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La supervisión única se iniciará el 4 de noviembre

Draghi dice a la banca española que aprobará los test de estrés

Persiste la duda sobre si se poenalizarán las carteras de deuda soberana

Una escultura del símbolo del euro ante la sede del Banco Central Europeo en Fráncfort (Alemania). EFE/Archivo
Una escultura del símbolo del euro ante la sede del Banco Central Europeo en Fráncfort (Alemania). EFE/ArchivoEFE

El presidente del BCE, Mario Draghi, anunció ayer a los primeros ejecutivos de la banca española que la supervisión única europea se iniciará el 4 de noviembre de 2014. La supervisión única comenzará una vez que se conozcan a finale de octubre los resultados de los test de estrés que el BCE y la EBA realizarán a 130 bancos europeos, de los que 16 son españoles, 24 alemanes, 13 franceses, 15 italianos, 4 griegos, 7 holandeses y 4 portugueses, pero antes llevará a cabo un análisis de la calidad crediticia de cada entidad.

Los datos que se tomarán como referencia para estas pruebas corresponderán al cierre del presente ejercicio.

El vicepresidente del BCE, Vítor Constancio, explicó a los banqueros presentes ayer en la reunión de Fráncfort que una vez que se realice la revisión de balances si se detectan faltas de capital en algún banco éste debera cubrirlo inmediatamente. En el caso de los test de estrés el déficit de capital se cubrirá tras la presentación de un plan de recapitalización. Pese a ello, Constancio afirmó que el BCE no espera problemas para la banca española en las pruebas de resistencia. Los criterios para llevar a cabo los test de estrés no se concretarán hasta finales de enero. El BCE explicó que las carteras que se examinarán serán las mismas para todas las entidades y países.

Por parte de España participaron en el encuentro el subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, junto a representantes de dieciséis entidades: Banco Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia, Popular, Sabadell, Bankinter, Unicaja, BMN, Liberbank, Ibercaja, KutxaBank, Catalunya Banc, Novagalicia, Cajamar y CEISS.

 El Banco Santander y BBVA estuvieron representados por sus consejeros delegados, Javier Marín y Ángel Cano, respectivamente. Igualmente sucedió con CaixaBank y Bankinter, que enviaron a Juan María Nin y María Dolores Dancausa.

En el caso de Bankia acudió el director general de presidencia, José Sevilla, mientras que el Banco Sabadell y el Popular estuvieron representados directamente por sus presidentes, Josep Oliu y Ángel Ron, al igual que otras entidades de menor tamaño.

La banca española expusó su preocupación ante la posibilidad de que la deuda soberana penalice en los test. El BCE dijo que seguirá considerándose como sin riesgo pero los bonos “indudablemente sufrirán una presión en las pruebas de solvencia”.

En la reunión de ayer participaron también representantes de la banca finlandesa, francesa, griega, irlandesa y estonia, además de los bancos centrales de cada país o sus supervisores bancarios. La reunión, que estuvo precedida por un almuerzo, comenzó a las 14.30 horas y se prolongó hasta las 17.00 horas. Draghi fue el encargado de dar la bienvenida, mientras que el vicepresidente del BCE presentó los detalles del ejercicio.

El ejercicio de evaluación del BCE, que comienza este mes durará doce meses, está compuesto de tres partes: una evaluación de riesgos, un análisis de la calidad de los activos y una prueba de resistencia.

El pasado miércoles, Draghi se reunió ya en la sede del BCE en Fráncfort con los bancos de Bélgica, Chipre, Alemania, Malta y Luxemburgo, junto a sus distintos supervisores nacionales.

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