_
_
_
_
_
La pujanza del sector exterior

Las importaciones crecen dos años después y anticipan un crecimiento mayor

El secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz.
El secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz.Efe

En 2007, el déficit comercial de España, que mide la diferencia entre las exportaciones y las importaciones, cerró en un máximo histórico de 98.952 millones de euros, casi un 10% del PIB. Desde esa fecha y en paralelo a las dos recesiones que ha vivido España, el desfase se ha ido corrigiendo a marchas forzadas hasta llegar a los 16.000 millones con los que cerró el pasado ejercicio. Un ajuste de 83.000 millones de euros, repartido en 53.000 millones de crecimiento de las exportaciones y 30.000 de caída de las importaciones. Ese balance empezó a cambiar en los últimos meses de 2013 y esa tendencia se ha consolidado en los dos primeros de 2014. En ese último período, el déficit comercial se redujo un 5,2% hasta los 4.400 millones de euros, según la estadística del Ministerio de Economía. Las exportaciones crecieron un 4%, en línea con lo sucedido en los anteriores meses, mientras que las importaciones lo hicieron un 3%. Una novedad muy importante, ya que en los dos primeros meses de 2012 y de 2013, las compras al exterior habían registrado tasas negativas, evidenciando la debilidad del consumo y de la inversión en una economía sumida en una segunda recesión. El retorno a tasas positivas refuerza la idea de una recuperación más solida de lo previsto inicialmente, tal y como viene anunciando el Gobierno desde hace varias semanas.

La balanza comercial española

En el último cuadro macroeconómico, el Ejecutivo auguraba un crecimiento del PIB del 0,5%. Esta previsión, que ya fue revisada al alza hasta el 0,7%, volverá a ser actualizada en el plan de estabilidad que se remitirá a Bruselas a finales de este mes. En un encuentro con medios en Bruselas, fuentes del Ejecutivo incluso llegaron a sugerir que si el buen tono del primer trimestre se mantenía en los tres restantes, podría superar incluso el 1% y llegar hasta el 1,5% a finales de este año. Algo poco probable, no obstante, si se tiene en cuenta que Alemania prevé crecer un 1,8%. Este despegue del PIB se producirá en gran medida por la aportación del sector exterior, pero también a un mejor comportamiento de la demanda interna, que podría incluso no restar al crecimiento e incluso aportar alguna décima.

El ministro de Economía, Luis de Guindos, ya anticipó que uno de los indicadores adelantados de los que más se fía para valorar un crecimiento de la demanda interna son las importaciones de bienes de equipo. Las compras al exterior de aeronaves, buques, material para carreteras o ferrocarriles llevan creciendo ininterrumpidamente desde agosto y estas importaciones suelen mostrar una correlación casi simétrica con la evolución del PIB. En mayo de 2008, las importaciones empezaron a caer en tasa anual tras crecer de forma ininterrumpida desde 2002 y un mes después, el PIB se anotó su primera bajada. Esa fase se prolongó hasta enero de 2010, fecha en la que las compras volvieron a tasas positivas. Tres meses después, el PIB creció un 0,1% tras haber encadenado siete trimestres de descenso. Ese período de crecimiento entre las recesiones de 2008 y 2011 finalizó en abril de 2011, cuando las importaciones retrocedieron un 0,6%; dos meses después, el PIB retornó a tasas negativas y encadenó nueve trimestres consecutivos de recesión. Finalmente, las compras volvieron a crecer en agosto de 2013 y el PIB retornó a tasas positivas en septiembre.

Las firmas han buscado refugio en la zona euro ante la apreciación del euro frente al resto de divisas

El buen tono de las compras de bienes de equipo se ha visto acompañado en el inicio de este año con el repunte de las importaciones de automóviles y piezas de automóviles, que explican 2,2 puntos de los 3 de crecimiento en el acumulado hasta febrero.

Los datos de exportaciones muestran un frenazo en el proceso de diversificación geográfica de las ventas españolas, muy centradas tradicionalmente en la Unión Europea, que concentra dos tercios del total. Hasta febrero, las ventas a la UE sumaron un 64,6% del total, lo que supone 1,4 puntos más que en el mismo período de 2013, mientras que las destinadas a la zona euro representaron un 50,4% del total, ocho décimas más. Las primeras crecieron un 6,5% cuando un año antes lo hicieron tan solo un 1,5%, mientras que las segundas llegaron a avanzar un 5,5% cuando en el acumulado hasta febrero de 2013 tan solo lo hicieron un 0,1%. Este repliegue estaría justificado por el encarecimiento del euro, que ha llegado a cotizar en las últimas semanas a 1,38 dólares. Un euro apreciado perjudica a las naciones exportadoras al encarecer sus ventas fuera de esa región económica y hacerlas menos competitivas. En ese contexto las empresas habrían optado por refugiarse en sus destinos tradicionales a la espera de que se contenga la escalada en la cotización del euro y a que los emergentes retomen el pulso perdido en los últimos meses. Un buen ejemplo se produce en el caso de China, que ha crecido un 7,4% en el primer trimestre, lo que confirma la ralentización de la segunda economía mundial por la puesta en marcha de reformas estructurales y el reajuste de su modelo de crecimiento. Un dato que no es baladí para España, puesto que China se ha convertido en el noveno comprador más importante, con un 2% de las ventas de España.

Menos déficit energético

Otro dato reseñable en la estadística elaborada por Economía es el menor coste de las compras de energía. España solo produce el 0,2% de todo los recursos energéticos que consume y eso le obliga a importar el resto, lo que le penaliza en la balanza comercial frente a otros países, como Francia o Alemania, en el que el peso de la nuclear dentro del mix energético es muy importante. El déficit por las compras de energía bajó un 12,6% hasta febrero y se situó en 7.049 millones. En esta rebaja ha tenido un papel esencial el abaratamiento del crudo. El barril de Brent, de referencia en Europa, se ha depreciado más de tres euros durante el pasado ejercicio. La Secretaría de Estado de Comercio calcula que si se descuenta esta partida, el déficit comercial de 4.440 millones se convertiría en un superávit de 2.608 millones.

Reino Unido desbanca a Italia y se sitúa como el tercer comprador

Francia, Alemania, Italia y Portugal solían ocupar por este orden la clasificación de las naciones más compradoras de España. Una lista que ha sufrido cambios en los dos primeros meses de este año. Reino Unido ha ascendido dos puestos, ha superado a Italia y Portugal y se ha colocado por primera vez en la historia como el tercer mayor comprador de bienes de España, con una cuota del 7,3% sobre el total.

A este cambio han contribuido dos factores. Por un lado, los estrictos planes de consolidación fiscal de Portugal, aún intervenido por la troika, e Italia, en la misma situación que España, han deprimido la inversión empresarial y el consumo de los hogares con un reflejo directo en una merma en su capacidad de compra al exterior. En el otro lado, la apreciación del euro, que el pasado ejercicio se revalorizó un 4,9% frente a la libra esterlina, abaratando considerablemente a los británicos sus compras a la zona euro. Esto es lo que ha propiciado que Reino Unido haya registrado el mayor crecimiento de intercambios comerciales en el mundo, con un alza del 11,9% en tasa anual.

España lidera el ranking en la UE e incluso supera a Alemania

España está en las primeras posiciones del ranking mundial por exportaciones. Tal y como avanzó el miércoles CincoDías, la economía española ganó dos puestos el pasado ejercicio y se situó como la decimosexta más vendedora del mundo, con una cuota del 1,74%. En la comparación con las grandes naciones europeas también sale bien parada como la más vendedora de la zona euro, con un avance del 4% en los dos primeros meses del año. Pisándole los talones se sitúa Alemania, que ha tenido un fuerte acelerón en los últimos meses que le ha permitido incrementar sus ventas al exterior un 3,8% hasta febrero. Una tendencia que seguirá en el corto plazo y que con toda seguridad le permitirá superar a España en la segunda mitad del año.

En el otro lado se sitúa Francia, en el que las ventas al exterior han caído un 0,3% hasta febrero. En el mismo período, las importaciones se han desplomado un 3,3% anual, la mayor caída en la zona euro, lo que deja entrever la parálisis de la demanda interna y externa. Un complejo escenario que se mezcla además con el incumplimiento del objetivo de déficit en 2013.

Más información

Archivado En

_
_