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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Más signos de incipiente recuperación

Los últimos datos sobre la evolución del precio de la vivienda en España apuntan a que el periodo de ajuste en el sector del ladrillo podría estar cerca de tocar a su fin. Según las estadísticas del colectivo de registradores, los precios en el mercado inmobiliario cayeron por encima del 5% en el tercer trimestre de este año frente al mismo período del año anterior. Y ello a pesar de hacer crecido un 0,91% respecto al pasado trimestre, gracias a la leve recuperación en las ventas que se está registrando en algunas provincias españolas. Desde el estallido de la burbuja inmobiliaria, los precios han caído más del 30%, hasta situarse en niveles muy parecidos a los de 2003.

Habrá que esperar a los datos de los próximos trimestres para poder confirmar si este cambio de tendencia se consolida sin retrocesos, pero son varios los factores que permiten vislumbrar el fin del ciclo bajista en el mercado. La reciente irrupción de inversores internacionales es uno de ellos. En los últimos cuatro meses, seis fondos foráneos se han hecho con la gestión de 120.000 millones de euros en inmuebles y créditos al promotor de la banca española por una inversión conjunta de unos 2.000 millones. La última –de momento– de esas operaciones se hacía pública ayer con el anuncio de un principio de acuerdo para la compra de la inmobiliaria de Banco Popular –Aliseda– por parte del consorcio de fondos formado por Kennedy Wilson y Värde Partnerss. La entidad presidida por Ángel Ron se une así a Santander, CaixaBank, Banesto, Bankia, Catalunya Bank y Sareb, que ya han cerrado diversos acuerdos con fondos de capital riesgo extranjero.

El regreso de los inversores internacionales a un mercado no constituye nunca una casualidad, sino un movimiento estratégico cuidadosamente estudiado. En ese sentido, la llegada del dinero foráneo es un poderoso indicio de la incipiente reactivación del sector inmobiliario, además de un elemento dinamizador en sí mismo del mercado. Esa circunstancia, unida a la caída de precios experimentada desde el comienzo de la crisis, refuerza la hipótesis de que el ajuste está próximo a finalizar. Se trata, además, de un señal más de que la economía española comienza a despertar tras su largo período de hibernación.

Pese a ello, tanto la recuperación del mercado inmobiliario como la del conjunto de la economía española debe sustentarse en más factores que la caída en los precios y el aumento de la inversión extranjera. La recuperación del consumo y de la inversión internas resulta un elemento fundamental que resta por unir a esa ecuación. Y para que ello suceda, España debe resolver su gran asignatura pendiente: la reapertura de un mercado de crédito que sigue sin fluir, a pesar de que el gobernador del Banco de España asegure, como hizo ayer, que la contracción de este se está acercando al suelo.

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