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Tribuna
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Ahorro fiscal en el exterior

Cómo puede la planificación económica y fiscal convertirse en un factor diferenciador que ayude a la empresa española en el inicio, desarrollo y la consolidación de su proceso de internacionalización? ¿Cómo garantizar la seguridad jurídica necesaria en sus transacciones comerciales internacionales?

El mercado nacional se ha reducido considerablemente debido a la crisis financiera y económica. De todos es sabido que la megacrisis financiera, económica y de consumo que arrastra este país está pasando factura al mercado local: la capacidad de producción de la empresa española es muy superior a sus ventas actuales en el mercado interno español.

Ante esta situación, la empresa española se ha visto forzada a salir al exterior, para dar salida a sus productos, a menudo de gran calidad. La opción de internacionalizarse no implica solamente vender en mercados ajenos. Implica también producir todo o parte en otros países, crear alianzas estratégicas con empresas extranjeras, etc.

Hay que decir que, a pesar de que parte de la decisión de internacionalizarse pueda deberse a la presión del poco negocio nacional generado a causa de la crisis, hay otro factor que impulsa a las empresas a salir de su mercado local: el mundo se ha convertido en un mercado global y quien no compita con estos parámetros difícilmente podrá sostener su empresa y mucho menos crecer.

Así las cosas, si la empresa española se internacionaliza, necesariamente debe tener presente su planificación económica y fiscal internacional. La fiscalidad internacional entraña una gran complejidad y debe preverse todo cuanto ella implica. Actualmente, la legislación tributaria española ofrece interesantes incentivos fiscales para aquellas empresas que emprenden el viaje al extranjero ya sea para venta, producción, alianzas estratégicas, etc. Por ejemplo, existen ventajas en el caso de tener constituida una filial de la empresa en el país de destino de sus productos, e incluso la empresa local podrá aprovechar los distintos incentivos fiscales que en cada país donde vende o fabrica sus productos los países de destino tienen establecido en sus respectivas legislaciones fiscales.

Como decimos, conocer todo el entramado de normas, ventajas, obligaciones, etc., implica un estudio y planificación exhaustivos que deben llevarse a cabo antes de iniciar la andadura internacional.

¿Por qué la pequeña y mediana empresa española pone en riesgo su inversión exterior y posiblemente su seguridad y futuro externo e interno, en lugar de estudiar todos los aspectos fiscales, aprovechar las ventajas y evitar riesgos? Si la empresa española pretende vender sus productos en el extranjero, o bien crear una sucursal en el extranjero para la comercialización y/o fabricación de sus productos es muy importante y necesario que pueda tener garantizada la seguridad jurídica de sus transacciones al exterior así como de sus inversiones en otros países.

Para no correr riesgos, la empresa debería realizar un estudio minucioso de la legislación en materia de compraventa internacional de mercancías, y en concreto y por ejemplo, ver y establecer qué posibles organismos y tribunales de arbitraje podrían mediar ante cualquier tipo de conflicto con su cliente extranjero o bien para repatriar sus inversiones en el exterior. También debería tener debidamente registrados sus derechos de propiedad intelectual en los países destino de sus productos, lo que le permitiría la mejor defensa de sus intereses en los distintos mercados. Puede usar el aseguramiento público para reducir a cero su riesgo comercial ante impagados y/o incumplimientos de la otra parte. Igualmente, una buena planificación fiscal realizada en el momento adecuado permite un considerable ahorro de impuestos, tanto los que se tienen que pagar en España por sus ventas en el exterior como los que tuviera que pagar en el extranjero en el caso que operara con una sucursal. Y esto permite obtener una ventaja competitiva más, tanto en el mercado exterior como en el mercado español.

Lo que acabamos de citar son algunos ejemplos que reflejan cuantos e importantes aspectos hay que tener en cuenta antes de salir al extranjero.

La empresa española debería hacerse la siguiente pregunta: si cuenta con asesores en su país de origen, que le acompañan, le planifican y aconsejan en las operaciones nacionales, ¿por qué los abandona cuando se lanza a una aventura en mercados desconocidos? Sería mucho más práctico y saludable dejarse acompañar por expertos, tanto en el mercado nacional como en el extranjero, para ejercer así el control en las operaciones y evitar los riesgos de trabajar con desconocidos. Además, con una gestión de conjunto, la empresa ahorra no solo en impuestos, sino en recursos, tanto económicos como humanos.

Una adecuada planificación económica y fiscal y un acompañamiento experto y de confianza dotarán de la tranquilidad necesaria a la empresa en su emprendimiento internacional.

Antonio Piqueras es socio de Piqueras Consultores

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