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Tribuna
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El empleo público se recupera

El Consejo de Ministros del pasado día 4 de abril aprobó un real decreto que recoge la oferta de empleo público correspondiente a 2014 y un real decreto-ley para una oferta de empleo público extraordinaria. En conjunto, ambas ofertas incluyen 1.211 nuevas plazas y 1.688 más de promoción interna.

Sin duda se trata de buenas noticias para todas aquellas personas que se encuentran actualmente en situación de preparar una oposición. Una aventura que se convirtió en incierta travesía por el desierto a raíz de la publicación del Real Decreto-Ley 20/2011, de 30 de diciembre de 2011, sobre medidas urgentes de orden económico y social para la corrección del déficit público. Tal y como indicaba el propio título de la ley, se trataba de una serie de “medidas urgentes” que supusieron, entre otras cosas, un drástico stop a la convocatoria de plazas de acceso a los distintos cuerpos de las Administraciones públicas.

Sin embargo, ya entonces, incluso en los momentos de máxima incertidumbre y pírricas cifras en cuanto a la oferta, recomendamos calma a los aspirantes a funcionarios públicos y les animamos a no arrojar la toalla. Y no se trataba de echar balones fuera y negar la evidencia, sino de contemplar la situación con un poco de perspectiva. Y es que el propio buen funcionamiento de las Administraciones y la salud del sistema permitían aventurar sin demasiado riesgo que, más pronto o más tarde, la situación remontaría.

Sencillamente, hay determinadas instancias básicas del Estado que, por su importancia, requieren una máxima atención y en ningún caso pueden llegar a estar infradotadas de recursos. El ejemplo más palpable lo hallábamos en aquellos cuerpos encargados de la inspección y persecución del fraude en los ámbitos laboral y fiscal tan necesarios en estos tiempos. Pero en realidad se trata de una necesidad extensible a muchos otros estamentos de la Administración. Tras varios años en los que apenas si se cubría la tasa de reposición, la oferta de empleo público de 2014 parece dar respuesta a esta necesidad del Estado de disponer de personal altamente cualificado.

Esta reciente oferta, superior incluso a la que adelantó días atrás el propio ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en la presentación de un informe de la OCDE sobre las reformas administrativas en España, viene a confirmar esa tesis y nos ofrece una perspectiva más optimista respecto al futuro inmediato del empleo público. Y no solo por las puras cifras, irrefutables en cuanto al incremento porcentual (si bien en términos absolutos todavía modestas, si tenemos en cuenta que en los últimos años la destrucción de empleo público se cifra en torno a las 374.000 personas), sino también por el contexto y la manera en que han sido anunciadas.

El propio ministro ha insistido en la idea de los recursos humanos como algo “fundamental” en la función pública, tildando de “error tremendo” descapitalizar al Estado y haciendo hincapié en la “alta cualificación” de la función pública española. No se detuvo ahí el ministro. Anunció también que la nueva oferta va a ir acompañada de mejoras en los procesos selectivos para premiar la experiencia laboral y la igualdad entre hombres y mujeres. Ideas con las que el ministro parece apuntar hacia una actualización de los modelos organizativos del funcionariado español, y que de alguna manera también viene refrendar una voluntad del Ejecutivo por revitalizar el empleo público, no solo desde el punto de vista cuantitativo, sino también cualitativo.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, y que la propia OCDE presenta para España un porcentaje por debajo de la media de empleados públicos respecto a los países que conforman dicho organismo, hay que confiar que estos datos supongan un punto de inflexión en la recuperación del empleo público en nuestro país. Si las previsiones del Gobierno sobre los indicios que apuntan a la recuperación económica se confirman, las perspectivas para el empleo público habrán necesariamente de mejorar y, en consecuencia, podría retomarse poco a poco el camino a través de convocatorias periódicas.

Confiemos también en que esta nueva oferta de empleo público presentada represente un estímulo para aquellos que pretenden opositar, el ansiado pistoletazo de salida de cara a recuperar una opción laboral para quienes toman la decisión de poner sus conocimientos y profesionalidad al servicio del ciudadano.

Ángela de las Heras y Jesús Martínez. Centro de Estudios Financieros (CEF)

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