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Viveros de empresa

Tecnología y naturaleza se unen en Vilagarcía

Los 10 puestos de la incubadora de la Cámara de Comercio están ocupados

Jaime Rodrigo durante una visita institucional al vivero.
Jaime Rodrigo durante una visita institucional al vivero.

En la zona de las Rías Baixas, en Galicia, son numerosas las personas que trabajan en actividades relacionadas con la naturaleza y el vivero de empresas de la Cámara de Comercio de Vilagarcía de Arousa (Pontevedra) puede dar buena cuenta de ello. En él se están desarrollando actualmente pymes que se dedican a las energías renovables, la biomasa o a la distribución de productos gallegos.

Sin embargo, la incubadora también cuenta entre sus despachos con numerosos emprendedores que han optado por centrarse en el sector de las nuevas tecnologías o en el de la comunicación. Servicios de ingeniería informática, telecomunicaciones o marketing son también frecuentes en una estructura inaugurada a finales de 2003 y que en este momento tiene sus 10 puestos ocupados.

Jaime Rodrigo Poch, impulsor de Certificadora Gallega del Noroeste, abandonó recientemente el vivero, tras agotar el tiempo máximo de permanencia. Sin embargo, sigue manteniendo la relación con la Cámara de Comercio, a la que considera un importante contacto. “Presentarse de la mano de una institución como esta siempre da buena imagen”, explica este emprendedor. Rodrigo Poch destaca, además de las ventajas económicas de conseguir un despacho a un precio competitivo, las ventajas del ambiente de trabajo. “La relación con otras pymes siempre ayuda”, apunta. “Es bueno sentir que formas parte de un grupo”.

Y aunque algunas empresas ya se han independizado de la incubadora gallega, otras entran. Es el caso de Óscar Baamonde, que acaba de constituir Norsolution, empresa que se dedicará a la consultoría en las áreas de recursos humanos, jurídica y financiera. Se encuentra en plena preparación del que va a ser su centro de operaciones y cree que su proyecto podrá beneficiarse de las sinergias que suelen surgir en los viveros empresariales. “Contar con el apoyo de la Cámara es un espaldarazo”, afirma Baamonde, que espera aprovechar los dos años que podrá permanecer instalado allí para que su empresa gane poco a poco cuota de mercado.

Crecen el interés y el tiempo de permanencia

Conseguir un puesto en el vivero de empresas de la Cámara de Comercio de Vilagarcía De Arousa no es tarea sencilla. Al año de su inauguración, la incubadora ya se encontraba al completo, una situación que se repite hoy en día. Sus 10 despachos están ocupados y el número de solicitudes y de interesados es cada vez mayor.

El plazo máximo que las empresas pueden permanecer allí es de dos años, y cada vez son más las que optan por quedarse hasta el último momento. Desde la institución aseguran que antes era frecuente que las pymes abandonaran los puestos una vez hubieran logrado un cierto éxito, pero cada vez más tienden a agotar la estancia.

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