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La ‘start-up’ de origen español ultima su tercera ronda de financiación por más de dos millones

The Mad Video, entre Silicon Valley y Chamberi Valley

La compañía cierra su segunda ronda de financiación y defiende que "internet es ya vídeo". El pasado año 1.300 millones de consumidores de vídeo online vieron una media de 180 vídeos al mes.

Koldo García, cofundador y consejero delegado de The Mad Video.
Koldo García, cofundador y consejero delegado de The Mad Video.Pablo Monge

Con sus ingenieros en la Calle Fuencarral de Madrid (en Chamberi Valley) y su equipo gestor en Silicon Valley (EE UU), la compañía de origen español The Mad Video sigue atrayendo inversores, convencidos del potencial de los vídeos online y confiados en la tecnología de esta joven empresa para etiquetar, compartir y monetizar esos vídeos. La start-up, en la que ya participan la familia Entrecanales, Bankinter y Vitamina K, acaba de cerrar su segunda ronda de financiación, que comenzó en diciembre de 2012, alcanzando el objetivo inicial, fijado en un millón de dólares (unos 743.000 euros).

Su cierre ha sido posible gracias a la entrada de Faraday Venture, un grupo especializado en la inversión en start-ups, que ha participado en The Mad Video con 150.000 dólares. La cantidad total lograda (en la que la Fundación Entrecanales aportó a través de Fides 325.000 dólares), se suma a los 585.000 dólares obtenidos con la primera ronda entre inversores privados, llevada a cabo en mayo de 2012.

Koldo García, cofundador y consejero delegado de la start-up, explica a CincoDías que el siguiente objetivo “es abrir una ronda superior a tres millones de dólares [más de dos millones de euros], que concluya a finales del primer trimestre de 2014 y que nos sirva para crecer en otros segmentos, ampliar el equipo de negocio y de ventas, así como reforzar el equipo gestor y aumentar el personal técnico”. Según García, esperan estar en break-even a principio de 2015.

Actualmente, el 70% de The Mad Video sigue en manos de los fundadores, de los empleados mediante stock options y de socios de Madpixel, empresa de la que surgió la start-up y que cuenta entre sus clientes con Sony y Google. El 30% restante corresponde a los inversores, entre los que están business angels como Bernardo Hernández y Antonio Fontanini.

The Mad Video ofrece soluciones para crear vídeos online que proporcionen “experiencias enriquecedoras” para el usuario y que permitan a su creador monetizarlo. “Permitimos que el usuario haga clic sobre un vídeo y acceda sobre la marcha a información extra. Para ello”, continúa García, “ofrecemos herramientas que permiten de una forma muy fácil etiquetar el contenido de los vídeos en contexto y añadir información: imágenes, mapas, textos, enlaces a páginas de producto o donde se amplíe esa información”.

La plataforma de The Mad Video, que ya ha sido usada por clientes como El Corte Inglés, RTVE, el canal de televisión AXN, los 40 Principales o el Museo del Prado, es compatible con los vídeos de Youtube, Vimeo, Brightcove, Dailymotion y Flickr, entre otros sitios. “Nuestras herramientas analizan automáticamente los vídeos, los descompone en escenas, de modo que el creador del vídeo solo tiene que arrastrar y soltar para introducir la información que quiera”, continúa García, que defiende que “internet es ya vídeo y más que lo va a ser, con los televisores conectados y en combinación con segundas pantallas tipo tableta y smartphones”.

Getty Images desvelaba hace unos días que durante el pasado año 1.300 millones de consumidores de vídeo online de todo el mundo vieron una media de 180 vídeos al mes. Esta misma fuente advirtió sobre la importancia del vídeo para las marcas, pues según apuntaron “el 36% de consumidores confía en los anuncios en formato vídeo, un 68% de los internautas comparte los vídeos que atraen su atención y las inversiones en anuncios de vídeo online aumentaron un 38% entre 2012 y 2013”. García defiende que la tecnología The Mad Video “está preparada para aprovechar esta explosión”.

Creciendo con el ‘modelo israelí’

The Mad Video cuenta con oficinas en EE UU y España. Pero todo su I+D está por ahora en Madrid, “en el Chamberi Valley”, aclara García. El directivo cuenta que la compañía está siguiendo para crecer un modelo ya inventado, “el modelo israelí, que apuesta por mantener el equipo de desarrollo en su país y el equipo directivo y comercializador en EEUU”. Según el consejero delegado de la start-up, el grupo de ingenieros que tienen en Madrid, formado por 10 personas, es muy bueno. “No tenemos nada que envidiar al talento que hay en Silicon Valley, aunque si crecemos mucho lo lógico es que empecemos a llevar parte del equipo tecnológico allí porque a veces te pueden ayudar en la venta y también harán más fácil el coordinar determinadas áreas de trabajo”.

Koldo García, durante la entrevista con CincoDías.
Koldo García, durante la entrevista con CincoDías.Pablo Monge

Pros y contras de ir a la meca tecnológica

Koldo García lleva dos años con su residencia en San Francisco, aunque viaja con frecuencia a Madrid. No se arrepiente de haber fijado la sede de la compañía al otro lado del Atlántico, “para evitar barreras que de otra forma serían insalvables”. Aun así, admite que para una start-up española instalarse allí tiene pros y contras, que generalmente se presentan como la cara y la cruz de una misma moneda. “Ciertamente en Silicon Valley hay una concentración de inversión que no hay en ninguna otra parte del mundo en el sector tecnológico, y eso atrae, pero también es cierto que hay muchísima competencia; rivalizas con proyectos de todo el mundo”.

Otro punto complicado, advierte, es que “estás fuera de tu entorno y tienes que crearte relaciones que llevan tiempo y todo ello resulta caro. En cambio, estás muy cerca de los partners que toman decisiones (al menos en nuestro mercado audiovisual y de internet) y si quieres cerrar una alianza con ellos para hacer compatible tu herramienta con ellos y distribuirla en ese mercado, tienes que estar allí”.

Para García es importante estar en Silicon Valley porque las empresas que buscan y rastrean tecnología van allí. Baidu, la televisión alemana… cuando buscan nuevos productos no vienen a Madrid desgraciadamente, van a Silicon Valley y se recorren las incubadoras y las aceleradoras a ver qué se está cociendo y el estar allí te da visibilidad. También se presentan muchas oportunidades que salen informalmente, pero es verdad que para hacer eso tienes que estar allí un tiempo, no tres meses y eso requiere una inversión importante. Y si no la tienes, puedes quemar tu start-up”.

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