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El Ejecutivo prevé un repunte de desembolsos en la segunda parte del año

Economía solo ha pagado el 30% de los créditos concedidos para I+D

Los Presupuestos de 2014 podrían incluir el primer aumento de gasto desde 2009 Los investigadores critican que la ausencia de convocatorias de programas este año

Evolución del gasto I+D

El gasto que el Gobierno presupuesta para gastos vinculados a I+D+i lleva cuatro años cayendo, en paralelo a las políticas de consolidación fiscal y a la necesidad de ajustar el gasto público. La partida que más ha sufrido han sido las subvenciones, que han caído un 45% en 2009, mientras que los créditos han bajado un 21%. Esos ajustes han provocado que los créditos hayan adquirido un mayor protagonismo a la hora de financiar a los investigadores y ya supongan el 61% de los recursos. Lo que sucede es que gran parte de estos fondos no se consumen y los que sí se conceden se tarda mucho en pagarlos.

Así se puede comprobar en los últimos datos de ejecución presupuestarios del Estado, correspondientes a junio, en los que se comprueban esas dos tendencias. De los 3.441 millones que se habían presupuestado en créditos a la I+D para este año, en la primera mitad del año solo se habían concedido 514,2 millones, lo que supone un 15% del total. Ese dato, aunque parezca escaso, supone más del doble de lo registrado en el mismo período del pasado ejercicio. Pero a la escasez de crédito concedido se une la lentitud en el pago. De los 514,2 millones concedidos en créditos en la primera mitad del año, tan solo se han pagado 157,5 millones de euros (un 30,6%). Se trata del nivel más bajo desde el inicio de la crisis y casi la mitad de lo avanzado en el mismo período del pasado ejercicio.

Desde la secretaría de Estado de I+D+i lo justifican por el hecho de que las obligaciones de créditos se formalizan en la primera parte del año y que el grueso de los pagos se suele realizar en la segunda parte. Sin embargo, los datos muestran como desde que se inició la crisis siempre se había desembolsado más dinero que este ejercicio, tanto en términos relativos como absolutos. Áureo Díaz-Carrasco, director ejecutivo de la Federación Española de Centros Tecnológicos (Fedit), achaca esa disminución de fondos al hecho de que este año no ha habido convocatorias nuevas y el dinero que se está ejecutando y pagando corresponde a gastos de programas plurianuales concedidos con anterioridad. “Los dos mecanismos de financiación tradicionales son las convocatorias nuevas, en las que la empresa que logra financiación para un proyecto recibe un anticipo, y los programas plurianuales, cuyo pago se difiere en varios años”, remarca. Díaz-Carrasco subraya que al no haberse convocado nuevos programas este año, Economía no ha tenido que avanzar ese dinero, al contrario que en años anteriores.

Préstamos al 1% y una inyección de 107 millones

Los investigadores están en pie de guerra por los fuertes ajustes presupuestarios que han sufrido en los últimos ejercicios, aunque se muestran más tranquilos tras los últimos mensajes recibidos desde el Ejecutivo. El último crédito extraordinario de 104 millones de euros (25 para el CSIC y 79 para las convocatorias de programas de subvenciones) y el anuncio de que los créditos que surjan en las próximas convocatorias irán con un tipo de interés de un 1% frente al 5% de los últimos ejercicios.

Carlos Andradas, presidente de la Confederación de Sociedades Científicas de España (Cosce), se muestra esperanzado con el último mensaje del ministro de Economía, Luis de Guindos, que ha avanzado que la I+D sufrirá el primer incremento presupuestario desde el inicio de la crisis. “Una vez que lo ha anunciado no creo que se eche para atrás. Otra cosa diferente es que ese aumento vaya dirigido a la parte de créditos, donde más de la mitad de los recursos que se ofrecen se quedan sin conceder”, apunta. Además de los elevados tipos que se exigían, lo que desincentivaba la demanda, Andradas justifica ese bajo nivel de peticiones por el veto de Hacienda y de las propias comunidades autónomas donde se encuentran los centros. “Las regiones están sometidas a unos límites de deuda que no se pueden sobrepasar y los créditos computan en esa partida, por lo que todos los organismos públicos tienen vetado el acceso a nuevo crédito”, subraya.

Este imperativo está provocando grandes diferencias en el acceso al crédito por parte de los investigadores en función de lo saneadas que estén las cuentas de las autonomías donde trabajan.

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