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Pequeños gigantes

Con la limpieza de agua a otra parte

La valenciana Depuración de Aguas del Mediterráneo trata el 21% del caudal de agua en España y pone la vista fuera para compensar la progresiva pérdida de negocio aquí

Al ser la matriz valenciana, la mayoría de plantas de la empresa están situadas en Levante.
Al ser la matriz valenciana, la mayoría de plantas de la empresa están situadas en Levante.

Multitud de municipios de menos de 10.000 habitantes siguen vertiendo sus aguas usadas a los ríos, incumpliendo la directiva europea. Esa es la principal tarea pendiente de la depuración de aguas residuales en España, según comenta Santiago Amores, gerente de Depuración de Aguas del Mediterráneo (DAM), la empresa por cuyas 250 plantas depuradoras pasa el 21% del caudal de agua que circula en España.

La compañía con sede en Valencia se dedica a toda actividad relacionada con el tratamiento del agua que se desecha en las ciudades, salvo a construir las plantas depuradoras. Además, “que no dependamos de una empresa constructora o una concesionaria nos hace más ágiles y con más recursos ahora en plena crisis”, explica Amores.

DAM es propiedad de un grupo de accionistas valencianos, y ese estatus le confiere una independencia y facilidad de movimiento a la hora de asumir nuevos encargos que sus clientes suelen apreciar en estos momentos en que los contratos escasean.

Pero al margen de la crisis, “la depuración de aguas empieza a ser un sector maduro en España”. Construidas la mayoría de plantas, aunque muchas hayan llegado con retraso –Algeciras, con 100.000 habitantes y ciudad portuaria, no inauguró su depuradora hasta finales de 2011–, el negocio que quedará aquí será el mantenimiento de las existentes, “que es nuestra especialización”, explica seguro Amores.

En 2010, el grupo decidió abrirse a los mercados exteriores

Por ello, Depuración de Aguas del Mediterráneo empezó a poner la vista fuera en 2011, algo tarde, quizá, respecto a sus principales competidoras, en manos de los principales grupos constructores y concesionarias, que comenzaron a ganar concursos fuera antes.

“Pero las prisas son malas consejeras”, resume Amores. A su ritmo, la empresa empieza a ganar encargos en el exterior, en los países que toman el relevo al ciclo que se cierra en las naciones industrializadas, que ya tienen sus infraestructuras construidas.

La compañía ya está ejecutando dos plantas de depuración de aguas residuales en Argelia y en Rumanía, y gestiona obras de saneamiento y explotación de otras plantas en Italia, Colombia y Perú.

El mercado exterior representa entre el 4% y el 5% del negocio, pero la empresa prevé dar un rápido salto fuera y alcanzar el 25% de su actividad en el extranjero en 2018, el año al que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha retrasado la recuperación de la economía española. “El extranjero será el futuro más o menos estable del sector”, matiza Amores.

No se recicla para consumo humano

Ante el paso que están dando algunas empresas en España y fuera para tratar de depurar agua sucia para consumo humano, Depuración de Aguas del Mediterráneo avanza que “mientras la legislación no lo permita y especifique qué parámetros de calidad debe cumplir el agua regenerada para consumo humano, no podemos trabajar en este sentido”.

La actual ley prohíbe la reutilización de aguas para el consumo humano, salvo declaración de catástrofe, en las que la autoridad sanitaria especifica los niveles de calidad que se exigirán a esas aguas, así como los usos permitidos.

Esta compañía investiga en su línea de tratamientos avanzados la regeneración de agua “de excelente calidad”.

Mientras ese horizonte llega, la empresa alerta, al igual que han hecho otros operadores, del deterioro de la depuración del agua sucia. “El mantenimiento de la calidad del agua tratada depende en gran medida del presupuesto disponible. La reducción en las partidas presupuestarias públicas puede poner en peligro los rendimientos en el tratamiento de depuración, con posibles costes sociales y medioambientales”, advierte Amores.

La innovación puede hacer mucho para paliar el tajo en los presupuestos públicos a la depuración, que han sido muy dependientes de los fondos europeos. “Evidentemente, la progresiva reducción de los fondos comunitarios y la crisis han puesto en alerta a empresas como la nuestra, con mucha contratación pública”, explican en la compañía.

Por ello, ha apostado “fuertemente” por la innovación, para reducir costes y buscar nuevas oportunidades de negocio, “lo cual ha hecho que pese al difícil momento actual, la empresa se mantenga competitiva”.

DAM emplea a 802 personas, de las cuales 172 son técnicos, “determinantes para la compañía”.

Abrir nuevas líneas de trabajo ha sido la principal estrategia, empezando por la valorización de residuos, como en el sector llaman al reciclaje de desechos para utilizarlos de nuevo.

Su proyecto Phorwater, apoyado por fondos europeos, se sirve de una nueva tecnología para reducir la cantidad de fosfatos de las aguas residuales convirtiéndolas en estruvita, un mineral que puede emplearse como fertilizante. “Con ello también se conseguirá mejorar el rendimiento del proceso biológico de eliminación de nutrientes y los procesos implicados en el tratamiento de lodos”.

La empresa sigue otra línea de investigación para desinfectar mejor el agua tratada. En ella, la compañía mezcla la disolución de ozono en el agua y la aplicación de ultrasonidos. La alianza de estas dos técnicas “es lo que hace que el proceso sea económicamente viable, ya que se necesita una cantidad de ozono mucho menor que en el tratamiento clásico de ozonización”, es decir, que no necesita eliminar previamente los elementos sólidos suspendidos del agua al tratarla para conseguir una correcta desinfección.

A diferencia de otros operadores, que en ocasiones apuntan al mal uso que algunos Gobiernos autonómicos hacen del polémico canon del agua –impuesto finalista sobre el consumo para pagar las infraestructuras del sector –, para esta compañía “se notan las autonomías que tienen el canon, porque licitan muchas actuaciones”, cuenta Amores.

DAM está en plena diversificación de su negocio original, “ampliando en las actividades de tratamiento de residuos y las infraestructuras marítimas”. En 2013 espera un crecimiento del 5% del volumen de negocio, que alcanzó 82 millones de euros en 2012.

DAM se encarga de la explotación, mantenimiento y conservación de estaciones depuradoras y sistemas de saneamiento.
DAM se encarga de la explotación, mantenimiento y conservación de estaciones depuradoras y sistemas de saneamiento.

Datos básicos

ExteriorDAM quiere estar presente de forma regular en cuatro o cinco países en 2014. El grupo prevé que el 25% del negocio esté en el exterior en 2018.

EmpleoUn total de 802 personas trabajan para Depuración de Aguas del Mediterráneo, de las que 172 son técnicos.

NegocioEl volumen de negocio de la compañía, contando sus participadas, alcanzó los 82 millones de euros el pasado año. La empresa matriz consiguió 34 millones de euros de volumen de negocio.

PrevisionesEn 2013, espera un crecimiento del 5% del volumen de negocio de DAM y un aumento similar en el ebitda.

CrisisLa compañía estima que la crisis económica apenas está teniendo efecto en sus cuentas, “gracias a la diversificación y al aumento de competitividad por la apuesta por la I+D”.

IndependenciaAl no ser propiedad de una constructora o concesionaria, sino de un grupo de accionistas valencianos, la compañía dice tener, además de mayor independencia en la toma de decisiones, más agilidad en su gestión, una baza a la hora de postularse como candidata a ganar nuevos encargos, sobre todo fuera, donde el grupo ha puesto el punto de mira ante la madurez del negocio del tratamiento y depuración de aguas residuales en España, que ya tiene la mayoría de sus infraestructuras construidas, al menos en las grandes urbes.

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