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Los números rojos superan el objetivo del 6,5%

Montoro anuncia que el déficit público de 2013 cerró en el 6,62%

El superávit de los ayuntamientos mitiga el desvío de comunidades y Administración central España gastó 67.700 millones más de los que ingresó

Saldo fiscal de la administración pública

España se quedó muy cerca de cumplir el objetivo de estabilidad al cerrar 2013 con un déficit del 6,62% frente al objetivo del 6,5%. Se trata de una desviación mínima e inferior a la registrada en 2012, cuando los números rojos alcanzaron el 6,84% del PIB, cinco décimas por encima del objetivo del 6,3%. Para el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que el viernes presentó las cifras de cierre tras la celebración del Consejo de Ministros, “España en su conjunto ha cumplido”.

 El sector público gastó el año pasado unos 67.700 millones más de los que ingresó. El ministro de Hacienda recordó que en septiembre se aplicará un cambio metodológico en el seno de la UE que elevará la cifra de PIB, lo que permitirá que el déficit se reduzca hasta los niveles comprometidos.

La Administración central y la Seguridad Social registraron un saldo negativo equivalente al 5,49% del PIB frente al objetivo conjunto del 5,2%. Montoro señaló que el déficit de la Seguridad Social se situó en torno al 1%, lo que significaría que la Administración central cosechó un déficit del 4,49%, por encima del 4,24% del ejercicio anterior. Los números rojos de las comunidades autónomas ascendieron al 1,54%, superando el objetivo del 1,3% y por debajo del 1,84% registrado en 2012.

La Administración central es el único eslabón del sector público que registró un mayor déficit

La Administración central es el único eslabón del sector público cuyo déficit aumentó el año pasado. Montoro argumentó que el Estado ha tenido que aportar más al presupuesto comunitario –que se corrigió ya iniciado el ejercicio– y dotar con mayores recursos a la Seguridad Social. Además, el ministro de Hacienda aseguró que todavía se siguen pagando deudas de la anterior legislatura que no se imputaron en el déficit público. En este sentido, el Ministerio de Fomento abonó el año anterior 1.500 millones por compromiso adquiridos en el pasado y que no se registraron en el Presupuesto.

Los ayuntamientos son, con diferencia, la administración que más han contribuido a que España casi cumpla el objetivo de estabilidad. Los municipios tenían el deber de cerrar sus cuentas en equilibrio y, sin embargo, registraron un superávit superior a los 4.000 millones (0,41% del PIB). Ello permitió mitigar el desvío de comunidades y Estado. Si los ayuntamientos se hubieran limitado a cumplir su objetivo de estabilidad, el déficit público hubiera cerrado por encima del 7%.

A pesar de todos los recortes e incrementos tributarios, el déficit público en 2013 solo se redujo en 2.678 millones (del 6,84% al 6,62%). Y hubiera aumentado sin las medidas de urgencia aprobadas por el Ejecutivo, que en junio elevó el impuesto sobre el tabaco, sobre el alcohol y suprimió el “deterioro de los valores representativos de la participación en el capital o fondos propios de entidades, cotizadas y no cotizadas”. Además, en noviembre, Hacienda retiró 3.600 millones de euros que el Estado había comprometido para corregir el déficit energético a través de la Ley del Sector Eléctrico. Esos recursos han resultado vitales para evitar un incumplimiento grave de los umbrales fijados por la Comisión Europea.

Si se incluyen las ayudas financieras, el déficit público sube hasta el 7,08%. El año anterior, el gasto público en auxiliar a la banca alcanzó los 4.700 millones, cifra que asciende hasta los 49.500 millones entre 2010 y 2013. Sin embargo, Bruselas descuenta el gasto derivados del rescate financiero a la hora de valorar el grado de cumplimiento de los Estados miembros. Será el lunes cuando España remitirá los datos de cierre a Eurostat.

El cuarto trimestre es la clave

Los analistas calculaban que el déficit público cerraría muy por encima del 6,62% ofrecido el viernes por Montoro. La clave de este buen dato debe buscarse en los resultados del cuarto trimestre. En 2012, el desfase en los últimos tres meses del año ascendió a 26.525 millones, sin contabilizar las ayudas a la banca. En ese período entró en vigor la subida del IVA y se suprimió la paga extra de Navidad de los funcionarios. En el cuarto trimestre de 2013, sin el efecto de ambas medidas, el desfase se redujo hasta los 22.597 millones, un 14,8% menos que en el mismo período del año anterior.

Ello se explica, en buena parte, por una reducción del gasto público en la parte final del año que levantó las suspicacias de analistas como Ángel Laborda, director de coyuntura de Funcas. Hacienda, sin embargo, negó operaciones de maquillaje y argumentó que el retroceso del gasto en el cuarto trimestre se explica por la nueva forma de imputación de los consumos intermedios, es decir, el gasto corriente. Hasta ahora, era habitual que buena parte de los consumos intermedios se imputaran en el último trimestre, sin embargo, fuentes de Hacienda aseguran que en 2013 se ha desestacionalizado e imputado de una forma más homogénea a lo largo del año. Ello justifica, según el departamento de Montoro, el retroceso del consumo público en los últimos meses del año y, en consecuencia, la mejora de las cuentas públicas.

 Para este año, España debe rebajar su déficit público hasta el 5,8%, lo que equivale a un ajuste de 8.400 millones de euros. Se trata de un esfuerzo muy superior al exigido en 2013. En cualquier caso, el Ejecutivo confía en que la mejora de la economía eleve los ingresos públicos y permita cumplir el objetivo de estabilidad sin necesidad de recurrir a recortes adicionales.

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