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Google y otros gigantes ponen la vista en las renovables

Multinacionales de múltiples sectores apuestan por las tecnologías limpias para ahorrar costes en el consumo de energía

California (EE UU) alberga desde la semana pasada la planta termosolar más grande del mundo. La proeza de sus 300.000 espejos al sol ocupa en pleno desierto de Mojave una superficie de 1.400 hectáreas que, para hacerse una idea, es cuatro veces más grande que la del Central Park de Nueva York. Esta perla tecnológica, no exenta de controversia por el impacto ambiental en la fabricación de los cilindros reflectantes, proveerá electricidad a 140.000 hogares.

Ivanpah, como se llama este inmenso parque solar en mitad de la nada de California, también sorprende por el tipo de inversores que lo han hecho posible. Aparte del sostén de 1.600 millones de dólares del Departamento de Energía de Estados Unidos, los propietarios de la planta son las compañías NRG Energy y Google.

El gigante tecnológico no tiene en apariencia nada que ver con las energías renovables, hasta que se echa un vistazo a los 2.250 millones de dólares que la compañía de las dos oes gasta en centros de datos e infraestructura. De ahí viene en gran parte el interés de la tecnológica por la solar y eólica, en las que lleva invertidos más de 1.000 millones de dólares.

Google es una de las propietarias de la planta solar más grande del mundo, en California

El gesto de Google no es aislado. Otras grandes compañías con negocios ajenos a las renovables están intensificando sus inversiones en tecnologías limpias, que les garantizan “sinergias y ahorros derivados de internalizar la producción energética. La de Google y otras empresas es una gran operación para alinearse con el medio ambiente, obtener una buena imagen y ahorrarse en la factura de la luz”, comenta desde Bogotá Miguel Peleteiro, consultor financiero en Accuracy.

En esa misma línea se está moviendo Ikea. El mayor vendedor de muebles del mundo anunció en octubre del año pasado la compra de un parque eólico en Irlanda a Mainstream Renewable Power, un total de 137 turbinas en el noroeste del país. Para el grupo que ha vendido el parque Carrickeeny a la sueca, “las compañías más avanzadas están invirtiendo en energía solar y eólica como parte de su estrategia de sostenibilidad. Ikea es un fantástico ejemplo”, ha comentado el consejero delegado de la empresa a la cadena CNBC.

Ikea invierte en renovables para abaratar costes en su negocio

El grupo que ha popularizado el hazlo tú mismo tiene previsto invertir 1.076 millones de dólares en eólica y solar hasta 2015, y duplicar esa inversión en el horizonte de 2020. El objetivo: ganar la independencia energética y abaratar costes. 

“Este tipo de iniciativas aportan valor adicional al negocio, por ello, es una tendencia que continuará y no me extrañaría que otros grandes grupos tecnológicos e industriales avancen en este sentido a medio plazo, buscando el abaratamiento de sus consumos energéticos o líneas de negocio adicionales, sobre todo si los precios de la energía siguen subiendo, como en España”, matiza Peleteiro.

La marca de ropa y zapatillas deportivas Puma, Pepsi, Bacardi, Walmart, Starbucks, Lego o Motorola son otras de las grandes que están invirtiendo en renovables. Ha azuzado esta tendencia el drástico bajón de los precios de las turbinas y paneles solares en los últimos años. Solo la fotovoltaica ha rebajado en un 80% el precio de los paneles, y la eólica ha ido a la baja hasta un 23% en los últimos tres años, según cálculos de la consultora especializada en renovables Bloomberg New Energy Finance, con sede en Londres.

En Europa, el gigante francés de distribución Casino ha instalado placas solares en los tejados de varios de sus centros comerciales, una forma de “dar valor adicional a activos no utilizados”, según los expertos. En España, Forlasa, el grupo manchego dueño de quesos tan conocidos como El Ventero, Gran Capitán o El Cigarral, vendió en 2010 su división de alimentación al grupo francés Lactalis para apostar por las renovables. Antes de la venta, la manchega ya había invertido en energías verdes para suministrar energía a sus plantas.

Otras operaciones están más orientadas a marcar un tanto en responsabilidad social corporativa (RSC), “con la mejora de sus instalaciones productivas hacia el uso de energías verdes, como Campofrío o Ebro Foods, que han acometido reformas en algunas de sus plantas en el último tiempo”, remacha Peleteiro. Una tendencia que seguirá al alza, al tratarse de inversiones atractivas, incluso necesarias, para los inversores.

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