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El Estado avalará 2.300 de los 4.500 millones en créditos fiscales

La adjudicación de Novagalicia se inclina hacia la gran banca

Imagen de Novagalicia.
Imagen de Novagalicia.EFE
Juande Portillo

El fin de semana se presenta arduo para los técnicos de los bancos Santander, BBVA, CaixaBank y Banesco y los de los fondos de inversión Guggenheim, JC Flowers, Wilbuir Ross y Anchorage. Pese a que los postores en la pugna por hacerse con Novagalicia deben presentar el lunes sus ofertas vinculantes por la entidad nacionalizada, el FROB cambiaba por enésima vez el viernes las reglas de la puja.

Las condiciones finales propuestas por el organismo público incluyen el ofrecimiento del Estado a cubrir las pérdidas que generen las cláusulas suelo de la entidad gallega, la posibilidad de solicitar un esquema de protección de activos (EPA), así como una nueva valoración sobre los créditos fiscales aprovechables por el comprador que podría decantar la balanza de la adjudicación hacia la gran banca.

Así figura en un documento elaborado por la consultora BNP Paribas, contratada por el FROB para la subasta, que según fuentes cercanas al proceso fue remitido a los postores entre el jueves y el viernes. En él se despeja finalmente el volumen de créditos fiscales (DTA, por sus siglas en inglés) de Novagalicia que serán avalados por el Estado, frente a la horquilla de entre 1.500 a 2.800 millones que dio el FROB el jueves. La cifra final se situaría en un máximo de 2.340 millones de euros, que es la parte que podría seguir computando como capital principal de los 4.500 millones de créditos fiscales que tiene la entidad.

El documento, sin embargo, también matiza que “el FROB no aceptará como mejora la renuncia al aprovechamiento de las bases imponibles negativas” de Novagalicia, es decir, que una oferta no será considerada superior a otra porque elpostor renuncie a utilizar parte de dichos créditos fiscales, que son derechos a pagar menos impuestos en el futuro. Aunque algunos actores de la subasta confiaban en que el FROB termine valorando tanto la oferta monetaria que se haga como, en menor medida, las deducciones de impuestos que se reclamen, el supuesto indigna a una parte de los interesados.

El hecho es que, independientemente de la parte que siga computando en capital, aprovechar el descuento sobre impuestos de 4.500 millones exige generar un volumen de beneficios que los grandes bancos tienen músculo para lograr pero que difícilmente conseguirían Banesco o los fondos internacionales, que solo contarían con los beneficios que logre Novagalicia en sí. Su estrategia, por tanto, pasaba por ofertar un desembolso menor pero compensarlo con un consumo inferior de deducciones fiscales.

Más allá del atractivo que puedan suponer los DTA para cada perfil, el FROB_ofrece a todos los postores una serie de garantías que comprometen al Estado a cubrir el 85% de las pérdidas ocasionadas por varias contingencias de riesgo.

Se incluirían aquí las posibles depreciaciones que se detecten en la cartera que Novagalicia traspasó a Sareb, lo que evitaría a su nuevo dueño compensar al banco malo; los pleitos pendientes por la comercialización de preferentes y el litigio que mantienen las aseguradoras Aviva y Caser contra la entidad por romper su contrato inicial. Las garantías cubren también los fallos judiciales que obliguen a Novagalicia a compensar retroactivamente a sus clientes por las cláusulas suelo de sus hipotecas, que la entidad anuló de toda su cartera, con efecto desde el 9 de mayo, tras la sentencia del Supremo que anulaba aquellas que no fuera transparentes.

Finalmente, se contempla la posibilidad de que los postores soliciten un esquema de protección de activos (EPA), otra especie de seguro contra pérdidas referido en este caso a carteras concretas de activos o créditos. Aunque parece que todos los postores solicitarán este apoyo público, cada cuál tendrá que reclamar el perímetro, y por ende la cuantía, que requiere asegurar. En este caso, esta ayuda adicional que pida cada uno será restada de la oferta monetaria que haga por Novagalicia.

Puja por el 88% de la firma

Aunque aún hay quien no descarta pujar por el 100% de la firma, el proceso se ha diseñado para que el comprador se haga con el 88% de Novagalicia (el 63% que tiene el FROB y el 25% en manos del Fondo de Garantía de Depósitos) para evitar demandas por parte de los accionistas minoritarios e institucionales, con un 2% y un 8%, respectivamente. El 1% restante es autocartera de la entidad.

Bajo estas condiciones, el FROB ha anunciado que adjudicará inmediatamente la firma en primera vuelta si una de las propuestas supera en un 50% el valor de la segunda mejor u ofrece 200 millones de euros más. De no ser así, el organismo que dirige Antonio Carrascosa seleccionaría las tres mejores ofertas para organizar una nueva ronda de pujas. El objetivo es minimizar el impacto para el contribuyente que, de momento, ha inyectado 9.000 millones a Novagalicia.

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