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Tribuna
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Fiebre amarilla por los inmuebles en España

Por qué debería ser un chalet en España más atractivo que una villa en Portugal o una casita blanca en una isla griega para un inversor chino? Tras unos cuantos largos meses de espera, por fin el Congreso de los Diputados ha aprobado el tan esperado proyecto de Ley de Apoyo a los Emprendedores y su Internacionalización, que entrará en vigor en el plazo establecido en la Ley tras su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

Sin lugar a dudas, uno de los aspectos más atractivos de la nueva regulación para los inversores no residentes en Europa, especialmente para los chinos de rentas altas, es que se facilita su entrada y permanencia en España por razones de interés económico, en concreto, por la inversión en bienes inmuebles de valor igual o superior a 500.000 euros, libre de toda carga o gravamen por cada solicitante. La acreditación de haber invertido en un inmueble de 500.000 euros mediante certificación del Registro de la Propiedad será suficiente para la concesión de un visado de residencia en España. La autorización permite obtener un visado de residencia para al menos un año. Transcurrido el cual, aquellos que lo deseen podrán obtener una autorización de residencia inicial que tendrá una duración de dos años, valida en todo el territorio español. Cumplido dicho plazo, los inversores podrán solicitar la renovación de la autorización de residencia por el mismo plazo de dos años.

Si bien a grandes rasgos esta arma de seducción debería ser aliciente suficiente para atraer liquidez a nuestro país, ya que de entrada satisface la pretensión del inversor extranjero –sobre todo al chino-- de obtener una propiedad moderna para alquilar durante su ausencia y un visado para viajar por Europa, no resulta suficiente cuando se trata de contestar las inquietudes de todo inversor que desea obtener un permiso de residencia y contentar con anticipación sus demandas más obvias. Las preocupaciones que nos han transmitido nuestros clientes chinos que están tanteándose invertir en España o en otro país de la Unión Europea con una medida similar son básicamente tres, consistentes en si la obtención del permiso de residencia por el solicitante se hará extensible a su unidad familiar y, en consecuencia, definición de la unidad familiar; la determinación de qué cauces formales deben seguir estos inversores si desean continuar con el permiso de residencia tras cinco años de tenencia del inmueble, o lo que viene a ser lo mismo, ¿cómo podrán mantener el permiso de residencia, si tras cinco años de tenencia del inmueble desean vender?; y qué tipo de prestaciones sociales conlleva este permiso de residencia. Aunque el Gobierno ya anunciara que este permiso de residencia no iría de la mano de ninguna prestación social, este aspecto junto la respuesta a las otras dos preguntas anteriores deben ser desarrolladas con celeridad y claridad vía reglamento, ya que determinará que el inversor chino se decante por España o por otro país del mediterráneo con ventajas similares.

Chipre, Grecia y Portugal ya nos han adelantado, adoptando e implementado medidas similares. La demora de España en adelantarse a estos países, la fuerte competencia que ofrece Reino Unido en este ámbito por ser una plaza de inversión segura y de prestigio, junto con los umbrales de inversión más bajos en países como Grecia (250.000 euros) y Chipre (300.000 euros) ya han desplazado parte de este tipo de inversión extranjera de rentas medias y altas hacia estos países. El Gobierno español debe compensar las desventajas anteriores respondiendo con rapidez, flexibilidad, claridad y, sobre todo, seguridad jurídica a las inquietudes planteadas por este tipo de inversores.

A la vez, España debe realizar una campaña de marketing a nivel institucional para comunicar esta medida en China, desmarcándose con una imagen diferenciada del resto de países del Sur de Europa, ya que todos ofrecen como países mediterráneos su clima, su gastronomía y ser destinos turísticos atractivos. España debe justificar y vender por qué en cuanto a rentabilidad económica, estabilidad jurídica, facilidad para viajar por la Unión Europea y estilo de vida un chalet en España es más atractivo que una villa en Portugal o una casita blanca en Grecia.

Mónica Liu es gerente de BDO China Desk en España

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