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Emigrante español en Finlandia presenta proyecto durante MWC

Puzzlephone, el futuro son los teléfonos reparables

Puzzlephone abre las puertas a teléfonos reparables y ampliables.
Puzzlephone abre las puertas a teléfonos reparables y ampliables.Puzzlephone

El Mobile World Congress, que se celebra en Barcelona dentro de apenas ocho días, es el momento cumbre anual del mercado de las telecomunicaciones. La mayoría de la atención se dirige a la parte más comercial de presentación de productos, sin embargo hay miles de novedades y empresas que trabajan para cambiar el mundo, o mejorar sus perspectivas de negocio.

Este año el Mobile World Congress cuenta con una serie de actor paralelos que se desarrollarán en el recinto que Fira de Barcelona tiene Montjuich. Uno de estos eventos organizado por Mobile World Capital Barcelona es 4 Years From Now, 4YFN, que está destinado a emprendedores e inversores en el campo de las startup móviles.

4YFN es un evento internacional en el que participan empresas, agencias públicas de desarrollo, inversores e incubadoras de todo el mundo. Una de las iniciativas más curiosas que vendrá a 4YFN es la de Puzzlephone desde Finlandia que viene de la mano de dos agencias públicas de desarrollo local Otaniemi y Newco Factory de la ciudad de Espoo y Helsinki, respectivamente.

Entre las curiosidades de este proyecto para facilitar el desarrollo de teléfonos modulares está la de que el fundador es un español emigrado y afincado en la madre patria de Nokia. Alejandro Santacreu, fundador de proyecto, es un español de larga trayectoria en el mundo de la movilidad que antes había trabajado en Energy Sistem Soyntec.

La razón de ser de Puzzlephone la explica Alejandro con una pregunta: “¿Tirarías tu coche a la basura simplemente porque se le ha roto el parabrisas? No, ¿verdad? Pero… ¿Y si no hay otra opción? ¿Y si la hubiera?”

“No aterricé en Finlandia con la idea clara de desarrollar Puzzlephone, de hecho el plan inicial era mucho más sencillo: estudiar una nueva carrera (Facility Management, Laurea University of Applied Sciences), aprender el idioma, adaptarnos a la sociedad y descubrir que se siente siendo un inmigrante en el país”, explica Alejandro Santacreu. “Puzzlephone es una idea que publiqué en Enero de 2013 sin más intención que mostrar una forma más racional de fabricar el dispositivo con más protagonismo en nuestras vidas, el proyecto estuvo literalmente guardado en un cajón durante meses y no fue hasta mi segundo mes en Finlandia y al ver un concurso de ideas que se me ocurrió probar suerte. Mi familia, mis suegros, mi mujer y yo mismo, todos hemos sido pequeños empresarios y comerciantes en España, también hay vínculos familiares con la electrónica y las grandes empresas. Desde muy pequeño y a pequeña escala he vivido el contacto con exportadores asiáticos y de otras nacionalidades, supongo que es inevitable estar permanentemente tratando de “unir los puntos” buscando siempre una forma más eficiente que la actual ante cualquier problema/oportunidad”.

Puzzlephone fue seleccionada e invitada al Cambridge Venture Camp y Laurea decidió aprobar un presupuesto para impulsar la iniciativa en sus primeras etapas, otras universidades finlandesas proporcionaron apoyo, como la Aalto University que ofreció sus servicios legales de forma gratuita. En Cambridge el proyecto tuvo un acogida entusiasta y constructivamente crítica.

Puzzlephone es un proyecto que empezó hace algo más de un año y que busca crear una plataforma para desarrollar un conjunto de software y hardware que sirva como referencia para fabricar teléfonos modulares , fiables, ampliables y reparables. En la primera fase dispondrán de un sistema Android listo para su aplicación a cualquier hardware compatible con Puzzle Phone. Aunque la idea no está cerrada al sistema operativo de Google.

“Tener la oportunidad de probar y debatir elementos claves como plan de negocio, proposición de valor o estrategia con personas de la talla de Alan Barrell, Jack Lang, fundador de Raspberry-Pi, y muchos otros con experiencia en el desarrollo y comercialización de tecnología fue algo decisivo para impulsar el proyecto”, cuenta Alejandro Santacreu. “De ese viaje salió nuestro mentor, Stephen Mallinson, Puzzlephone le debe mucho a Stephen, durante todo este tiempo ha sabido moldear el entusiasmo y la energía encauzándolos de una forma eficaz y contamos con su sabiduría y temple nos siga guiando en el futuro”.

Como objetivo para 4YFN se han planteado conectar con inversores tecnológicos y business angel que les ayuden en diversos temas estratégicos y desarrollar alianzas para garantizar que su plan de negocio no tiene fisuras.

Preguntado sobre las diferencias entre Puzzlephone y otros proyectos modulares como Phonebloks o el que tiene enmarca ZTE, el fundador del proyecto cometa que hay diferencias fundamentales. La primera es que Puzzlephone está concebido desde el punto de vista de un usuario que no necesita o busca cambiar componentes tan concretos como el Bluetooth o el módulo WiFi. Cada pieza adicional del puzzle incrementa exponencialmente la complejidad de la ingeniería porque la mayoría de esos componentes ya están irreversiblemente integrados en los chips de los móviles actuales. También se ve afectada la logística, cadena de suministro, producción. “La estrategia B2B detrás de Puzzlephone está orientada a solventar algunos de los problemas que más quebraderos de cabeza están dando tanto a desarrolladores como a fabricantes, especialmente a los pequeños y medianos fabricantes, también está alineada en el largo plazo con una nueva generación de fábricas más pequeñas, distribuidas y accesibles”, dice Alejandro Santacreu. “Estamos abiertos a colaborar con cualquier iniciativa como Phonebloks o fabricantes de la talla de ZTE, de hecho ya se han iniciado contactos con iniciativas similares y si hay algo en común en todos estos proyectos es la actitud cooperativa de las personas que los sostienen y eso es algo que conecta directamente con el ADN de Puzzlephone”.

No queremos tener el mismo teléfono que los demás

“Nos parece una presunción arriesgada el asumir que todo el mundo quiere y necesita exactamente el mismo dispositivo”, cuenta Alejandro Santacreu. “Está en nuestro instinto de supervivencia el diferenciarnos de nuestros semejantes, la homogeneidad a un nivel operativo no tiene porque condicionar también nuestro aspecto, todos somos humanos pero todos somos diferentes y eso nos gusta, después de todo forma parte de lo que somos”.

“Hay otras ventajas que se desprenden de la modularidad, entre ellas la de poder desarrollar módulos a medida de necesidades concretas lo que abre la puerta al B2B y al B2G, dos sectores que al mismo tiempo agradecerán el poder acceder a una plataforma públicamente auditada lo que se traduce en mejor seguridad, menor dependencia de entidades privadas y más peso para el buen saber hacer”, explica Alejandro Santacreu. “Además de las posibilidades de personalización a nivel de hardware”.

Ecosistema para terceros

Puzzlephone busca crear un ecosistema para terceros. “No buscamos competir sino cooperar y contribuir a un nuevo modelo de fabricación que de hech,o y aunque un tanto desorganizado, ya existe gracias a una cadena de suministro extremadamente orgánica que ha ido emergiendo y consolidándose durante estos últimos años”, cuenta Alejandro Santacreu citando la externalización masiva externalización de procesos de las grandes marcas como motor.

“Siendo consecuentes con esa línea estamos muy contentos del trabajo que el estudio de diseño finés Siltanen & Sandberg está haciendo. Durante estos días previos al MWC iremos publicando en los timelines de Twittter, Facebook y Google+ imágenes del estado actual de desarrollo de dos de sus propuestas”, explica Alejandro Santacreu. “Este trabajo forma parte del desarrollo interno de la versión final y es una prueba conceptual de cómo cualquier diseñador podrá crear su propia versión de Puzzlephone, lógicamente dentro de los límites de la compatibilidad mecánica de los componentes pero dejando la puerta abierta a variantes de algunas dimensiones, materiales, colores y acabados”.

El proyecto se encuentra en una fase de pruebas del factor de forma en España y en Finlandia, buscando un compromiso entre un sistema mecánico fiable en el que quepa la electrónica. El siguiente paso es el de desarrollo de la electrónica del primer modelo, testeo y documentación. “La parte más importante y compleja es la relativa a alianzas y estrategia, ahí nos enfrentamos a variables más complejas que cualquier reto técnico”, cuenta Alejandro Santacreu. “Construir el dispositivo es un reto relativamente sencillo desde un punto de vista estrictamente técnico”.

En cuanto al plazo necesario para hacer tangible el proyecto, Alejandro Santacreu afirma que: “Con el socio y el apoyo adecuados podríamos tener un producto en el mercado en menos de un año”.

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