedan acceder al crédito con mayor facilidad”, argumentó el Gobierno.

Aunque inicialmente se dieron nueve meses de plazo –hasta finales del próximo junio– a estas sociedades para cumplir con los nuevos niveles, multiplicar por más de cinco veces el capital mínimo original supuso un gran problema para más de una firma lo que llevó a relajar el calendario el pasado marzo. Finalmente, las SGR tendrán hasta febrero de 2015 para cumplir, pero deberán presentar un plan al Banco de España antes del 30 de junio detallando cómo lo lograrán.

“Hay dos vías. Una es que estos recursos los aporten los socios protectores”, apunta Marta Cea, directora de Cesgar, la asociacion nacional de las SGR, en referencia a comunidades autónomas, entidades financieras, cámaras de comercio o sociedades públicas asociadas a las SGR. “La vía para las más pequeñas es la de las fusiones”, añade.

“Posiblemente la norma se aprobó pensando en las fusiones”, asume Juan Luis Fernández-Rubíes Lillo, director general de Avalmadrid, una de las firmas que ya cumple con los requisitos. Fernández-Rubíes alega que el sector está abocado a seguir el esquema de concentración que ya se fomentó entre las cajas de ahorro y avanza que las firmas “de tamaño más reducido están en procesos de negociación para alcanzar esos requerimientos mínimos”.

De hecho, en el sector se dan ya por hechos algunos matrimonios como el de las andaluzas Avalunión, con sede en Granada, y Suraval, que opera desde Sevilla, o las canarias Sogarte (Tenerife) y Sogapyme (Las Palmas).

“Las SGR no tenían un problema de solvencia. Doblan el mínimo del 8% de capital. Lo que ocurre es que, al transformarse el sistema financiero, son algo pequeñas, la concentración de riesgo es elevada.Ahora tratan con entidades de crédito que son todas nacionales y antes operaban con una o dos regionales”, explica Ana Vizcaíno, consejera delegada de Cersa, la sociedad pública dependiente del Ministerio de Industria que cubre a su vez cerca del 50% del riesgo que asumen las SGR. “Casi todo lo que le pasa a la banca, nos pasa a nosotros”, expone , detallando que además de nuevos requerimientos de capital a las SGR también se les ha impuesto la nueva normativa financiera de buen gobierno.

“Creemos que los nuevos requerimientos van a suponer dar un volumen de avales del doble del que existe”, aseveran desde Cersa. Durante 2013, las sociedades de garantía recíproca avalaron 837 millones de euros en préstamos a empresas que suman un saldo acumulado de crédito vivo de 4.705 millones.

Apoyo para más empresas pero con menos crédito

Los nuevos requerimientos de capital impuestos a las sociedades de garantía recíproca cogen al sector en un momento delicado del negocio. El número de empresas avaladas creció un 2% en 2013 hasta alcanzar las 114.242 –casi la mitad de las nuevas captaciones las obtuvo una sola SGR, Iberaval–, si bien estas se repartieron menos crédito. El saldo de nuevos avales formalizados ese año fue de 836,8 millones de euros lo que supone un retroceso del 13%. Con todo, la caída es menor que el 25% que cedió el año anterior, con lo que desde el sector se muestran relativamente optimistas. “Estamos notando un pequeño repunte. Lo hemos visto en el primer trimestre. La tendencia es positiva aunque el cambio no es radical”, alegan desde Elkargi, con sede en San Sebastián, una de las principales SGR del país. “La actividad ha crecido un 13% en el primer trimestre, lo que supone que tenemos ya cerca de 115.000 pymes como socios”, concreta Marta Cea, directora de Cesgar, la asociación del sector. Estas sociedades se muestran cautas acerca del efecto que tendrá la guerra comercial abierta por la banca en la captación de pymes pero sí admiten estar comenzado a notar un leve incremento en la concesión de nuevo crédito. “Hemos visto crecimientos en el primer trimestre de dos dígitos, lo cual es bastante mejor que la evolución de los créditos de la banca”, apunta Ana Vizcaíno, consejera delegada de la sociedad estatal Cersa, quién espera un crecimiento del saldo neto ya este año. “El saldo de crédito sigue en caída, pero la situación económica ha cambiado y se ve nuevo flujo de crédito”, coincide Juan Luis Fernández-Rubíes Lillo, director general de Avalmadrid, que asegura que la firma ha avalado ya un 50%_más que en el mismo periodo de 2013.

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