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España, uno de los países de la UE con más casas en propiedad

La deuda hipotecaria, el gran obstáculo de la demanda

Entre 2007 y 2009, la cautela llevó a los españoles a ahorrar el 17,8% de su renta Entre 2009 y 2011, la caída de las rentas provocó un ajuste de 10 puntos

Consumidores en Madrid durante las últimas rebajas.
Consumidores en Madrid durante las últimas rebajas.Efe

El boom inmobiliario que vivió España en los primeros años de este siglo, con todo tipo de facilidades de crédito para adquirir una vivienda, provocó que se distanciara del patrón europeo, menos concentrado en la adquisición de vivienda y más tendente al alquiler de inmuebles. Dos de cada tres ciudadanos europeos tienen una casa en propiedad, mientras que en el caso de España, el 83% de los ciudadanos son propietarios.

Esa diferencia es la que ha provocado, según los técnicos del Banco de España, una mayor caída del consumo durante la última parte de la crisis (2009-2011). En un apartado del informe mensual del Banco de España, Oscar Arce, Elvira Prades y Alberto Urtasún, de la Dirección General del servicio de Estudios del organismo, destacan que la tasa de ahorro en España alcanzó el nivel más alto de la crisis en 2009, con un 17,8% de la renta bruta disponible, para desplomarse en los dos años siguientes, cuando esta tasa se redujo hasta el 8,2%. Casi diez puntos de desplome que no tienen parangón en ninguno de los países de la zona euro con los que se compara.

La principal razón se encuentra, según los técnicos del Banco de España, en esa mayor propensión al ahorro por parte de las personas que tienen un crédito hipotecario. “Los hogares que habitaban una vivienda de su propiedad y que tenían algún tipo de préstamo o hipoteca en curso aumentaron en mayor proporción su tasa de ahorro entre 2006 y 2009 y la redujeron en menor cuantía en el período 2009-2011, que aquellos otros con vivienda en alquiler o en propiedad sin ningún tipo de préstamo”.

El informe establece dos pautas de comportamiento bien diferenciadas. Entre 2008 y 2009, la tasa de ahorro subió casi cuatro puntos, mientras que en los tres siguientes ejercicios se desplomó diez puntos. “El fuerte ritmo de deterioro del mercado de trabajo y en general el elevado nivel de incertidumbre que comenzaron a hacerse patentes a finales de 2008 explicarían una parte sustancial del avance en la tasa de ahorro por motivos precautorios”, subraya el informe. Esas razones no desaparecieron y, sin embargo, la tasa de ahorro sufrió un profundo ajuste en los tres ejercicios siguientes. Los autores lo justifican por la fuerte caída de las rentas de los hogares, “bajo el peso de la prolongación de la fuerte destrucción de empleo y del inicio del proceso de consolidación fiscal”.

La menor renta disponible, como consecuencia del mayor desempleo, de la subida de impuestos y de un recorte de ayudas públicas, fue el factor determinante en la reducción del ahorro desde 2009 que, sin embargo, no se destinó a aumentar el consumo, si no a afrontar los gastos ya comprometidos. “También es posible que la propensión al ahorro se reduzca en fases de disminuciones muy acusadas de la renta, en la medida en que los hogares encuentren obstáculos a corto plazo para ajustar su consumo en la misma proporción”, apunta. Entre ellos destaca la existencia de umbrales mínimos de consumo de determinados bienes y de relaciones contractuales en el suministro de servicios “que mermarían la capacidad de respuesta ante perturbaciones negativas en su renta”.

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